Por Jon Apaolaza (Málaga)

Noticine.com – CorreCámara.com

Sigue la andadura de la nueva película del mexicano Ernesto Contreras, “Las oscuras primaveras”, por los festivales internacionales. Esta semana participa en el Territorio Latinoamericano del Festival de Málaga, una buena excusa para encontrarnos con el también autor de “Párpados azules” y charlar sobre el presente y el futuro, donde le espera un importante cambio de registro, de la mano de “Sueño en otro idioma”, un proyecto internacional sobre una lengua que se extingue, escrito por su hermano Carlos, como sus anteriores trabajos.

– Acompaña a “Las oscuras primaveras” por los festivales, pero ya tiene en mente su próximo trabajo… Esta vez más seguido…
Si estoy preparando un siguiente largometraje, que estaremos filmando a finales de este año, para que vean que no me tardo tanto. Se llama “Sueño en otro idioma”, un guion también de mi hermano Carlos. Es una historia completamente distintas a las que he filmado antes. Va de una lengua indígena que está a punto de desaparecer, porque sus dos últimos hablantes se pelearon 50 años atrás, y aparece un joven lingüista a tratar de hacer un registro de esta lengua, y bueno, la película va de todo lo que tenga que suceder para que ese registro se haga. Es una historia como muy entrañable, muy de amistad, identidad y también de amor.

– No cabe duda de que marcará un giro en sus temáticas…
Pues sí, ya me lo dirás tú. Sí, me interesa probar diferentes géneros y diferentes tipos de historias. Ahora coincidió la opera prima con esta ficción en esta cuestión como de relación de pareja y demás, pero la experiencia por ejemplo del documental de Café Tacuba fue otra osa completamente distinta. Esta película que viene será otra cosa completamente diferente y me interesa seguirme sorprendiendo con la forma de hacer historias y contar películas.

– ¿Cómo llegó a usted esa historia lingüística?
Llego a mi porque básicamente hubo un productor holandés que  descubrió una nota en internet, y en Grecia conoció a mi hermano, en el Festival de Tesalónica. Se pusieron a conversar y vieron que había una posibilidad de hacer un guión y posteriormente me lo pasaron para leerlo. Me encanta la historia, me invitaron a dirigirla y a partir de ese momento vamos con todo un esquema de producción y en este momento estamos a punto de hacerla.

– Quedémonos en el ahora, con “Las oscuras primaveras” participando en Málaga. ¿Cómo le está yendo en festivales?
Esta película comenzó su recorrido de festivales en Morelia en 2014 y la verdad que para mí era muy especial regresar a Morelia con esta película porque había estado con mis cortos. Daniela Michel, que es la directora del festival, ha sido una fiel apoyadora de mi trabajo y de mucho de mis colegas. De ahí estuvimos en Rio de Janeiro, recientemente en Miami, ahora en Málaga, que esta increíble y bueno un largo camino por delante en otros festivales, invitaciones y demás, que me emociona. No podré acompañarla a todos los lados, porque actualmente trabajo en la nueva película, pero bueno, es bonito siempre ver cómo se lee la película en diferentes partes del mundo, tal cual. Es muy emocionante poder vivir la experiencia de un festival y de tener una retroalimentación directa del publico de varios países.

– El motor de sus películas suelen ser las parejas. Diferentes tipos de parejas…
Sí, me parece algo de lo que más me interesa del cine, esta exploración a las relaciones humanas. En el caso de mi opera prima “Parpados azules” era también un encuentro entre un chico y una chica pero que no tenían  forma de conectarse, en este caso bueno, es tal cual un hombre y una mujer, y apelando mucho más como a un sentido, yo diría animal del ser humano, y como de pronto pues estamos muy tentados a dejarnos llevar por nuestros instintos, pero a la vez hay cosas que nos hacen como detenernos y nuestras obligaciones, responsabilidades y demás… Y creo que a mi es justo eso lo que me interesa, la exploración a las relaciones humanas y siempre cómo conectarnos con el otro.

– “Las oscuras primaveras” muy recientemente fue citada diez veces en las candidaturas a los Ariel, entre ellas nominaciones para usted como director, mejor película y para sus dos protagonistas femeninas, Irene Azuela y Cecilia Suárez…
Me siento muy feliz por ellas. Chema Yazpik, el protagonista masculino, es también productor de la cinta. Juntos pensamos en Cecilia Suárez, quien ya trabajó conmigo en “Párpados azules”, y fue él quien sugirió que considerara a Irene Azuela. Yo conocía su trabajo, pero nunca habíamos hecho nada juntos.  Y nada, ahí se formó esta configuración que para mí era muy valiosa. Me siento muy privilegiado de tenerlos juntos en pantalla, creo que el resultado de su actuación y de la construcción de los personajes es extraordinario y lo puedo decir porque mucho de su talento y compromiso como actores ahí está en la película tal cual. Fíjate que respecto a los actores y los reconocimientos que han tenido, hace como un mes más o menos en el Festival de Miami obtuvimos el premio principal del festival y un premio muy bonito que fue de mejor actuación, que generalmente se le da a una actor o una actriz y el jurado decidió repartirlo entre los 5 personajes principales personajes: José María Yazpik , Cecilia Suárez, Irene Azuela, el hijo pequeño de Irene en la película y Margarita Sanz y ahora con los Ariel, que son los premios más importantes del cine mexicano, pues igual, me faltó Chema Yazpik , pero están los demás.  Claro, creo que para cualquier director es muy satisfactorio que a partir de sus personajes la comunidad reconozca su trabajo y sean nominados.

– Me gustaría que  contara cómo ha sido la respuesta del público en México, donde ya se estrenó, comparando con la experiencia previa de su anterior película. Ambas fueron muy bien recibidas por la crítica, pero a la hora de llegar a las salas a veces no funcionan tan bien como otras películas mexicanas, ¿a que lo atribuye? ¿Es un problema  de la dificultad que tienen los cineastas mexicanos para distribuir sus películas o para que no se la saquen a las dos semanas de las salas?
“Las oscuras primaveras” se estrenó a finales de enero de este año en México, salimos con 80 copias lo cual consideramos que fue un buen número. Se podría decir que desafortunadamente  hay una desigualdad de condiciones  para el cine principalmente americano y el cine que se está haciendo en México. En nuestro país estamos haciendo muchas películas, se producen alrededor  de 120 anualmente. Hay una parte que es muy comercial, que está funcionando muy bien con millones de espectadores y hay otra parte como las mías, que apuestan por algo mucho más personal, una búsqueda de una voz y un punto de vista, que de pronto es un poco difícil conseguir esas condiciones adecuadas para que el público vaya a las salas a verlas. Aún así me parece que fue un saldo positivo y fue muy bien recibida, y la película de hecho sigue ahora por toda la República. Entonces, me parece que cada película tiene que encontrar su público tiene que encontrar su forma de ser distribuida,  ser vista y demás. Sí creo que las condiciones de exhibición no son las idóneas, no hablo solo de mi película, sino de muchas  de las películas nacionales. Confío que sea un proceso y que poco a poco haya más apertura. La verdad, prefiero ser optimista en ese sentido y pensar que cada vez más el público mexicano pueda estar interesado en nuestras películas, ya veremos en algunos años.

– Las películas mexicanas de autor se han caracterizado en los últimos años por presentar temas sociales autóctonos, como narcotráfico, inmigración, violencia. No es el caso de la tuya, que perfectamente podría extrapolarse a cualquier país del mundo. ¿Ha notado alguna reacción diferente en los festivales? Me da la sensación que los programadores han adjudicado al cine mexicano esa etiqueta de “realismo social” que no incluiría a sus películas…
Pues mira, la verdad es que mi decisión fue la de hacer el cine que me interesa. El tipo de historia que quiero contar tiene que  ver con emociones y ciertos tipos de personajes que me gusta retratar. Y efectivamente en los festivales hay otros criterios, pero yo confío siempre en que las películas encuentran su propio camino, tienen su propia vida. Yo no filmo para los  festivales, filmo para que se vean las películas  y para expresar lo que necesito expresar, pero es cierto que hay colegas mexicanos  que hacen un trabajo extraordinario de un retrato  de la realidad de los inmigrantes  y de la violencia. Yo los respeto muchísimo, los admiro y aplaudo. Pero bueno me parece que mi camino es como el de otros, es una apuesta, y creo que en la medida que el trabajo es honesto, tendrá contacto con quien tenga que contactarse.