Gran recepción a “Un mundo secreto” y “Después de Lucía” en Tesalónica

Mexicanos por el mundo 5. 

Por Fernando Moreno “El More”

Desde Tesalónica. “Un mundo secreto” de Gabriel Mariño y “Después de Lucía” de Michel Franco, fueron presentadas en el 53 Festival de cine de Tesalónica.

¿Cuántas veces se pude volver a ver una película?¿Qué pasa en el espectador al enfrentarse de nuevo al mismo material?¿Qué papel juega el ambiente en el que se ve para modificar los efectos?

Más allá de poder responder de manera convincente estas preguntas puedo empezar por afirmar que siempre que la cinta sea buena existe la posibilidad de ir descubriendo en ella nuevos atributos. Hoy, me vuelvo a enfrentar a “Después de Lucía” y “Un mundo secreto” en el marco del Festival de Tesalónica.

Son las 3 de la tarde del Jueves 9 de noviembre en la antigua capital de Macedonia. El sol brilla en el malecón y las gaviotas se acercan a los barcos que regresan al puerto antiguo reconvertido en complejo cinematográfico. Tras una noche lluviosa el clima mejora e invita a pasear por la plaza Aristóteles.

Acostumbrado a no caer en este tipo de tentaciones el público cinéfilo de la ciudad abarrota la sala John Cassavetes para ver “Un mundo secreto”, ópera prima de Gabriel Mariño. Durante casi hora y media Grecia está más cerca de México y sus estoicos ciudadanos se sienten identificados con la historia de María.

Los largos silencios y el uso del foco crítico como propuesta estética aíslan a la protagonista de una madre ausente y una realidad hostil.

La estrategia narrativa apuesta por el road movie y una fotografía naturalista que se aleja del celofán y se decanta por una luz natural. La soledad de María se traduce en planos largos y dibujos o textos que escribe sobre ella misma en su libreta negra: ”Yo sólo quiero decirte una cosa, eres increíble y espero que un día alguien se fije en ti”…”María es una puta”.

El sexo aparece como un modo de expiación o auto castigo. Como un escape para tratar de exorcizar a los demonios internos hasta que, de manera sorpresiva, nuestra heroína conoce a un hombre que la trata de un modo diferente y entiende que, aunque debe continuar su viaje, existe algo más.

Al destino final de María sigue un nutrido aplauso y una sabrosa sesión de preguntas y respuestas. ”Lo importante es el viaje, no el destino” dice Mariño al tiempo que los asistentes reconocen a Kavafis como autor de la frase y aprueban las opiniones del director del mismo modo que lo hicieron con su película. Al final, los más de 20 festivales que ha recorrido este año están más que justificados.

Solamente 4 horas y media después, y con la nueva película del Iraní Abbas Kiarostami como un particular “intermedio”, se proyecta en la misma sala “Después de Lucía” de Michel Franco.

Precedida por la merecida fama que le ha acarreado ganar el premio principal de “Una cierta mirada” en Cannes, la audiencia vuelve a reflejarse en un lleno completo.

De nuevo hay un silencio absoluto y una evidente conexión. Otra historia concebida y producida del otro lado del mundo atrapa a los tesalonicenses.

El duelo que enfrentan un padre y su hija y la violencia que vivimos y llevamos dentro  todos son origen y destino de un duro cuento sin final felíz. El viaje de ida y vuelta de la playa a la ciudad es también un descenso hacia los infiernos personales en los que se puede convertir el día a día. Ya sea en un restaurante, una escuela, un viaje de fin de semana o el tráfico de la gran ciudad.

Planos largos escrupulosamente cuidados y una austeridad de diálogos y movimientos de cámara impresionante conviven con un tono de actuación milimétrico donde deslumbra la belleza y fragilidad de Tessa Ia soportada por la solidez de Hernán Mendoza que carga todo el poder del final inevitable sobre sus hombros.

De nuevo el John Cassavetes rompe en aplausos y algunos incrédulos preguntan sobre el México que retrata la película que se parece -y no- al que se proyecta en las noticias internacionales. El director aclara: “No buscaba ser didáctico ni tratar de resolver un problema, no creo tener las respuestas correctas.Yo quería hacer esta película”.

Después de la proyección el embajador de México en Grecia, Tarcisio Navarrete, ofreció una recepción en honor a los directores y algunos invitados al festival entre los que estaban la realizadora griega Athina Rachel Sangari, el crítico colombiano Hugo Chaparro y el cinefotógrafo y programador Alexis Grivas.

Caminando de regreso a mi hotel sigo sin poder responderme las preguntas que solté al principio del texto. En realidad no tengo idea de cuántas veces se pueda revisitar una cinta. Sólo sé que hoy, muy lejos de México donde vi por primera vez “Después de Lucía” y “Un mundo secreto”, puedo decir que me gustan un poco más que entonces y eso es gracias a que son buenas y a que las vi a sala llena en Tesalónica.

Nos seguimos encontrando por aquí para platicar de cómo le va a los cineastas mexicanos por el mundo.

Saludos desde Grecia
El More