Fotograma, Virgen de la Asunción


Por Eduardo de la Vega Alfaro

I.

El año pasado las autoridades del área de archivo de la Cineteca Nacional me informaron que había llegado a sus manos una película documental verdaderamente insólita: “Jalostotitlán: Coronación de la Virgen de la Asunción”, realizada en 1948 por José D’Mendoza Valtierra, un cineasta que nos era conocido solamente por el buen número de referencias que se dan de él en “Historia de un sueño: el Hollywood tapatío”, de Julia Tuñón, editado por la Universidad de Guadalajara y la UNAM en 1986, uno de los textos pioneros de la historiografía del cine regional en México y, particularmente, de Jalisco.

Antes de entrar propiamente en materia, permítaseme dar una serie de antecedentes históricos al contenido del mencionado filme. Si hemos de creer a lo recogido en algunos libros de la microhistoria del poblado de Jalostotitlán [1], una de las notables características de este lugar, situado en la región de Los Altos de Jalisco, es su ancestral culto religioso a la efigie de la Virgen de la Asunción, a la que incluso se le dedicó la construcción de uno de los templos más suntuosos y representativos de la comarca. En el Año de Gracia de 1946, el cura Salvador Quezada Limón, nacido en 1909 en Aguascalientes y ordenado en 1933, asumió el cargo de párroco del mencionado templo, digamos que justo a tiempo para comenzar a promover que la antes mencionada efigie fuera primero ascendida al rango de “Patrona Tutelar de la Parroquia”, cosa que fue avalada en abril de 1948 por el entonces arzobispo de Guadalajara, José Garibi Rivera, afamado monseñor, quien, según algunas fuentes, durante el más turbulento periodo de la rebelión Cristera se había ganado a pulso el mote de “Pepe Dinamita”, esto por su notorio gusto por tirar bombas a diestra y siniestra contra soldados federales callistas y para abatir militantes agraristas.

En tales afanes, Quezada Limón se encargó pues de solicitar formalmente ante el papa Pío XII que concediera el decreto para que el 15 de agosto de ese mismo año de 1948, la Virgen fuera coronada con un emblema fabricado en oro de una fuerte suma de quilates. Ya con la autorización papal, el sacerdote Quezada Limón se dio a la tarea de llevar a cabo, entre muchos otros, cuatro propósitos fundamentales: coordinar los trabajos de embellecimiento del interior de la parroquia; lograr que el gran pintor local Rosalío González plasmara en un trío de paneles muralísticos (a su vez titulados “El ofrecimiento, La Asunción y El Dogma de Fe del Papa Pío XII”) una representación alegórica de aquel significativo acontecimiento religioso, es decir, la coronación de la efigie; la edición de una memoria impresa que contuviera el amplio programa de actividades alrededor  del hecho de fe [2], y, finalmente, pero no menos importante, permitir y/o impulsar la realización de una película en formato profesional que registrara las ceremonias alrededor de aquel festejo. Este último hecho, por cierto, no está registrado en ninguno de los libros de microhistoria jalostotitlense a los que pudimos tener acceso, ni tampoco se encuentra referido en el trabajo de Julia Tuñón ni en la memoria impresa antes referida.

Asimismo, en “Un año en la vida de Jalostotitlán” (Pacmyc Jalisco, agosto de 2017), texto de Lilia Adriana González Peña, Luis René Saldaña Ramírez y José Atanasio Gutiérrez, se hace explícito que: “[…] En el evento [religioso] se entonó por vez primera el Himno a la gloriosa Asunción de María, compuesto por el Canónigo jalostotitlense D. José María Cornejo Pérez. La coronación se tuvo que hacer en la entrada de la puerta principal de la parroquia, pues el gobierno no autorizó que el solemne evento se hiciera en la vía pública por estar prohibido legalmente hacerlo así. La relación entre la iglesia y el Estado en la región de Los Altos aún estaba frágil como secuela de la famosa Gesta Cristera (1926-1929) […]”.

II.

En aquel 1948 México veía como se consolidaba el primer gobierno civilista de la era postrevolucionaria: el encabezado por el abogado veracruzano Miguel Alemán Valdés, quien se propuso sentar las bases definitivas para conducir al país “hacia la utopía industrial” (Blanca Torres, “dixit”). Y en ese mismo año, la cinematografía mexicana, que a pesar de algunos barruntos de crisis continuaba siendo la más importante del mundo de habla hispana en su ramo, produjo 81 filmes de largometraje, uno de ellos, por cierto, la segunda versión, a color, de la célebre “Allá en el Rancho Grande”, asimismo dirigida por Fernando de Fuentes, pero ahora protagonizada por Jorge Negrete, ya consagrado como el “charro institucional” del cine producido en México. Un dato relevante: durante ese lapso anual se produjeron varias películas de medio y largometraje hechas al margen de la industria a las que ahora debemos agregar el corto (13 minutos de duración) “Jalostotitlán: Coronación de la Virgen de la Asunción”.

Por lo antes dicho, no sorprende tanto que el filme de marras inicie con un letrero que señala: “Que esta bella película reviva siempre en nuestras almas el recuerdo de los días gloriosos y del momento culminante de la historia de Jalostotitlán. 15 de agosto de 1948”. La frase está firmada por Salvador Quezada Limón y, en todo caso, lo que llama la atención es que el “momento culminante de la historia” al que se refiere el clérigo sea por supuesto la multirreferida coronación de la Virgen de la Asunción y no cualquier otro acontecimiento de carácter civil; de hecho, todo lo que pudiera remitir a instancias de gobierno (educación, salud, cultura y demás) quedó totalmente fuera de lo expuesto en pantalla. De los créditos sorprenden varios datos, pero, sobre todo, el de la empresa que invirtió en el financiamiento, denominada “Producciones Atoyac”, que seguramente era la misma, o una derivación o variante, de la que se conoció como “Cooperativa Elaboradora de Películas Atoyac”, en la que había tenido mucho que ver el afamado don Manuel Sánchez Valtierra, tío del mencionado José D’Mendoza Valtierra. Dicha empresa había sido fundada alrededor de dos años atrás en la ciudad de Guadalajara gracias a la aportación de capitales locales provenientes de gente como Juan Romero Kayam, Luis Aranguren, Luis Solórzano e Ignacio Jacobo. La Cooperativa alcanzó a patrocinar, hacia mediados de 1947, la cinta “El sombrero del amo”, que finalmente quedó inconclusa. D’Mendoza Valtierra había girado en la órbita de varias compañías fílmicas tapatías, incluida Artistas Unidos de Occidente, de la que había sido encargado del laboratorio, y llegaría a ser camarógrafo del “Noticiero Occidental”, prefigurado en un documental sobre la procesión al Santuario de la Virgen de Zapopan que al parecer había tenido amplia difusión local.

Fotograma “Jalostotitlán: Coronación de la Virgen de la Asunción”

 

Según los créditos de “Jalostotitlán: Coronación de la Virgen de la Asunción”, D’Mendoza Valtierra, que en el libro de Julia Tuñón se señala como José Guadalupe Mendoza, fue también camarógrafo del filme y algo así como guionista o creador de la idea o estructura, esto bajo el concepto de “versión”. Como en dos ocasiones se resalta la labor de  la Cooperativa de Camiones de Los Altos, es muy probable que esta empresa transportista haya invertido algo de capital en el financiamiento del corto documental, lo que ya en pantalla se tradujo en una promoción turística regional que incluyó referencias visuales y auditivas al río Lerma, Zapotlanejo, el Puente de Calderón (donde las huestes del cura Miguel Hidalgo habían sufrido una dolorosa derrota el 17 de enero de 1811) y Tepatitlán, lugar que también posee un respectivo santuario católico.

La parte medular de la cinta muestra, no casualmente, la arquitectura religiosa de Jalostotitlán; panorámicas del cementerio visitado por una mujer enlutada que parece extraída de algún pasaje de “Al filo del agua”, la gran novela de  Agustín Yáñez que había sido publicada un año antes de la realización del filme; la cabalgata de niños vestidos de romanos (que, cual “heraldos”, anuncian los inminentes festejos católicos dedicados a la patrona del pueblo); el desfile de carros alegóricos que sintetizan la vida de la Virgen María, y los simbólicos juegos de pirotecnia. Todo confluye, por supuesto, en la solemne misa que, presidida por el arzobispo Garibi Ribera en persona y revestida por una de las reconocidas piezas oratorias del canónigo José Ruiz Medrano, alcanza su apoteosis en el acto de puesta de la corona a la virginal efigie.
 

Fotograma “Jalostotitlán: Coronación de la Virgen de la Asunción”


Pese a su claro carácter de filme propagandístico y pro-católico elaborado a unos cuantos años de haber terminado el sexenio de giro conservador encabezado por el poblano Manuel Ávila Camacho, el documental de D’Mendoza Valtierra muestra a un cineasta de claras ambiciones propositivas. Ejemplo de ello son las tomas del trayecto del camión hechas a ras de tierra, mismas que remiten a momentos similares de “El hombre de la cámara” (1929), la obra maestra del genio soviético Dziga Vertov, o los sofisticados ángulos que plasman las torres y fachadas de iglesias de la región de Los Altos, incluido el paisaje de este poblado jalostotitlense. Y, por lo demás, la mirada del realizador está siempre colocada en el punto exacto para registrar detalles que exaltan la fe popular y, en este caso, su sentido profundamente masivo.


             
Escenas de “Jalostotitlán: Coronación de la Virgen de la Asunción”


III.

Pero ¿qué ocurrió con la exhibición de la película de marras? Entrevistado mediante cuestionario y apoyado en diversos testimonios recabados por él mismo, el Lic. Luis René Saldaña Ramírez apunta que: “[…] la Sra. Leticia Reynoso (Jalostotitlán, 1939) comenta: cuando fue la coronación de la Virgen en 1948 yo estaba muy niña, tengo pocos recuerdos, pero tengo muy grabada la imagen del momento de la coronación, el acto tuvo lugar en la puerta principal de la parroquia, yo no recuerdo haber visto cámaras o personas grabando, nunca me percaté de eso […] Mi papá, Teotimo Reynoso, a pesar de que había una cartelera de matiné para niños, nunca nos dejó ir al cine cuando éramos chicos ya que decía que eso no era apto para nosotros; pero recuerdo muy bien la primera vez que nos llevó al cine aquí en ‘Jalos’, nos llevó porque se trataba de la película de la Virgen, fue una tarde del año de 1950 en el cine que estaba en el teatro Hidalgo. Fuimos toda la familia porque se trataba de una película de ‘Jalos’ y de la Santísima Virgen de la Asunción, además de que en una de las escenas aparecía uno de los hermanos de mi papá. Después de ese momento yo nunca volví a saber de la película, no sé si la hayan proyectado en otra época, quizá sí, pero yo nunca la volví a mirar hasta ahora que el Sr. Cura [Miguel Domínguez García] la presentó en la ‘Expo Jalos’ del 2019”.

En otra respuesta al cuestionario, el Lic. Saldaña Ramírez indicó que: “[…] En el libro ‘Efemérides de Jalostotitlán 1624-2015’ (Jalostotitlán, 2018) se relata el siguiente dato: ‘9 de mayo de 1946. Se aprueba el contrato que firmaron el Ayuntamiento de Jalostotitllán y el Sr. José Montes, para arrendar por 10 años el Teatro Hidalgo –que en sus orígenes se llamó Teatro Amado Nervo– como centro de cine y espectáculos populares (hoy Auditorio Cultural o Auditorio Hidalgo)’ […]”. A partir de estas referencias se puede colegir que, una vez que estuvo concluida, la cinta de D’Mendoza Valtierra debió estrenarse en el Teatro Hidalgo, esto en el año de 1950, es decir, muy probablemente año y medio después de haberse filmado.

A pregunta expresa, el Lic. Saldaña Ramírez respondió que: “El filme estuvo resguardado durante décadas en la Notaría de la Parroquia de la Asunción de Jalostotitlán; sin embargo, el cambio de administraciones y la acumulación de bienes hizo que se quedara bajo otros documentos y libros, desconociendo el paradero del archivo durante mucho tiempo; el tema de la película de la ‘Coronación de la Virgen de 1948’ se ubicaba en la memoria oral de algunas personas, pero en realidad no había rastro del documento o su existencia. En la bibliografía publicada en torno a Jalostotitlán (incluso en revistas parroquiales de la época) no se ha encontrado rastro que testifique cómo se proyectó o se difundió el material”.

   Fotograma “Jalostotitlán: Coronación de la Virgen de la Asunción”


Acerca de la manera en que la copia se encontró y restauró en Cineteca Nacional, nuestro entrevistado señaló que: “En el año 2014 el productor de cine local Francisco Pérez “Chisco”, realizando una consulta en los archivos de la Notaría de la Parroquia de la Asunción encontró en uno de los estantes que resguardan antiguos  documentos que registran la vida parroquial de Jalostotitlán desde el siglo XVII, una lata redonda que resguardaba un filme de 35 mm; al darse cuenta del hallazgo revisaron el negativo y se percataron que se trataba de una obra que se consideraba extraviada o prácticamente desaparecida […] Posterior al hallazgo, se realizaron algunos intentos de proyección en antiguos aparatos de reproducción que la comunidad poseía, pero los intentos fueron fallidos y se volvió a resguardar para no dañar el acetato, pero ahora en una caja fuerte […] En el año 2018, en el marco del 70 aniversario de la Coronación Pontificia de la Virgen de la Asunción, el equipo de Patrimonio Cultural de la Parroquia de la Asunción promovió la iniciativa de digitalizar el filme con motivo de la conmemoración de aniversario, por lo que se  buscaron varias empresas para digitalizar el cortometraje en Jalisco (con la intención de que fuera más cercano el proceso), pero al darnos cuenta que no había empresas que contaran con el equipo necesario de digitalización, se inició el acercamiento con la Cineteca Nacional para conocer más a fondo su labor, procesos y métodos de salvaguarda del patrimonio fílmico de México. Después de conocer a fondo los trámites y procesos que se debían llevar a cabo para la digitalización de la obra, el Sr. Cura Miguel Domínguez autorizó el traslado de la lata que contenía el filme; y un 27 de agosto de 2018 viajaron por la mañana a la Ciudad de México el gestor y artista visual René Saldaña en compañía del sociólogo Atanasio Gutiérrez […] Después de unos meses de trabajo por parte del equipo de profesionales, en noviembre del mismo año René Saldaña y Atanasio Gutiérrez volvieron nuevamente a la Cineteca Nacional para recibir la obra en soporte digital, posterior a un arduo trabajo de preservación del acetato que consistió en limpieza, estabilización, restauración y digitalización del rollo de 35 mm (lata de 2,000 pies, nitrato), el cual volvería a ser resguardado en la Notaría Parroquial de la Asunción, pero ahora garantizando un periodo mayor de vida del archivo. También se firmó un convenio con el Fideicomiso de la Cineteca Nacional para incluir el cortometraje en el catálogo de la Videoteca Digital con el fin de que pueda ser visionada por sus usuarios con fines culturales y sin propósito de lucro. En septiembre de 2021 se firma un convenio para que el archivo sea publicado en la página de YouTube en el canal “Miradas al acervo” de la Cineteca Nacional, dando acceso público espectador de forma permanente […]”.

El proceso de rescate del valioso filme de D’Mendoza Valtierra finalmente se ha traducido, pues, en una garantía de amplia difusión por medio de YouTube, pero todavía falta que sea conocido en espacios como festivales, cinematecas y cineclubes. Hay tiempo y ganas para ello.
            
Notas.
[1]. Véase, sobre todo: Gutiérrez Gutiérrez, José Antonio, “Jalostotitlán a través de los siglos”, Volumen segundo, Acento Editores-Universidad de Guadalajara-Universidad Autónoma de Aguascalientes, 2005.
[2]. Cf. “Coronación Pontífica de la Sma. Virgen de la Asunción Reyna de Jalostotitlán”, editada el 15 de agosto de 1948, 57 pp. Debo al Lic. Luis René Saldaña Ramírez, Coordinador Regional en Los Altos de la Secretaría de Cultura del Gobierno de Jalisco, el envío de una copia electrónica de este documento que cierra con un soneto firmado por Alejandro Gómez Villalobos, notable poeta local.

*Las fotos que acompañan el presente artículo se incluyen únicamente como apoyo al contenido del texto, cuyo cometido es de difusión cultural y sin fines de lucro.