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Hay que llamar a las cosas por su nombre… pero a veces nuestra riqueza cultural y sentido del humor hace que una cosa, la corrupción, tenga muchos nombres. Ya saben el chiste de que México es el segundo país más corrupto del mundo, porque le pagó al primero. De ahí que el idioma haya generado numerosas expresiones genuinas para cada una de las “especialidades” de esta práctica. Todas están recopiladas por una asociación de la sociedad civil, Opciona,  acompañada por los dibujantes y caricaturistas Cintia Bolio, Rictus, Patricio Monero, Penné y Ricardo Cucamonga, en el “Corrupcionario”, o diccionario de la corrupción, que puede adquirise ya -sin sobornar a nadie- en las librerías mexicanas. El prólogo es del director y actor Diego Luna, quien lo presentó en Ciudad de México.

Así, mexicanos e iberoamericanos en general podrán comprobar la riqueza de nuestra lengua con términos como “chayote” (soborno para periodistas), “aceitar la mano” (dar dinero a algún servidor público para evitar alguna responsabilidad), “El año de Hidalgo” (último año de la presidencia en el que el lema es robar lo que se pueda), “Clon original” (el producto pirata de la mejor calidad)… son algunos términos y palabras de un ingenioso diccionario que busca explorar las distintas formas que puede adquirir la corrupción en el país.

“Estas palabras que son parte de nuestro vocabulario a veces nos terminan casi definiendo, y eso es muy peligroso. Creo que estamos a tiempo de enmendar nuestro corazón, enmendarnos por dentro, recomponernos y aprender a relacionarnos desde otro lugar”, ha dicho Diego Luna a AP en la presentación de la obra. “No es igual de dañina la corrupción que se da en realidades donde además hoy es la única forma de sobrevivir, y porque no hay otra opción, pero al aceptar eso también hay que aceptar que eso ha generado una relajación en el juicio que hacemos hacia nosotros mismos”, agregaba el excharolastra.

Son en total 300 expresiones asociadas a un fenómeno tan internalizado en la sociedad mexicana como es el de la corrupción, para ponerles nombre y apellido a situaciones, personajes y acciones terribles que, maquillados por la cotidianidad, parecen normales. “Llamarle pan al pan, vino al vino y corrupto al corrupto es, a la vez, el primer paso para señalar y borrar la apatía con la que permitimos la corrupción en las altas esferas de la política y la vida pública, pero también la que generamos, toleramos y fomentamos en nuestra vida diaria”, dicen los autores.

“Hablar de corrupción no es cosa fácil. Es imposible no terminar alarmados y hasta ofendidos cuando nos damos cuenta cómo hemos asimilado este concepto; cómo lo hemos hecho parte de nosotros, al punto que cuando hablamos de México, la corrupción parece pieza fundamental para definirnos y entender cómo funcionan las cosas en nuestro país”, aseguran desde Opciona, que se define como “organización de la sociedad civil mexicana, apartidista e independiente, dedicada a construir ciudadanía para detonar el potencial de México”.

Diego Luna, que este año estrenó en México su tercera realización de ficción, “Mr.Pig”, está rodando en este momento el remake de “Línea mortal / Flatliners”, película de Joel Schumacher estrenada en 1990, y a mediados de diciembre regresará a las salas del mundo con el spin-off de la saga galáctica “Rogue One: A Star Wars Story”.