Por Amhed Sandoval
@amhesan
En octubre de 2003 los restos de Timothy Treadwell, junto con los de su novia Amie Huguenard, fueron encontrados cerca de donde acampaban en el Parque y Reserva Nacional de Katmai en Alaska. La muerte de Treadwell es un motivo para hablar de su muy poco usual convivencia y amor por los osos. Y éste es un pretexto de Werner Herzog, el aclamado director alemán, para hablar de algo más.
Este es un claro ejemplo de como el guión de los documentales se escribe en el montaje. También en la ficción se puede reescribir ahí, pero parte con algo mucho más cerrado que en el caso del documental. Herzog se encuentra con material que él mismo no grabó. El material de archivo de hecho es grabado de manera amateur por el propio Timothy Treadwell.
El material de Treadwell proviene de varias cintas de video, grabadas durante las últimas 5 temporadas que pasó en el parque en convivencia muy cercana con osos grizzly. Sin embargo, él pasó 13 años viviendo entre ellos. Su idea era crear una consciencia con respecto al cuidado de estos animales salvajes que son casados furtivamente.
Los videos que graba servirían para crear su propio documental, asimismo los utiliza también como una especie de diario y confesionario dónde expresa sus más profundos miedos y agradecimientos a la salvación que hicieron los osos de su vida.
Un documental muy diferente hubiera sido si Treadwell hubiera editado sus propias y originales imágenes. Herzog por su parte las utiliza para explorar la relación entre la naturaleza y el hombre.
Para complementar su visión el documentalista y productor usa otro tipo de material: entrevistas. Con ellas trata la otra parte de la vida de Treadwell, su convivencia con humanos. Y es que pasaba una parte del año en sociedad, y la otra “cuidando” a los osos en Alaska. Sus allegados cuentan las dificultades que él tenía para convivir con la gente y su pasión con los osos desde muy pequeño.
Pero las imágenes más interesantes son las de archivo, no obstante hay un elemento que las hace más interesantes aún y éste es la otra parte de todo proyecto audiovisual: el sonido.
Ahí está toda la mano de un experimentado documentalista como lo es Herzog, usa su propia voz en off (como en otros trabajos) para darle un contrapunto a las imágenes. Esa ahí donde cobran vida sus ideas a manera de ensayo.
Por momentos parece desvariar Treadwell mientras habla a la cámara, Herzog lo deja un rato para escucharlo, pero después comienza a hablar él. Reinterpreta lo que el amante de los osos (en un buen sentido) dice y hace.
Y es que Treadwell no era un tipo cualquiera, de verdad tenía algo extraordinario, tenía la capacidad de comprender a los osos. Tal vez no como él lo menciona de “hablar su idioma”, pero sí de una manera especial, nadie en el mundo puede acercarse así a estos animales.
No obstante, parece que él lee en su mirada amor, siente el amor de los osos y no tenía miedo de morir por ellos, sin embargo no quería morir a costa suya. Él nunca fue armado a la reserva y confiaba en ellos.
Uno de ellos, terminó por arrebatarle la vida tal vez no comprendió el amor que Timothy tenía hacía ellos. Aunado a que en esa ocasión ya había abandonado el parque y regreso por motivos desconocidos, al final le fue cobrado con su vida.
Herzog tiene acceso a la grabación que hizo la cámara de Treadwell de su muerte, que por casualidad sólo tiene sonido, pero decide no presentarla en el documental, por la crueldad que esto representaría.
También está grabado el oso que mata a Timothy y a su novia, días antes de que ocurriera. Y con un acercamiento a los ojos del oso y su mirada vacía Herzog hace su último apunte con respecto a la naturaleza y como mira. Algo muy diferente a lo que Timothy consideraba y que tal vez sea la clave de su muerte.
Ficha Técnica
Título original: Grizzly Man. Guión y Dirección: Werner Herzog. Producción: Erik Nelson. Fotografía: Peter Zeitlinger. Montaje: Joe Bini. Música: Richard Thompson. País: Estados Unidos. Año: 2005. Duración: 104 min