Por Daniel Ramírez


“Polly Maggoo es sobre la mierda, sobre las mentiras” afirmó William Klein acerca de su filme de 1966 durante la charla que siguió a la inauguración de la Retrospectiva que en su honor se lleva a cabo a partir del 24 de febrero y hasta el 5 de marzo en la Cineteca Nacional, sede alterna del FICCO quien en esta 6ª edición lo trae a la Ciudad de México como invitado especial del evento cinematográfico


“La película tuvo buena recepción del público y la crítica, ganó el premio Jean Vigo, el más importante en aquel tiempo” comentó el también fotógrafo y pintor. Dijo que la idea de hacer ¿Quién eres tú, Polly Maggoo? surgió del conocimiento previo que tenía acerca del mundo de la moda; además del creciente interés por la crítica a los medios de comunicación.


¿Quién eres tú, Polly Maggoo? narra con gran agudeza las nimiedades del mundo del modelaje. Polly Maggo (Dorothy MacGowan) es una top-model, objeto de un programa de televisión que se dedica a explotar las intimidades de personajes reconocidos. El conductor de la emisión (Jean Roquefort) tiene como encomienda develar la candidez y nulidad intelectual de la chica, sin embargo, pronto se lleva una sorpresa.


El director mencionó que la joven que actuó en la cinta era una verdadera Polly Maggoo; “una modelo que era utilizada para las fotografías, ella venía de Brooklyn y no conocía París. París la adoptó.” Y es que ese término era bastante utilizado en esos años en los círculos de la moda y los medios para referirse a las chicas como la retratada en su película.


La cinta de William Klein, -su primera ficción-, construye una sátira que hace uso de diferentes técnicas narrativas, como el documental, los musicales, la animación -que nos recuerda de dónde han salido realizadores como Michel Gondry-, así como los cuentos de príncipes azules y damiselas en peligro.


Respecto al contenido del filme, William Klein aseguró que le interesaba hacer una moda que no fuera a pasar de moda. “Pedí a unos amigos, que hacían esculturas extrañas con aluminio, colaborar con mi esposa (Jeanne Florian) quien se encargaba de los vestuarios; como resultado surgieron esas figuras bastante peligrosas porque en efecto, la modelo que se corta en la película, se cortó de verdad” recordó Klein.


El realizador neoyorquino comentó que cuando era pequeño tuvo la fantasía de ir a París, la capital del arte en el mundo. Ahí, empezo a pintar e influenciado por multidisciplinariedad de la escuela Bauhaus, decidió tomar fotos y regresó a Estados Unidos a hacerlo.


Su libro Life Is Good and Good for You in New York causó gran escándalo a tal grado que la revista para la colaboraba, Vogue, no lo quiso publicar y después de diez años de relación laboral regresó a Francia a buscar editor para su obra.


“Una persona (Chris Marker) de una pequeña editorial (Seuil) se arriesgó a sacar el libro, ganamos el premio Nadar y a partir de ahí recibí invitaciones para participar en una película” relató el artista.


William Klein también expresó, que en matería fotográfica, no hay ningún tipo de educación para leer una imagen o examinarla, como sí existe en la música o la pintura.


Por último indicó que existe una gran diferencia entre su obra y la de la Nouvelle vague francesa, “la mayoría de ellos venía de los Cahiers du Cinéma y tenían una obsesión literaria con el cine, como en las películas de Godard en donde literalmente se ve el acto de escribir; yo tengo otro enfoque más visual y la explotación dentro de ese campo, ese es mi punto de partida” concluyó el realizador estadounidense.