#55Ariel2013: Tessa Ia: Después de Lucía, Hard Candy y… ¡feliz!

Para su consideración: Cobertura especial Ariel 2013

Por Ulises Pérez Mancilla

En menos de tres meses, butacas más butacas menos, es la segunda vez que comparto fila con Nailea Norvind en una sala pública. No es casualidad. La primera ocurrió en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, en el Cinépolis Centro Magno una tarde de domingo. Se trataba del programa 2 de cortometrajes iberoamericanos en competencia, entre ellos: “Corre sin mirar atrás”, un corto del cuequero Luis Mariano García sobre un escritor en crisis aconsejado por sus personajes. Nailea aplaudía y echaba bravos sin miramientos cuando apareció el crédito de Tessa Ia.

“Mi mamá tiene un sexto sentido de mamá que cuando hicimos ‘Después de Lucía’ me dijo: se van a ir a Cannes… y así ésta vez, me dijo: te van a nominar al Ariel”; diría más tarde Tessa, en el camerino del Teatro Helénico, donde actualmente se presenta con la puesta en escena “Hard Candy”, adaptación de la película homónima a cargo de Luis Mario Moncada y bajo la dirección de Mario Mandujano y Anilú Pardo.

Dan la tercera llamada.

Aparece Tessa en su papel de Hayley chateando con su coprotagonista Jeff (Arap Bethke) en el escenario, apoyados por material multimedia realizado por el también nominado al Ariel Víctor Velázquez en la categoría de efectos visuales. La cándida niña seduce al hombre maduro y conforme avanza la trama se transforma en una vengadora de menores abusadas. La víctima se vuelve el verdugo y toda la contención que pudo existir en Tessa al interpretar a Lucía se desvanece (…“Quiero poder ir de un papel a otro, completamente diferente; me gustan los personajes interesantes, matizados, que me hablen a mí, y que digan algo de lo que a mí me gustaría comunicar”…)

Fin de la obra. En la fila, Nailea, su madre, que el año pasado estuvo nominada igualmente al Ariel por “La otra familia” aplaude. Cuando le pregunto a Tessa por el trabajo de su mamá dice sin duda: “es mi actriz mexicana favorita, la admiro mucho”. Y aunque parezca lógico que se haya inclinado por el camino de la actuación (… de niña, cuando participaba en “RBD”, solía pedirle más de una escena a Pedro Damián); a su corta edad Tessa sabe que actuar es lo que la hace feliz: “antes no lo tenía tan claro, quería ser espía, quería ser estrella de rock, astronauta, hasta que hice ‘The Burning Plane’ supe que tenía que dedicarme a esto”.

Tessa conocía a Michel Franco, director de “Después de Lucía” desde antes de que trabajaran juntos. Cuando él estaba escribiendo el guión de la película solía llamarle “todo el tiempo” para preguntarle sobre la vida de los adolescentes. Hasta que de alguna manera, sus respuestas fueron una especie de casting que inclinaron la balanza para que el protagonista se convirtiera en Lucía, pues originalmente el personaje era varón. Michel no sólo cambió el sexo de su personaje sino que puso en los reflectores del mundo a Tessa, tras ganar el premio “Una cierta mirada” en Cannes justamente hace un año.

“El rodaje fue una cosa muy fuerte porque por más que haya disfrutado cada segundo en el set, y de que aunque estuviera vomitando nos estábamos muriendo de risa entre corte y corte, cuando llegas a tu casa al final del día, la que recibió los golpes fuiste tu, a la que le mearon encima fuiste tú”. Sin importar su corta edad, Tessa tiene los pies en la tierra: “como actriz yo soy nada más una herramienta, y tengo qué servir para lo que el director necesite y cómo él sienta que lo necesita para el producto final”.

Para Tessa el resultado final del proceso cinematográfico es un recuerdo: “me gusta el proceso que necesitas para trabajar los cambios bruscos en tu persona entre toma y toma. Al final no sabes que estabas haciendo, puedes hacer 20 tomas de lo mismo, algunas iguales, algunas diferentes, y ya cuando lo ves todo en conjunto es como un recuerdo que te puedes llevar tu mismo y verlo”.

A la par que se presenta en “Hard Candy” todos los fines de semana a partir de mayo, Tessa tiene dos grupos de teatro independiente, uno de los cuáles actualmente se presenta los sábados en el Museo de San Carlos con “Tristeza” y “En el mismo barco”…. “Nunca puedo decidir entre el cine y el teatro… En el teatro me fascina que todo lo que puedes vivir es el presente, es escuchar cada segundo para saber cómo responder. Si te envían un estímulo diferente en esta función que en la pasada, tu respuesta debe ser diferente también aunque sean las mismas líneas, es algo hermoso, porque no lo puedes cortar, ni elegir cuál es la mejor escena. Es un proceso crudo y hay un personaje en frente de ti latiendo todo el tiempo”.

¿Te interesa hacer televisión?
Nunca descarto por completo la tele pero mi plan de vida es ser una actriz internacional. Hacer cine en todos lados: Japón, Francia, Inglaterra, Estados Unidos. Amo hacer cortos, porque me dan experiencia (este año la veremos en “Monstruo”, de Luis Mariano García, el mismo director de “Corre sin mirar atrás”).

Clara y a un ritmo lúcido, Tessa (quien se enteró de su nominación al Ariel por Twitter) responde breve y precisa, como si se tratara de un juego de ping-pong. Le pregunto si tiene el registro del momento exacto en que supo que lo suyo, lo suyo, era ser actriz, y si ese momento le ocurrió en un set: “No, más bien fue de regreso a casa después de trabajar, con un sentimiento de tanta satisfacción y tanta plenitud que me di cuenta que esto era lo que me hacía feliz… ¡y no me pienso dedicar a absolutamente nada que no sea a ser feliz!”.

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Una escena de “Hard Candy”