Dada la recepción que tuvo “Joker” (2019) era difícil no prever que iba a existir una secuela. Máxime cuando el mundo del cómic ha dado tantas buenas historias sobre este personaje que se pueden aprovechar para darle continuidad. La noticia es que una eminencia del cine podría haberse sumado al proyecto de esta continuación: hablamos del gran Martin Scorsese, que según se rumorea, habría aceptado ser productor del filme, que continuaría con Todd Phillips como director y con el inmenso Joaquin Phoenix en el papel protagonista (por cierto, la primera vez en su carrera que rueda una secuela).
Con un argumento todavía desconocido, algunas fuentes apuntan a que más que una incorporación como productor, el papel del realizador de “Toro Salvaje” sería el de director, relegando a Phillips a la tarea de guionista; algo que cobraría sentido si pensamos que este está muy enfrascado en la actualidad con la futura dirección de un “biopic” sobre el luchador Hulk Hogan, con Chris Hemsworth en el papel protagonista, en la figura de Terry Bollea. Aunque no está claro que los fans de Joker le perdonasen no tomar de nuevo los mandos en la secuela, visto el recorrido que tuvo la original, que supo alejarse de la dinámica actual de películas sobre cómics para crear esta obra maestra.
La primera entrega dejó sorprendidos a todos, especialmente tras ver la oscuridad del tráiler. La excelente calidad del producto quedó patente al visionar el filme finalmente proyectado en los cines. Pero hasta que eso ocurrió, el proyecto generaba algunas dudas entre los aficionados al género. Recordemos que veníamos de la trilogía de Christopher Nolan, cuyas películas algunos sitúan entre las mejores del cine, y de la interpretación de Heath Ledger como Joker, que le valdría un Oscar póstumo; así que el listón estaba muy alto. Nadie dudaba de la capacidad de Phoenix, que ya había demostrado su valía como actor, pero lo del director era otra historia.
Todd Phillips venía de realizar algunos éxitos de taquilla con las más disparatadas producciones: “Road Trip” era una inconsistente pero divertida película de adolescentes, “Starsky & Hutch” era un remake innecesario de una historia que triunfó en forma de serie en los 70´s, y su gran éxito hasta la fecha, “¿Qué pasó ayer?” de 2009, una comedia sobre un grupo de amigos que sufren todo tipo de desventuras en la ciudad de los grandes torneos de poker, con especial importancia para sus jugadores, y otros espectáculos, no dejaba de ser un compendio de gags de humor.
Pero Phillips respondió. En esta hazaña tuvo mucho que ver la excelente interpretación de Joaquin Phoenix, que le valió un Oscar. El progreso de la personalidad del atormentado Arthur Fleck al villano de la sonrisa fue magistral. Incluso, en algunos momentos, te hacía empatizar con el que después sería un despiadado forajido. Fleck encontraba un mundo cruel contra su persona, y decidía dejar de ser víctima para ser un lunático depredador. Nacía el Joker, la peor pesadilla del héroe de Gotham.
El villano, la más popular némesis de Batman, ya se ganó la simpatía de los lectores en la dilatada vida del cómic del superhéroe murciélago desde su introducción, allá en 1940. Tomando como imagen la figura comodín, con su aspecto entre excéntrico y divertido, sus creadores imprimieron en el personaje una tendencia a la locura y al nihilismo que desconcertaba al héroe y aterrorizaba a los ciudadanos. Pocos supieron glosar su personalidad tan bien como lo hizo el gran genio Alan Moore en “La Broma Asesina”, una novela gráfica de la que el autor declaró no sentirse especialmente satisfecho con el paso de los años, pero a la que la película de Todd Phillips rinde algunos claros homenajes.
La película recaudó 1.000 millones con un presupuesto de 55, y dejó tan asombrados a los espectadores que la posibilidad de una segunda parte genera gran expectación. Habrá que ver quién completa el elenco y el papel final de Scorsese, si finalmente se confirma su presencia. Pero lo que está claro que la lucrativa taquilla está, prácticamente, asegurada para este incipiente film.