Foto: Imcine
 

Redacción. El pasado viernes 25 de noviembre causó conmoción la muerte a sus 83 años de Héctor Bonilla,  figura muy querida y respetada en el cine, el teatro y la televisión mexicanas. Bonilla padecía cáncer desde hace cuatro añós, por lo que su salud se había mermado. Galán y primer actor, siempre fue protagonista, pero además,  promotor de proyectos de calidad, tanto en el cine como en el teatro. Por eso mismo, Bonilla será homenajeado en Bellas Artes este lunes. Uno de los hijos del primer actor mexicano también reveló  el epitafio que decidió escribir su padre hace años : “Se acabó la función, No estén chingando. El que me vio, me vio. No queda nada”.

Actor, productor, argumentista y guionista. Su nombre completo fue Héctor Hermilio Bonilla Rebentún y nació en la Ciudad de México, el 14 de marzo de 1941. Abandonó la carrera de Leyes para estudiar actuación en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) e inició su carrera en el ámbito del teatro universitario. Después, desde finales de los años sesenta, trabajó en el cine y participó en cintas como “Pax?” (1967), “Patsy, mi amor” (La entrega de un adolescente, 1968), “Los novios2 (1969), “Siempre hay una primera vez” (1969), “El cambio” (1971), “El cumpleaños del perro” (1974), “Meridiano 100” (1974), por la que recibió el Ariel a la mejor actuación y en la que también participó como autor del argumento y el guión, “Matinée” (1976), ” María de mi corazón” (1980), “Rojo amanecer” (1989), en la que fungió como coproductor y por la que ganó el Ariel al mejor actor, “La leyenda de una máscara” (1989), “El bulto” (1991) y “Ambar” (1993), “7:19 La Hora del Temblor “(2016), “Un padre no tan padre” (2016), y Una Navidad no tan padre (2021), entre otras.

También ampliamente reconocido como activista gremial, con frecuencia colaboró en la televisión, y se hizo de gran prestigio a través de sus excelentes caractetizaciones en más de medio centenar de puestas en escena, en las que, ocasionalmente, llegó a incursionar como autor y director, como sucedió con la obra “La lucha se hace”, en 1986. También actuó en otras obras memorables como “¡Vivan los muertos!”, “El Vestidor”, “Barnum”, “Madame Butterfly”, “El Diluvio que Viene”, “Golden Boy”, “Electra”, “Sugar”, “Little Malcolm” y “Almacenados”.

Participó igualmente en telenovelas myt exitosas, como  “Velo de novia” (1971), “Extraño en su pueblo” (1973), “Lo imperdonable” (1975), “Soledad” (1980), “La pasión de Isabela” (1984), “La casa al final de la calle” (1989), “Señora” (1998), “Tío Alberto” (2000), “Mirada de mujer, el regreso” (2003), “El juramento” (2008), “Mujer comprada” (2009), y “Amor cautivo” (2012).

Descanse en paz.