Por Leticia Carrillo
“Si hay una persona que venda en México, esa es Martha Higareda y eso está comprobado” dijo Mineko Mori, Directora de Ventas Internacionales de Videocine, durante la conferencia que junto con José Juan Hernández, Director de Azteca Cine y Distribución, impartió el jueves 4 de diciembre en el Seminario de Experiencia para Productores.
Lo anterior al responder una pregunta respecto a que si en el cine mexicano el reparto era un factor de peso para obtener buenos resultados en taquilla. Mori dijo que, dado que Higareda era la única actriz que aseguraba favorables ingresos, los productores y directores deberían escoger en base a su calidad actoral al elenco de una producción ya que incluso figuras provenientes de la televisión no garantizaban el éxito económico.
“En México, a diferencia de Estados Unidos, no hay un star system. Si ese fuera el caso, Zapata (Película dirigida por Alfonso Arau y protagonizada por Alejandro Fernández y Lucero) hubiera sido un exitazo y no lo fue; costó nueve millones de dólares y apenas recaudó cuatro” agregó José Juan.
Respecto a los géneros del cine mexicano que más venden, Mori y Hernández indicaron que los más comerciales son la comedia romántica “con un final gratificante”, y de terror con clasificación B-15“[clasificación] C no vende”, subrayó Hernández, “porque con C cortas a la mitad al público que podría ver tu película, considerando que el mayor número de asistentes a las salas cinematográficas se encuentran entre los quince y los veinticuatro años.”
Sin embargo, el director de Azteca Cine y Distribución, opinó que si los productores son conscientes de que les van a asignar determinada clasificación, exploten la misma con mucha inteligencia en los criterios relativos a la presentación de violencia, sexualidad, lenguaje y adicciones, ya que muchas películas tiene una calificación muy restrictiva y su contenido apenas encaja en ésta.
Los ejecutivos aconsejaron a los productores y distribuidores hacer un comparativo de su película con otras que se le asemejen, nacionales y extranjeras, recientes y pasadas, e investigar cómo les fue en pantalla para guiarse acerca del posible resultado de su cinta en las salas. Recomendaron también analizar los filmes a los que se va a enfrentar la producción y no estrenar en las mismas fechas dos películas mexicanas del mismo género, ya que “se van a pelear por el 7.5% del mercado” que le corresponden al cine nacional.
Pusieron como ejemplo de esta situación, el caso del thriller policiaco Bajo la sal (Mario Muñoz, 2008) que se estrenó una semana antes que la cinta de terror Spam; la publicidad de la primera parecía la de un filme del mismo género que la película de Charlie Gore. Cuando ésta fue lanzada, desbancó a Bajo la sal que acabó siendo retirada por haber reunido menos dinero que Spam, a pesar de haber tenido buenos ingresos en taquilla.
En torno a los números que tiene que alcanzar una película mexicana para ser rentable, Hernández externó: “Si en promedio cuesta dos millones de dólares, debe hacer trescientas copias y recaudar setenta millones de pesos para recuperar la inversión que se hizo. Si haces menos no vas a llegar a esa cantidad. Pero entre más copias hagas, requieres más gasto en publicidad”.
Películas como Lake Tahoe (Fernando Eimbcke, 2008), que salió a las salas con trece copias no son “comercialmente viables” porque en su segundo fin de semana (se estrenó el 28 de noviembre) apenas lleva doscientos sesenta mil pesos recuperados. “Si apuestas por una distribución como esa, necesitas más tiempo de publicidad, de exposición en los medios, ya sabes a lo que le tiras” añadió José Juan.
Por su parte, Mineko Mori resaltó el Acuerdo de Industria firmado entre los distribuidores y los exhibidores en el que se estipula que las óperas primas y segundas obras de directores mexicanos recibirán de parte de las cadenas exhibidoras 50% de la renta de la película en su primer fin de semana, a diferencia del 35% que en promedio obtienen las demás cintas, a excepción de los grandes títulos de franquicias norteamericanas. Otro de los beneficios que se lograron fue una garantía de cartelera de por lo menos dos semanas de exhibición, aunque la segunda semana la película comparta sala con otro título.
En cuanto a la publicidad, la representante de Videocine manifestó que las más atractivas son el poster y el trailer que están dentro del cine porque ahí es donde se encuentra el mercado natural para la película y deben estar en salas por lo menos un mes antes del estreno.
“El cine, el video y la televisión son las mayores ventanas de comercialización en México, pero si una película hizo menos de veinte millones en box office [taquilla] a la televisión no le interesa comprarla. En video lo que más recupera son las películas infantiles, sin embargo, México es el segundo lugar en piratería, y debido a ello se recuperan en promedio sólo cincuenta mil dólares por título” mencionó la Directora de Ventas Internacionales de Videocine.
Mori y Hernández consideraron que lo que más se requiere en México son buenos guionistas porque la historia es la base para hacer una película de calidad. Por último estimaron que los productores deben hacer lo posible por conseguir distribuidora desde la preproducción para comenzar a generar información de prensa desde el rodaje, así como involucrarse más en las etapas de la distribución del filme.
“El trabajo de la distribuidora es tomar el producto y hacerlo lo más rentable posible. Es importante saber que una distribuidora es un negocio comercial” concluyó Mineko Mori.