Por Hugo Lara Chávez
Desde Nueva York
Grandote. Así hay que definir al proyecto de El Señor de los Anillos: 16 meses de rodaje; tres películas filmadas en simultáneo; unos 300 millones de dólares de presupuesto y cerca de 2 mil millones recaudados mundialmente en taquilla hasta ahora; 19 nominaciones al Oscar y 6 estatuillas ganadas en dos años; 26 cámaras disponibles para filmar escenas especiales; más de 1,600 pares de orejas y pies de látex usados durante la filmación; 1,460 huevos consumidos diariamente en los desayunos del rodaje… en fin, en el rubro que sea, esta superproducción es capaz de romperle la nariz casi a cualquier marca del cine. Lo que es un hecho es que estos números de estatura olímpica todavía van a mejorar luego del próximo estreno de El Retorno del Rey (The Return of the King, 2003), la última parte de la trilogía.
Para coronar esta maniaca fascinación por lo muy grande, los distribuidores de la película han planeado una especie de orgía tolkeniana para los fanáticos de esta saga cinematográfica, pues un cierto número de salas en Estados Unidos proyectará el 16 de diciembre próximo los 600 minutos que en promedio duran las tres películas de manera continua: La Comunidad del Anillo (2001), Las Dos Torres (2002) y El Retorno del Rey, las dos primeras en sus versiones extendidas.
El director Peter Jackson y los productores de la saga tienen toda la confianza de que El Retorno del Rey sea la cereza del pastel, que culmine y aún perfeccione lo hecho por las dos cintas anteriores, ya no solo en plan de máquina tragamonedas, que se sabe retacada, sino también en el aspecto creativo. Para ello, se han dispuesto nuevos y espectaculares escenarios, incluyendo los magníficos sets de Minas Tirith; una apoteósica batalla final —la de Pelennor— con ejércitos de 200 mil soldados que se anticipa como la más impresionante jamás vista en la historia del cine fantástico; unas actuaciones que se han pulido con escenas adicionales filmadas extemporáneamente; una banda sonora de ricas texturas y, lo mejor de todo, acción, humor y emoción, mucha emoción, a cargo de los héroes de esta historia.
Un caso para la araña
Para dar luces del despliegue que promete esta cinta, hay que citar un momento clave de la cinta, cuando el hobbit Pippin (Billy Boyd) sorprende a propios y extraños con una emotiva canción de reminiscencia celta que interpreta más que decorosamente, en paralelo a las imágenes de un encarnizado combate. El pietaje que hemos visto, de unos 20 minutos de proyección, así lo muestra.
Además, el antro de Ella-Laraña es uno de los escenarios que más curiosidad despiertan de esta entrega. Este monstruoso personaje, una antigua y gigante araña que habita en un laberinto subterráneo en las Montañas de Orodruin, ha tejido sus redes para atrapar a cualquier viajero incauto que se interna por sus túneles.
Héroes y villanos hechos y derechos
En la tradición épica de la cultura occidental es norma que entre los héroes germine una doble lucha: una exterior, que los involucra en una guerra por una causa colectiva, y otra interior, que los obliga a confrontarse consigo mismos. En la saga de El Señor de los Anillos esa doble lucha se da a través de un cuadro coral, de varios héroes, cada uno con distintos pesos y con sus propios debates individuales. En El Retorno del Rey se advierte, desde el título mismo, el final de la jornada del héroe: un rey que oculta su identidad y se dispone a encarar la última batalla, la más feroz, para volver por sus fueros con la legitimidad del honor que le dará la victoria o la muerte. Junto a él, los demas héroes también cumplen su destino y hallan respuestas a sus propias búsquedas antes de volver a casa. Nada más emocionante que un regreso con gloria.
Con el estreno de El Regreso del Rey culmina la trilogía fílmica de El Señor de los Anillos, pues se trata de la última entrega de la saga épica-fantástica escrita por el británico J.R.R. Tolkien. El director neocelandés Peter Jackson ha fabricado lo que tiene toda la facha de convertirse en una saga fílmica que marque a las nuevas generaciones de cinéfilos-fetichistas, como en los años ochentas lo hizo La Guerra de las Galaxias.
Sin duda, la enorme aceptación de la saga fílmica ha sido favorecida por la herencia de la literatura de Tolkien, una auténtica biblia que ha adoctrinado a millares de fanáticos en el planeta, como se espera que lo haga la trilogía cinematográfica con sus hordas de seguidores, apoyada por una gran campaña de mercadotecnia a escala mundial que ha resultado muy efectiva, incluyendo la memorabilia consabida que día a día se cotiza más y otras estrategias menos usuales, como hacer de la película la nueva imagen nacional de Nueva Zelanda, según lo explica el hecho de que la línea aérea local haya adoptado los rostros de los personajes de la Tierra Media para decorar sus naves o que los mismos aparezcan en algunas monedas coleccionables de uso corriente o que, ya en un arrebato de exceso, se le halla cambiado por un día el nombre a la ciudad de Wellington por el de la Tierra Media, en el estreno de la primera cinta.
Sin duda, uno de los principales responsables de todo eso es el mismísimo Jackson, hoy por hoy la figura más visible del cine de ese país que ha sido capaz de levantar a su alrededor una industria fílmica en un país del que antes se tenían escasas noticias al respecto. Con esos recursos, Jackson parece llamado a pelear codo a codo por el puesto de gran ilusionista de Hollywood —su nuevo proyecto es ni más ni menos que una nueva versión de King Kong— que antaño usufructuaban George Lucas y Steven Spielberg, aunque de un tiempo para acá su monopolio se ha visto diezmado por el avance de otros talentos.
El tiempo pasa
Muchas cosas han cambiado desde el estreno hace dos años de La Comunidad del Anillo, la primera entrega de la serie. Se ha tratado de un proyecto largo que le ha exigido mucho a sus principales participantes, aunque también les ha dado enormes satisfacciones en diversos planos.
Como es bien sabido, las tres películas que conforman la serie fueron filmadas de manera simultánea desde octubre de 1999 hasta febrero de 2001, si bien es cierto que tanto la segunda como la tercera parte —Las Dos Torres y El Retorno del Rey, respectivamente— fueron motivo de tomas adicionales que se llevaron a cabo entre 2002 y 2003. De tal suerte que una buena parte del reparto ha debido permanecer vinculado al proyecto cerca de cuatro años, debido ya sea a las necesidades de filmar algunas escenas nuevas o bien por los compromisos de promoción que les obliga su contrato.
En ese lapso, Jackson ha logrado consolidar su imagen como la de un director confiable y talentoso para jugar en las grandes ligas de Hollywood, con la capacidad de administrar un presupuesto importante con magníficos resultados. Atrás ha quedado la historia del singular cineasta-artesano creador de obras tan originales como Picadillo (Bad Taste, 1987), (Braindead,1992) o Criaturas celestiales (Heavenly Creatures, 1994).
Algo parecido le ha ocurrido al casting de la película. Salvo figuras destacadísimas como la de Ian McKellen, Christopher Lee o Cate Blanchet, cuyas trayectoria estaban consolidadas desde antes de tomar parte en este proyecto, para otros participantes éste ha supuesto un vértice determinante que los ha echado hacia delante. Viggo Mortensen ha ganado un reconocimiento y una popularidad que no tenía anteriormente; Elijah Wood ha dado un paso hacia una etapa de madurez cuyos frutos están próximos a verse; Sean Astin se ha mostrado como un actor carismático y polivalente que ha llamado mucho la atención; Billy Boyd y Dominic Monaghan se han sabido ganar la simpatía del público; Miranda Otto ha ratificado su línea ascendente dentro de la actuación; Andy Serkis ha sorprendido por sus grandes facultades de histrión; Orlando Bloom se ha destapado como uno de los nuevos rostros masculinos más atractivos de Hollywood, y Liv Tyler ha lucido nuevamente su belleza.
DR. SERKIS Y MR. GOLLUM
…Y lloraremos/ Por estar muy solos /
Estamos perdidos /Volver a casa jamás podremos…
(Gollum’s Song, Emiliana Torrini)
La esquizofrenia está de moda. Gollum se esté convirtiendo en el personaje favorito de la saga de El Señor de los Anillos. Esta criatura patética y grotesca, que padece de un grave desdoblamiento de personalidad—muy próximo al Norman Bates de Psicosis— tiene un lado simpático y tierno que atrae a muchos seguidores. Gollum posee las texturas dramáticas que lo hacen brillar al lado de los otro personaje, más planos en ese sentido, pues los héroes principales son grandes héroes, de una sola pieza, y los villanos no tienen sentimientos y encima son muy feos.
El lado amable de su personalidad es Sméagol, el hobbit que fue en su pasado. El lado perverso es Gollum, cuyo nombre proviene del sonido onomatopéyico que él mismo repite sin sentido. Gollum es también Andy Serkis, un agradable actor británico formado en el teatro, aficionado a la pintura y al alpinismo y que recientemente ha debutado como director en un cortometraje titulado Víbora (Snake, 2003). Serkis ha ido ganando el reconocimiento debido al reto profesional que supuso interpretar este papel, cediendo no sólo su voz sino sus habilidades histriónicas y su lenguaje corporal, a una criatura generada por computadora (CG), mediante un sofisticado sistema que se servía de un traje especial que permite registrar todos los gestos y movimientos del actor y volcarlos más tarde en el personaje animado.
Serkis accedió a recostarse en el diván y responder a un ping-pong de preguntas y respuestas, donde desdobló sus dos personalidades para permitir adentrarnos en su psicología y en la de la criatura que se esconde en su interior.
| Andy Serkis Londres: Hogar Hijos: La vida Pintura: El centro Teatro: Vivir Shakespeare: Visionario Peter Jackson: Genio Actuación: Narración Alpinismo: Adicción Víbora: El Sistema Británico de Salud (risas) Pasión: Mi esposa, Lorraine Desafío: El futuro Éxito: Alternativas Felicidad: Vivir el momento El Anillo: Mmm… Poder Tolkien: Maestro Hollywood: Una pesera de oro El Señor de los Anillos: Biblia Maldad: Imposible Tesoro: Buenos guiones (risas) Poder: Para marcharse (risas) Gollum: Yo | Gollum Tierra Media: Infierno Sméagol: Débil Asesinato: Accidente Oscuridad: Protección Pescado: Dulces y jugosos Bilbo: Ladrón Frodo: Ladrón Amistad: Mentiras Dualidad: Pregúntale a Sméagol Sam : Estúpido gordo hobbit Dolor: Dardo Culpable: ¡Gollum, gollum! Felicidad: El Tesssoro El Anillo: Tesssoro Sauron: Ladrón Monte del Destino: Infierno Amor: Mentiras Redención: Nunca Soledad: Triunfo Compasión: ¿Qué es eso? Serkis: Ladrón |
¿Crees que Gollum pueda ser una amenaza para ti, un personaje que te marque como actor?
No lo creo, porque tiene una apariencia extremadamente definida. Y además mi trabajo como actor previamente y durante este proyecto es muy diversificado, he hecho mucho personajes de variados tipos, diferentes a Gollum.
¿La dualidad de Gollum de alguna manera refleja una dualidad tuya?
Su dualidad refleja mi propio punto de vista acerca del personaje. Creo que todas las personas tienen cierta dualidad, no necesariamente dos caras, pero potencialmente una lado oscuro y un lado más luminoso. La forma en que decidí interpretar a Gollum era mostrarlo como un ejemplo del poder de destrucción del anillo. Es un ser que no es muy fuerte moralmente, no puede resistir al poder del anillo y cae bajo su influencia muy rápido. Lo que vemos en una parte de El Regreso del Rey es cómo era antes de tener el anillo, lo vemos como Sméagol y el día en que el anillo cae en su posesión.
¿Cuál fue tu percepción al verlo por primera ve en pantalla, siendo un personaje animado que, sin embargo, tiene mucho de ti?
En realidad nuca hubo un punto exacto en que lo haya podido ver por vez primera porque fue un proceso muy largo. Mis participaciones en la pantalla eran usadas por los animadores y luego se tenía que filmar otra vez para hacer la captura del movimiento, con un traje con puntos de luces, que permitía controlar el sistema de generación de imagen, así que eso era lo que veía. Luego lo vi cuando tenía piel, más tarde cuando los ojos fueron terminados, vaya, esto fue cosa de años. Finalmente, lo vi en muchas manifestaciones antes de que estuviera totalmente terminado. Así que siento que crecí con él. Pero la primera vez que lo vi junto a más público fue maravilloso
¿Cómo reaccionó tu esposa cuando vio por vez primera a Gollum en la pantalla?
Pensó que era la criatura más sexy que jamás había visto que hasta se casaría con ella (risas). En realidad quedó muy impactada. Muchos amigos y familiares cuando vieron la película me veían a mí y no al personaje tecnológico, porque el componente del lenguaje corporal así lo evidenciaba. La estructura facial, los gestos, la expresión de los ojos, la voz, todos son míos. Es curioso porque es un personaje muy caracterizado, creo que fue una buena prueba.
DOBLES PERSONALIDADES
Viggo Mortenesen: Un artista polifacético
Sobre su interés de convertirse en director de cine…
Sí, lo he pensado, quizás como una consecuencia natural de mis actividades, que también son formas de narración: la actuación, la fotografía, la escritura, la pintura. Pero también he visto que toma mucha energía, que no es fácil hacerlo, exige mucho de uno mismo. No haría nada sino fuera una historia que me gustaría mucho. No lo haría nunca sino tuviera el control del corte final.
Miranda Otto: El mejor desayuno antes de pelear
Sobre su alimentación para los combates durante la filmación…
Muchísimos huevos, son maravillosos para proveer energía. Y también tomar mucha agua, me ayudaba mucho. Pero definitivamente, huevos para el desayuno
Elijah Wood: Sumamente sensible
Sobre el momento más emotivo del proyecto…
Fue cuando estábamos terminando estas películas y la idea de que ya no volvería a Nueva Zelanda fue muy difícil para mí, decirle adiós a todos y pensar que ya no los vería el siguiente año me puso muy triste y sensible.
Billy Boyd: Cantante y compositor
Sobre el momento en el que canta en El Retorno del Rey…
Peter (Jackson) tuvo la idea de que existiera una canción hobbit en esa secuencia. Durante la filmación, me preguntó si podía escribir algo que pudiera capturar la esencia de la escena. Escribí un par de canciones y días después encontramos la melodía adecuada. Estábamos un poco inquietos del resultado pero también emocionados puesto que es un momento clave, porque es un hobbit siendo hobbit en medio de toda esa destrucción. Uno puede imaginar esa canción como alguna que tu abuelo te enseñó para cantar en los momentos que no puedes entender; aquí es el momento en que sus amigos (de Pippin) pueden estar muriendo.
Sean Astin: La decisiones de un actor
Sobre la relación de afecto entre Sam y Frodo…
Creo que sería justo decir que el aspecto homoerótico del personaje sí pasó por mi mente pero no es algo que lo define. Hay un poderoso cariño entre los dos personajes (Sam y Frodo), supongo que puede entenderse como la relación que tiene cualquiera en su niñez con un amigo, pero también creo que es el tipo de afecto que se puede dar antes de una guerra, y pienso que esa es la naturaleza de la relación. El componente de la sexualidad es la pregunta capciosa de algunas personas proclives a leer en cierto sentido. Vaya, no es que esté en contra de las relaciones homosexuales, pero yo decidí que mi actuación no tuviera ese sesgo.
Sinopsis
La parte final de la trilogía de El Señor de los Anillos, basada en los relatos épico-fantásticos de JRR Tolkien, Frodo y Sam, guiados por Gollum, emprenden la etapa final de su viaje hacia Mordor para destruir el Anillo en los fuegos del Monte del Destino. Mientras tanto, los restantes compañeros de la desintegrada Comunidad del Anillos combaten en varios frentes para defender a la gente libre de la Tierra Media. Después de haber derrotando a las fuerzas de Saruman en el Abismo de Helm, Legolas, Aragorn, Gimli, Gandalf, Merry y Pippin se encaminan hacia Gondor, al campo de Pelennor, para la confrontación final entre la coalisión de Rohan y Gondor contra las fuerzas oscuras de Sauron.

