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Al mexicano Demián Bichir no le molesta confesar que es un hombre feliz y pleno, tras haber hecho realidad no pocos de sus sueños, y ser capaz de desplegar su talento tanto en cine como en teatro y televisión, tanto en México como en Estados Unidos, y ahora tanto delante como detrás de las cámaras. Próximo a cumplir los 52 años, el chilango, perteneciente a una estirpe de actores y gente de teatro, espera estrenar su opera prima como realizador, “Refugio”, , y ya en la recta final del año sacar provecho a su participación en el último trabajo de Quentin Tarantino, “The Hateful Eight”.
“Si yo realmente pensara a fondo -ha dicho Bichir a Zeta- sobre las responsabilidades de los trabajos que he hecho, estaría muerto de miedo en mi recámara, no saldría ni a la esquina. Soy un irresponsable y básicamente por eso me he aventado a hacer las cosas que aparentemente pueden ser muy complicadas. No lo pienso tanto, si pensara las cosas demasiado, no haría mucho”.
Demián, que en los últimos meses ha rodado dos películas, “Good Kids” y “Low Riders”, se siente especialmente orgulloso de manejarse con comodidad tanto en español como en inglés, a pesar de que no estudió la lengua gringa hasta su adolescencia: “Aprendí el inglés después de los catorce (años), y dicen que después de los catorce, es más difícil quitarse el acento, hago mis mejores intentos, pero he podido hacer rusos y he podido hacer cubanos, me refiero en inglés. Yo voy a seguir divirtiéndome cada vez que pueda y cuando venga la posibilidad. He hecho mexicoamericanos también, me he salido con la mía mucho más de lo que pensé. Yo nada más sabía ‘the pencil is red’ y ‘the window is open’, y ‘good morning’ y ahí te ves, entonces yo soy el primer sorprendido de haber llegado tan lejos”.
De esas sus últimas cintas estadounidenses es sin duda la de Tarantino, que en pocos días tendrá anticipo en la Comic Con, la que ha generado mayor interés internacional. De ella, Bichir no puede hablar en detalle, destaca la experiencia humana de codearse, en medio de condiciones climatológicos invernales extremas, con muchos compañeros que admiraba.
“Tarantino es un hombre extraordinario, un genio. Es una palabra contundente y fuerte, difícil de exponer, pero creo que es lo que lo define. Fue un rodaje muy intenso y muy feliz, siempre un rodaje en un set lo determina el capitán del barco, el director, y en este caso Quentin es un hombre muy amoroso, es un hombre feliz y así son sus sets. Fue una experiencia hermosa trabajar con este reparto de actores que, además, yo pasé de verlos y admirarlos a estar de piquete de ombligo, fue una experiencia hermosa para todos los que estuvimos allá”, declara a Zeta.
Desde que fue nominado al Oscar por “Una vida mejor / A Better Life”, la actividad laboral aún se le aceleró más, con un protagónico en televisión (“The Bridge”) y varias películas con papeles de diferentes entidades. Para Demián Bichir no hay rol pequeño: “Siempre he pensado que cada trabajo es el pasaporte al siguiente, y he tenido esa fortuna que cada vez que he estado en una temporada de teatro con una compañía distinta, con una buena película y demás; eso trae otro tipo de cosas, cosas nuevas, más gente sabe de ti y más gente sabe tu nombre”.