* ‘Gordo, calvo y bajito’, animación y cine al estilo colombiano.
Entrevista publicada en diciembre de 2011 que recuperamos para nuestros
lectores, a propósito de su próxima participación en el Festival de
Cartagena.

Por Hugo Lara

Amiens. Los colombianos Carlos Osuna y Juan Mauricio Ruiz forman un interesante tándem que está impulsando varios proyectos cinematográficos en su país, además de que se han lanzado a un género poco explorado en Colombia: la animación. Establecidos en Bogotá, su compañía Malta Films está en la labor de promover su primer largometraje, la cinta Gordo, calvo y bajito, pero además tiene en desarrollo dos proyectos: un largometraje de ficción titulado Los amigos enemigos, que podría concretarse pronto, y el documental Dar vida a la vida, filmado en El Caguán, la zona tradicional donde las FARC están asentadas, cuyo estreno limitado ocurrirá este diciembre.

Gordo calvo y bajito ha conseguido ya un contrato de distribución en Estados Unidos, además de que lleva un interesante recorrido por festivales: Biarritz, Chicago, Varosvia, Amiens, India… CorreCamara conversó con ellos.

CC: ¿Es mucha joda ser “Gordo, calvo y bajito”?

Carlos: Gordo, calvo y bajito es una película animada, una especie de mezcla de humor y drama. Cuenta la historia de Antonio, que está en sus cuarenta años. Solitario y tímido, rechazados por sus compañeros del trabajo, en una notaría. Siempre ha pensado que su vida es un fracaso porque es gordo, calvo y bajito. En la notaría se dan algunos cambios y llega un nuevo jefe, que es más gordo, más calvo y más bajito que él. A partir de ahí, el personaje comienza a entender su vida y sus complejos de otra manera.

CC: ¿Cómo lograron sacar adelante un proyecto de animación en Colombia?

Carlos: Tenemos una sociedad muy particular, Mauricio es el productor y yo el director, y los dos somos guionistas. Es una coproducción Francia-Colombia, a partir del apoyo del Fondo Cinematográfico de Colombia y luego conseguimos el apoyo de Fund Sud aquí en Francia. Estuvimos en “Guadalajara Construye” (programa dedicado a apoyar proyectos en desarrollo). Para nosotros fue la primera experiencia de mostrar la película, nosotros la habíamos visto en la oficina pero nadie más. No habíamos tenido la experiencia de compartir la película con un grupo de gente, y la respuesta fue muy positiva, además que recibimos dos premios. Recibimos servicios de postproducción, para poder acabarla. Lo que más me gustó con el público es haber logrado la intención principal que era que el drama del personaje no fuera un chiste sino que viera con ternura y compasión, que fuera muy sincera y sentida la historia.

CC: ¿Qué otros referentes del cine de animación hay en Colombia?

Mauricio: Hay una película colombiana, Pequeñas voces, que tuvo un buen recorrido en festivales, que es la que nos antecedió, pero en largometrajes es algo relativamente nuevo.

Carlos: Y también el año anterior se estrenó Los extraños presagios del doctor Prozac, una película experimental colombiana.

CC: ¿Qué técnica de animación usaron para su proyecto?

Mauricio: La película fue rotoscopio, que consistió básicamente  filmar en imagen real, de hecho se hicieron dos filmaciones, una con personajes y otra sin ellos. Los fondos son reales con cierto tratamiento y los personajes son dibujados, es una técnica mixta.

CC: ¿Qué planes tienen con Gordo, calvo y bajito?

Mauricio: La película ha sido tomada por Global Film Initiative para distribución en Estados Unidos y esperamos que tenga un recorrido interesante. Adicionalmente esperamos que tenga su estreno en Colombia en febrero, en el Festival de Cine de Cartagena.

Carlos: Realmente empezamos hace poco mas de un mes y Amiens es nuestro cuarto festival. Empezamos en Biarritz, Chicago, Varosvia y La India.

Mauricio: No se descarta que la película tenga una distribución comercial, pero tiene una línea independiente.

CC: ¿Fue un reto difícil hacer una película de animación, cuando en el mundo se impone el estándar de Pixar y sus grandes presupuestos?

Carlos: Si (ríe). Estuvimos invitados en Cannes el año pasado con el proyecto de la película y tuvimos ahí una reunión con las personas de Disney. Estaban hablando entre ellos y decían que si una película de animación tiene un presupuesto menor a 10 millones de dólares no es una película seria. Yo me reía. Nosotros vamos a tener nuestro estreno comercial en Colombia, en febrero o marzo. La otra película colombiana de animación, que estuvo en Venecia y Tribeca, una animación documental, le fue muy mal en taquilla. Es una película que me gusta mucho. Por otra parte Bals with Bashir se estrenó comercialmente en Colombia y no le fue mal  con una sola copia. No sabemos que vaya a pasar con nosotros. En Colombia la va a distribuir una compañía que se llama Cineplex y están muy enamorados de la película.

CC: ¿Cuál es el público al que se dirigen, porque cuando se habla de animación se piensa en películas infantiles, como en México ha sido Una película de huevos o recientemente Don Gato y su pandilla?

Carlos: Esta película no es para niños y como es sabido, la taquilla más grande la hacen las películas infantiles, entonces eso nos va a quitar un campo grande. Pero por otro lado contamos en la película con la participación de muy buenos actores, muy reconocidos, debido a que la técnica que usamos requiere de ellos. Son actores que han participado en películas colombianas importantes, como el protagonista que se llama Alvaro Bayona (La gente del Universal), Florina Lemaitre (La estrategia del caracol). Para este caso necesitamos actores que fueran profesionales. Había un problema con la actuación porque cuando ellos actuaban y al momento de convertirlos en dibujos, se perdía un poco sus expresiones corporales. Entonces yo como director les pedí a los actores que estuvieran un poco sobreactuados, de forma que la sobreactuación desaparecía en el dibujo y se lograba un tono neutro. Necesitábamos actores que comprendían el tono de la actuación y forzarlo un poco.

CC: ¿Qué otros proyectos tienen en puerta?

Mauricio: Queremos filmar entre junio y julio del próximo año. Ya tenemos parte de la financiación pero no está cerrada hasta mayo o abril. Se va a llamar Los amigos enemigos. No es animación, sino live action, un drama.  Es la historia de dos amigos de toda la vida pero cuando llegan a una edad adulta ya no pueden ser amigos sino todo lo contrario. Casi toda la película va a ser en Bogotá. Es una película muy particular pero hay un personaje que llega del exterior y estará hablada en cierto spanglish, en un inglés mal hablado, y hablará un poco e los latinos que buscan progresar fuera del país y luego regresan y no saben adaptarse. Aun no hemos definido el casting. El presupuesto es de 300 mil dólares.

Carlos: Nosotros producimos, Malta Cine, con apoyo del Fondo Cinematográfico de Colombia. Además, en enero estrenamos un documental que se llama Dar vida a la vida, de 45 minutos, sobre la zona de El Caguán, la zona tradicional donde las FARC están asentadas, la violencia viva y cruda. Un grupo de mujeres independientes que están tratando de hacer la paz e la zona del conflicto. Va a tener un estreno en Bogotá, particular porque tiene una función humanitaria, pues se hizo con el apoyo de un fondo de la Universidad Javeriana, con ellos vamos a hacer un estreno en Bogotá y luego se buscará un recorrido en festivales.

CC: ¿Fue peligroso filmar este documental?

Carlos: Está realizado en alta definición. Es un lugar donde no pueden usarse cámaras así que usamos una cámara digital, handycam. De hecho, en un primer viaje de preproducción, aunque ya ibamos con el deseo de empezar a filmar y estuvo muy bien. Estábamos filmando en un iglesia, porque estas mujeres hacían la grabación de unos programas educativos. Me pidieron que filmara no para el documental sino para el archivo personal de ellas, y cuando saqué la cámara todo mundo se salió de la iglesia. Me preguntaron porqué estaba filmando, porque los medios de comunicación los han usado y manipulado políticamente, no les agrada que se acerquen los medios de comunicación.


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Mauricio Ruiz y Carlos Osuna.