Por Manuel Cruz
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Acapulco. Para el segundo día, el Festival Internacional de Cine Acapulco estuvo marcado por la desorganización. La relación entre los horarios de las funciones y el transporte disponible para ellas es todavía inexistente, y la única intervención exitosa de la prensa el día de hoy consistió en “Donde chocan las olas”, decididamente una de las peores películas del año.
Hay mucho que ver en Acapulco. Con un programa encabezado por “Ajuste de Cuentas”, esterilizando el regreso triunfal de Sylvester Stallone a tierras familiares y esta vez en contra de Robert De Niro; el festival también cerrará con “Her”, la última película de Spike Jonze. En medio abunda el cine nacional, incluyendo programas de cortometrajes del CCC, CUEC, IMCINE e independientes, y también una retrospectiva del cine japonés por Hayao Miyazaki. Pero el jugoso programa no menciona horarios, sedes, ni funciones de prensa (excluyendo la espantosa “Donde chocan las olas”).
Tras horas de repetir la misma pregunta a varios organizadores, uno acabo por responder que la prensa no tenía acceso a las funciones del programa. Ante tal afirmación, ¿cuál es entonces el sentido de su asistencia al festival? Si todo se tratara de ver a Stallone, ya estaría escribiendo desde el DF. Tras anuncios más concretos para funciones de prensa mañana, el futuro se ve más prometedor. Pero si el brutal retraso para la conferencia de prensa con Sylvester Stallone sirve de pauta, es probable que muchas funciones inicien tarde, otra vez por causa de la desorganización.
“Shhh”
Si estuvieras en un lugar lleno de secuestradores, ¿le declararías tu amor a una niña fresa en ese mismo instante?
Si estuvieras en un basurero de autos, huyendo de un grupo de maleantes con pistolas, ¿harías una explosión con gasolina para distraerlos?
Si fueras uno de los maleantes y la policía esta por llegar, ¿harías movimientos de guitarra en el aire, como un rockstar esquizofrénico?
Estos son algunos de los ejemplos que rodean a “Shhh”, compitiendo con “Donde Rompen las Olas” por la peor película del FICA, y una de las cintas más pretenciosas y pobremente ejecutadas que existen. Para analizar este desastre, primero hay que enfocarse en qué es:
¿La historia de una niña secuestrada por un grupo de llamados mirreyes, uno de los cuales está enamorado de ella aunque no lo sepa, y tiene a otra mujer buscando su corazoncín sin éxito? Se podría creer que va por allí, hasta que el narrador omnisciente toma las cuerdas y divaga en discursos sobre el color y los sueños, en un intento por confundir al espectador y presentar una historia por partes, como se muestra en la excelente “Upstream Color” (fuera de este festival, proyectándose en el DF).
Sólo hay un problema: en esta película nunca hay historia. Más bien, toneladas de estilo: en las escenas de tensión hay close up de las actrices y percusiones apropiadas, la comedia presenta gags del año del caldo y sin ninguna aportación significativa, las escenas de ‘acción’ tienen los esperados riffs de guitarra eléctrica y hay incluso un intento de fusilarse el estilo de Philip Glass, a base de flautas y demás invenciones. Durante toda la película, es claro que el director Enrique Figueroa lucha por crear una atmósfera, pero a falta de premisas, ya se pueden hacer mil y una escenas al aire sin resultados.
El poco diálogo que si existe está completamente fuera de lugar, declarado por actores cuyo comportamiento los deja más cerca de un ensayo para lectura de guión, que la escena final. “Shhh!” es un ejemplo típico de lo que sucede al hacer una película con todos los mecanismos para resultar cool, protagonizarla con tipos guapos y chicas lindas, e incluir misterio y confusión… misterio sobre que hay en pantalla, y confusión respecto a su presencia en un festival internacional.
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