Por Juan Manuel Badillo
Entre los espectadores y los dueños de los cines hay diferencia irreconciliables sobre la publicidad electoral en las pantallas de los cines.
Los dueños dicen que tienen derecho a meter anuncios de los partidos políticos en sus pantallas y la gente dice que tienen derecho a no verlos.
Los exhibidores argumentan que como no ganan mucho con el boleto de entrada pueden pasar anuncios para recuperar.
Los espectadores, por su parte, opinan que van a ver películas y no comerciales y que para eso mejor se quedan en sus casas a ver la televisión.
Hace más de una década, cuando empezó la modernización de salas de cine en México, los exhibidores dijeron que íbamos a tener cines de primer mundo, lo cual es verdad, y que no iba a pasar publicidad (bueno, nada más poquita).
Luego alegaron que debido a que el boleto no iba a aumentar sustancialmente, tenían el derecho de contratar publicidad para recuperar gastos.
Ahora el problema no sólo es la publicidad electoral, también la cantidad de anuncios.
Este reportero ha contabilizado hasta 10 y 15 minutos entre anuncios y avances de películas (trailers) previos al arranque de una película, dependiendo de la empresa.
Maximiliano García, en su calidad de director de Canacine, que agrupa a todos los exhibidores de películas en México, dijo que los dueños de cines son cuidadosos en no “cansar al espectador con tanto anuncio” y que se hacen encuestas para medir la tolerancia de la gente. Incluso que los cines han rechazado publicidad para no atentan contra la paciencia del espectador.
A este reportero nunca le han preguntado si le gusta ver comerciales en el cine y tampoco si está de acuerdo en ver propaganda electoral. Y no creo ser el único en esta situación.
Sin embargo, los números le dan la razón a los exhibidores.
Según el Anuario Estadístico de Cine Mexicano 2011 del Imcine, el precio promedio de boleto al cine es de 47.6 pesos (3.8 dólares), cuando en países como Estados Unidos la entrada supera los 10 dólares.
El informe de la Canacine de 2011 dice que el precio promedio de bolero durante el 2011 disminuyó 0.5 % con respecto al 2010, pasando de 47.84 a 47.59 pesos.
El caso es que el descontento por la publidad electora en el cine, y por la publicidad en general en pantallas, existe.
También es verdad que las reacción de los espectadores depende de qué canditado aparece en la pantalla. El termómetro de rechifas de este reportero da como ganador, hasta el momento, a Enrique Peña Nieto del PRI, y le sigue muy de cerca Raúl Araiza del Partido Verde Ecologista.
Pensemos en una posible solución a este conflicto. Propongo que así como existe la opción de ver una película doblada o con sustítulos, que el espectador pueda elegir que película quiere ver, qué género y que tipo de anuncio electoral.
Por ejemplo, que la gente pueda ver una película de fantasía o aventuras con anuncios de Enrique Peña Nieto o con Raúl Araiza y Andrea Legarreta a favor del Partido Verde Ecologista.
O un drama con final feliz, con anuncio de Josefina Vazquez Mota del PAN o una de jovenes reventados, como “Américan Pie 3”, con anuncios de Gabriel Quadri del Partido Nueva Alianza, montado en una combi de hippies hablando de legalizar la droga.
También que exista la alternativa de ver una película mexicana, de pobres o denunciando la violencia en el país, con propaganda de Andrés Manuel López Obrador.
Es una idea, pero se aceptan más propuestas.
badillo685@hotmail.com
El caso es que el descontento por la publidad electora en el cine, y por la publicidad en general en pantallas, existe.