Por Ezequiel Obregon
Escribiendocine.com / CorreCamara.com
Mar del Plata, Argentina. En una entrega de premios oficiales que obvió títulos atendibles (Mother, A man who ates his cherries), no es llamativo que la ganadora del Astor de Oro haya resultado la mexicana Cinco días sin Nora.
El jurado (compuesto por miembros de la industria más proclives a un
cine clásico) le otorgó el máximo galardón a una película “sobria”. Lo
que no significa que sea una cualidad objetable, pero frente a films
más arriesgados como V.O.S. de Cesc Gay o The time that remains de Elia Suleiman, el jurado ha elegido una película más canónica y lineal, aunque ambas películas resultaron premiadas. La de Suleiman
–favorita de la prensa- tuvo un merecido reconocimiento como Mejor
director, quien logra a través de una atractiva puesta en escena
proponer una mirada ácida sobre el conflicto israelí palestino.
En otros aspectos, el jurado sorprendió. Tal es el caso del premio a la Mejor actriz, que recayó sobre Allison Janney, por Life during wartime de Todd Solonz, cuando era esperable que ganara la actriz protagónica de Mother. Tal vez hubiera resultado más convincente que la ganadora (por ese mismo film) fuera Alley Sheedy, dado su personaje tiene un mayor peso dramático. Menos cuestionable fue el premio al actor Gary Piquer, del film Mal día para pescar, de Alvaro Brechner. Otro
relato de corte narrativo, que no figuraba entre los favoritos pero que
tampoco fue mal recibido ni por la prensa ni por el público.
¿Habrá tenido en cuenta el jurado que Cesc Gay ya ganó el premio mayor por Ficción (2007)?
No hubiera sido desacertado premiar a un film que aborda varios tópicos
ya transitados (sobre todo los “vaivenes” de dos parejas amigas) pero
desde una propuesta de guión más innovadora y muy efectiva. En ese
sentido, es más que merecido el premio al Mejor guión que finalmente se
llevó el realizador español.
Hubo un Premio especial del jurado para el elenco completo de El cuerno de la abundancia y dos menciones especiales. La segunda fue para el director, Andrey Khrzhanovskiy por “la belleza y poesía de lenguaje cinematográfico en su película Room and a half”. La Primera mención recayó en Vikingo de José Celestino Campusano por
“su visceralidad en la que se conjugan crudeza y ternura.” Un premio
que es indiscutible, porque más allá de los juicios de valor, el opus
dos de Campusano tiene la misma rudeza de Vil romance (2008) con una dosis de ternura. Un premio que incluye al cine argentino en la premiación oficial, dado que Francia de Adrián Caetano se fue con las manos vacías.
En líneas generales, más allá de las divergencias de gustos, el
resultado final no es decepcionante. La competencia fue como una
síntesis de la programación general, aunque faltaron grandes autores de
mayor edad (hubo “un Rivette” en una sección paralela, no así
en la Competencia Internacional). Sí tuvieron cabida propuestas más
radicales sobre otras más clásicas, las que privilegiaron los
integrantes del jurado.