Por Leticia Carrillo


El director Marcelo Tobar parece desafiar cualquier convención al afirmar -durante una presentación en la Cineteca Nacional- que no le gustan los cortos por lo que decidió hacer como primera obra, el largometraje Dos mil metros (sobre el nivel del mar), que está contado a partir de lo que “no se dice” y para el cual, el realizador ha dicho que la pantalla de los cines le parece “grande” por lo que le gustaría fuera exhibida en cineclubes pues además no tiene que “rendirle cuentas a nadie” en cuanto a recaudación se refiere.


Y aunque puestas de esta forma las aseveraciones del realizador pudieran parecer arrogantes, después de ver Dos mil metros (sobre el nivel del mar), el espectador cae en la cuenta que lo que dice Marcelo Tobar de Albornoz es totalmente acertado.


La película es, sobre todo, un estudio de personajes; fue rodada en una locación con un presupuesto mínimo; y aún no cuenta con distribuidor por lo que la copia que se exhibe en video, la hace fácilmente proyectable en lugares que no cuentan con la infraestructura de una sala cinematográfica.


La cinta cuenta con las actuaciones de Xavier Therrien, Giovanna Zacarías, Mónica Huarte y Ari Brickman. Brickman intepreta a Galo, un astuto, sarcástico, encantador y manipulador joven que invita a vivir a su casa a tres personas muy distintas y que se conocen entre sí pero ninguno lo sabe. Conforme pasan los días, cada uno irá expresando su particular visión de los hechos para descubrir que su presencia en ese lugar no es producto de la casualidad ni de la generosidad de Galo.


El director dijo a los asistentes a la función de su ópera prima que la respuesta del público a Dos mil metros (sobre el nivel del mar) ha sido variada: “hay gente que la ama y gente que la detesta, yo creo que no nada más por la película sino por el tipo de proyecto que es”.


Asimismo, señaló que no todos los filmes tienen que contarle todo al espectador ni los personajes deben tener un arco dramático por el que tengan que transitar.


“Yo quería hacer esto como una anécdota que alguien te cuenta, te parece muy interesante y tú la vas contando pero si te pones a pensar, en la película en realidad no pasa nada. La intención era hacer algo más allá de la perspectiva de una persona, aquí cada uno de los personajes tiene su teoría sobre lo que sucede”.


Por su parte, Ari Brickman mencionó que preparó a Galo basándose en los misterios. “siempre hubo esa sensación de que había algo como escondido y que teníamos que cuidarnos de todos; durante la filmación Marcelo jugó mucho con nosotros, fue provocando las situaciones, manipulando, nos hizo creer a todos que había algo más aunque eso no existiera y de repente platicando con los demás actores me di cuenta que cada quien tenía su versión de los hechos”.


En tanto, Mónica Huarte aseguró que la información de la historia con la que contaba cada uno de los actores era diferente y destacó que cada vez que vuelve a ver la cinta, encuentra “algo nuevo”.


Finalmente Marcelo Tobar relató que como no tenía dinero, no le gustan los cortometrajes y después de su regreso del extranjero -donde fue a estudiar cine- no conocía a nadie: “tenía que hacer una película como ésta o nunca iba a hacer algo”.


Dos mil metros (sobre el nivel del mar) ha sido parte de la selección de los festivales de Bogotá, Santiago de Chile y FICCO y se encuentra en cartelera en la Cineteca Nacional.