Por Javier González Rubio Iribarren
La Nueva Televisión se produce hoy en múltiples latitudes, excepto en México. España lleva hoy la delantera en el mundo de habla hispana a pesar de todos los avatares que ha tenido Televisión Española (el organismo de televisión pública de España) en los años recientes. Una televisión pública siempre envidiable, máxime ante la pobreza temática, creativa y presupuestal de la mexicana.
Sin referirnos a la exitosísima “Cuéntame cómo pasó”, que tiene ya más de veinte años, Televisión Española ha producido series que han tenido una enorme audiencia en España, algunas de las cuales nos han llegado. Tal es el caso, por ejemplo, de la muy bien lograda Isabel, sobre la famosa reina católica responsable de expulsar a los judíos de España, derrotar a los moros en el sur de la península y del descubrimiento de América. Esta serie ha podido verse en Canal 22.
Otra serie notable es “La Señora”, que relata los tiempos previos y durante la República hasta el surgimiento de la Falange de Primo de Rivera.
Ha producido también series de aventuras, como la de un personaje que bien podría haber emanado de un comic, “Aguila Roja”, que transcurre en a principios del siglo XIX, y antes de eso llevó a la pantalla las novelas policiacas de Vázquez Montalván con el detective Carvalho.
Pero quizá, después de “Cuéntame…” la más exitosa ha sido “Gran Reserva”, una idea original de Ramón Campos y Gema R. Neira, un melodrama con personajes de gran fortaleza, de excelente trazo, carentes de cualquier esquematismo, que nos llevan a conocer las pasiones de una familia, los Cortazar, vitivinicultores caciquiles de La Rioja, tierra hasta no hace mucho única productora de los mejores vinos españoles.
Bodegas Cortázar es un negocio familiar que ha pasado de generación en generación y que ha utilizado todas las artimañas posibles para destacar y posicionarse como una de las mejores de La Rioja. Está encabezada por Vicente Cortazar, estupendamente interpretado por Emilio Gutiérrez Caba, multipremiado por su actuación en la serie, padre de la familia para quien, supuestamente, lo más importante siempre será la familia y protegerla de los problemas externos del mundo, salvo de los que la propia familia se crea gracias, sobre todo a la ambición del propio Vicente. Una familia que acumula mentiras y secretos que pretende ocultar para autoprotegerse. Vicente se comporta un poco a lo Padrino, pero con mucha mayor hipocresía y siendo capaz de pasar por encima de su propia familia, en particular de sus hijos. Miguel, interpretadfo por Tistán Ulloa, al que conocimos como el escritor desorientado de Lucía y el Sexo, iba camino de ser más canalla que su padre, pero un accidente lo regresa al buen y espinoso camino. Raúl, el menor, interpretado por Aitor Luna, ansía superar al padre, pero le falta maldad y tamaños, aunque tiene lo suyo. Y Ema (Ana Risueño) casada con un verdadero imbécil que se cree listísimo, Gustavo, muy bien interpretado por Armando del Río, y Pablo (Francesc Garrido) tan bueno y serio que necesita unas bofetadas para reaccionar. Del lado bueno de la historia está la familia Reverte, que mucho padece las trampas de Vicente Cortazar.
Ahí la cabeza es Sofía, interpretada muy bien por la otrora bellísima angelina Molina, que quizá recuerden en aquella de Buñuel de “Ese obscuro objeto del deseo”; su hija Lucía (Paula Echeverría), que da sus bandazos emocionales con dos de los Reverte y que es bastante ingenua sin ser tonta, y Daniel, (Ricard Sales) arrebatado e impulsivo.
Hay de todo en esta serie: intriga, infidelidades, asesinatos, tramás, fraudes, manipulación mercantil. Hay de todo para que la serie haya tenido un éxito arrollador. Y es que está muy bien actuada y muy bien dramatizada. Todo un melodrama sin ser telenovelesca. Narrada con credibilidad e inteligencia. En la Web se puede ver completa.