‘La castración’: de cuando lo habitual te impide ser. Entrevista con el director Iván Löwenberg

Por Ulises Pérez Mancilla.

“Cuando me muera, voy a tener serias conversaciones con dios”, le dice Lourdes (Victoria Santaella) a su mejor amiga (Keyla Wood), mientras la acompaña al casting de una película porno. Lourdes trabaja como asistente de una agencia de casting, cuida de su padre enfermo y satisface sus inquietudes sexuales por las noches frente a una cámara web. Tímida, gentil, transparente, la protagonista de la película no obstante su carisma, tiene una vida gris, monótona y ordinariamente lapidaria.

“La castración”, que tuvo su estreno mundial en el pasado Festival de Cine de la Riviera Maya (RMFF), se exhibió la semana pasada en el 30º Festival Internacional de Cine del Uruguay, en competencia dentro de la selección Oficial Iberoamericana. Se trata de la ópera prima de Iván Löwenberg, egresado de la primera generación de cineastas de Centro, la escuela de cine y televisión que dirige Jorge Bolado, y a la que también pertenecen Marcelino Islas (director de “Martha” y aquí productor) y Rodrigo Sandoval (fotógrafo de ambas películas y productor ejecutivo del debut de Löwenberg).

La película es una metáfora sobre la negación al placer, más allá de lo sexual, aunque la anécdota parta de la ausencia de dicha necesidad en la vida de Lourdes, que a sus 24 años sigue siendo virgen. De hecho, en su discurso, deja fuera lo explícito para construir a través de lo cotidiano, una coraza habitual de renuncias cuyas consecuencias trágicas se desdibujan a través de la percepción de un mundo agobiante, empero imposible de rechazar. Löwenberg se distingue notablemente de otros cineastas experimentales, a través de una dirección de actores fulgurante, diálogos ingeniosos y una sensible integración contextual de elementos que trascienden la forma, para abrir un abanico de interpretaciones sobre la soledad y el hastío.

Correcamara platicó con Löwenberg sobre su debut cinematográfico:

CorreCamara: ¿Porqué elegiste la vida de Lourdes como eje temático de tu ópera prima? ¿Qué de ella, representan hasta ahora tus primeras obsesiones como director?

Iván Löwenberg: No es que fuera una elección muy consciente, creo que el proceso de escribirla fue mucho más impulsivo, y una vez finalizada la escritura e incluso durante el rodaje, fui cayendo en cuenta de la cantidad de rasgos autobiográficos que había puesto sobre Lourdes y algunos otros de los personajes. Viéndolo un poco a la distancia, creo que todo el proceso fue una especie de proceso depurativo. ¿Mis primeras obsesiones? Me llama la atención cómo a veces por miedos, resentimientos, culpas o cualquier otro tipo de presión vamos encerrando nuestra personalidad, poniéndole candados a nuestras ganas de vivir, deseos e ilusiones, y poco a poco vamos asumiendo que la frustración es lo más natural y cómodo para vivir. En ese sentido, me gusta pensar qué es lo que se necesita para quebrar con todo ese esquema y que la persona se pueda sentir liberada. En el caso de Lourdes, es el perdón.

CC: ¿Cómo llegaste a tu actriz protagónica?

IL: A Victoria Santaella la conozco desde la prepa, ella iba dos años abajo de mi. Estuvimos juntos en algunas obras de teatro, y aunque no nos llevábamos mucho, desde entonces sabía de su entrega y pasión por la actuación. Fue así que cuando empecé a escribir el guión, ya la tenía un poco en mente.

CC: A tu generación corresponden nuevos esquemas de producción alejados de la industria, quizá más austeros pero igualmente funcionales ¿qué ventajas obtuviste de levantar de esta forma tu película? ¿Consideras que de alguna manera, dichos esquemas marcan ya el estilo de la película?

IL: La gran ventaja de hacerlo de esta forma es que tuve la completa libertad de escoger a mi equipo y de filmarla como yo creyera conveniente, es decir, todos los errores que salieran a la luz durante el rodaje o ya en la película como producto final, iban a ser responsabilidad mía y del equipo, y eso nos permite aprender mucho más para la siguiente. Cuando hicimos la película el promedio de edad del crew era de 24 años para abajo, éramos muy jóvenes, y si hubiéramos entrado a un sistema de producción tradicional, en primera nadie nos hubiera tenido confianza y por lo mismo muchas decisiones hubieran estado fuera de nuestras manos, quizá nos hubieran impuesto actores, presionado para hacer cierto tipo de tomas, etcétera… Esta forma de producción, hablando en particular de La castración, no afectó al estilo, pues es una historia muy íntima y siempre planee filmarla así, sin grúas, dollys ni demás. Quizá en otra historia sí me hubiera afectado en ese sentido.

CC: ¿Cuál fue el apoyo que recibiste de la fundación Hubert Bals?

IL: Fue un apoyo económico para la preproducción, pero decidimos usar ese dinero para gastos de producción y hacer la preproducción de una forma muy austera durante varios meses.

CC: Como parte de la primera camada de cineastas egresados de Centro, ¿identificas alguna influencia generacional? ¿temas en común que les interese abordar?

IL: Realmente no, tuvimos la misma formación académica pero creo que cada quien persigue lo que más le mueve, y en algunos puntos vamos a coincidir, pero algo así como ponernos de acuerdo jamás.

CC: ¿Dirías que tu película es una película sobre la soledad, o sobre el agobio?

IL: Si bien el personaje vive aislado y agobiado, creo que es más una película sobre todas esas pequeñas castraciones que te impiden ser

CC: ¿Qué te atrajo del mundo del casting?

IL: En los castings, por lo general, se envían muchas señales extrañas sobre lo sexual, que si toman yogurt o venden jitomates, lo que quieren es que se vea sexy. Me agradaba la idea de que el personaje de Lourdes trabajara en eso, viendo sensualidad por todos lados cuando ella no la podía tener ni frente al espejo. En alguno de los castings salen madres indicándoles a su hijos como comportarse, cuando sabemos que ella no tuvo ni la menor indicación de cómo asumir su vida en ningún momento. Eso por un lado, y por el otro, el personaje de Lourdes en algún momento confiesa que siempre quiso ser actriz, pero a lo que se dedica es a ser asistente y secretaria de una agencia de castings, a organizarle la vida a los actores para que puedan obtener algún papel, ¿y ella?, es un poco lo que le pasa en su vida personal, le arregla la vida a todos para que puedan hacerla plenamente y nunca piensa en ella, por decirlo de alguna forma, nunca va al “casting” para ver cuál es el papel que quiere en su vida.

CC: ¿Qué proceso de la realización de la película disfrutas más y cuál es el que más sufres?

IL: Yo creo que el rodaje es el que más disfruté, tuve un equipo muy entregado y responsable, no hubo un sólo pleito en el set (y si lo hubo, no me enteré). Esa armonía permitió que todas las transformaciones que sufre el guión durante el rodaje, ver cómo todo va cobrando vida, fuera realmente una experiencia agradable y no una situación de estrés. Pasando la edición y el diseño sonoro, cuando se entra en el extraño mundo de la posproducción donde te ves inmerso en cantidad de tecnicismos y grandes necesidades de dinero, eso se puede convertir en una gran pesadilla cuya única satisfacción está en terminar, así sea en bancarrota pero terminar.

CC: ¿Cómo fue tu experiencia en el Riviera Maya Film Festival?

IL: Independientemente de los hermosos paisajes y el excelente trato que recibimos, el festival fue muy importante para nosotros, pues fue la primera vez que se proyectó ante una audiencia. Tenía algo de temor de que la película sólo fuera algo “pa’mis cuates”, que no conectara ni le gustara a nadie más, pero ver la reacción que tuvo en el festival fue muy gratificante; las larguísimas sesiones de preguntas y respuestas que se extendían a los pasillos del centro comercial, gente conmovida, personas que se identificaron con la vida de Lourdes, o las fotos y los autógrafos, fueron reacciones que jamás imaginé que la película despertara. Entonces regreso contento de saber que la película tiene su público y que no es sólo un chiste local.

CC: ¿Qué planes próximos hay para la película y qué nuevo proyecto estás desarrollando?

IL: De momento la película fue proyectada el 2 y el 8 de abril en la 30 edición del Festival Cinematográfico Internacional del Uruguay. Hay que ver que reacciones tiene por allá y si es invitada a otro lugar. Luego sigue buscarle distribución.  En cuanto a los nuevos proyectos, ahorita estoy terminando mi siguiente guión con el apoyo económico y asesorías de la beca Jóvenes Creadores del FONCA.

La película es una metáfora sobre la negación al placer, más allá de lo sexual