En el filme Los Abrazos Rotos el cinematógrafo Rodrigo Prieto y el director Pedro Almodóvar se enfrentaron a nuevos retos: el mexicano a filmar en la oscuridad y el español a dejarlo operar la cámara.
Según Prieto, le propuso al director español hacerlo de esa manera y que si no le funcionaba, lo cambiarían. Es decir, no sería el típico director de fotografía estático, sino que haría las tomas e inmediatamente terminando lo platicaría con él.
“Yo estilo operar la cámara, así es como entiendo trabajar; es una parte importante de la fotografía. La manera en la que se mueve la cámara con los actores es como una danza”, comentó Prieto.
El reparto de esta cinta cuenta con Penélope Cruz, Lluis Homar y Blanca Portillo, entre otros. La historia transcurre en 1994 y 2008 y gira alrededor de Mateo, un guionista cinematográfico, quien, tras un accidente, queda ciego.
Y es precisamente esa oscuridad la que tendrá que imprimir el mexicano en una de las escenas del filme español, que pretenden terminar en septiembre.
“(La toma) transcurre totalmente a oscuras, no hay luna, nada. Cuando me enteré, pensé: ‘Mi trabajo es iluminar, ¿cómo alumbro algo que no debe tener luz?’. Buscamos técnicas que sugirieran la falta de claridad y, finalmente, descubrimos una manera de fotografiar sin luminosidad visible.
Pese hay quien considera a Pedro Almodóvar un director complicado, la relación entre Rodrigo Prieto y él ha sido excelente.
Antes de integrarse a Los Abrazos Rotos, Prieto trabajó en State of Play, cinta que estuvo a punto de no realizarse debido a que, una semana antes del rodaje, Brad Pitt dejó el proyecto, que finalmente encabezó Russell Crowe.
Este trabajo, añadió Prieto, le dejó un excelente sabor de boca, además de un nuevo amigo: Ben Affleck.
Respecto a la cinta que Alejandro González Iñárritu comenzará a filmar en septiembre, Rodrigo indicó que aunque es muy probable que él la fotografíe, todo depende de que acomode su tiempo ya que se empalma un poco con el final de esta (Los Abrazos Rotos)
Prieto e Iñárritu han trabajado juntos desde hace más de una década, tiempo suficiente para que el director de fotografía confíe en el cineasta.