Por Hugo Lara Chávez
Desde Los Ángeles
1. La jornada del héroe en la tradición del cine fantástico
Como ocurre cíclicamente, las películas fantásticas suelen anunciar la llegada de la primavera al cine en forma de alguna clase de innovación ya sea narrativa, estética o tecnológica. Dentro de esta categoría pudiera comprenderse a El Expreso Polar (2004), dirigida por Robert Zemeckis y protagonizada por Tom Hanks, una historia para niños de temática navideña cuya novedad consiste en una hábil confección que ha requerido del concurso de artesanos y técnicos, especializados en un método de animación híbrido, que trenza lo digital y lo orgánico.
Por añadidura, en El Expreso Polar podrían verse muchas de las claves del cine fantástico establecidas desde El Viaje a la Luna (1902), película fundacional del género y obra maestra del Alquimista de la Luz, el francés George Méliès. Estas claves serían perfeccionadas al cabo de los años en otras cintas igual de memorables, que hacen de la experiencia de un viaje o una jornada iniciática, motivada por cierto pretexto (una ruptura, un desafío, una búsqueda), la fórmula más eficaz para poner a prueba los sueños y los principios del protagonista (y de nosotros mismos, los espectadores) como se plantea en El Mago de Oz (1939) o en La historia sin fin (1984) o en El Barón de Munchausen (1988)o en El Gran Pez (2003). De tal suerte, es posible identificar en El Expreso Polar triquiñuelas análogas y camufladas tras las trepidantes incidencias que encara el niño protagonista de esta historia.
2. La tecnología está asociada a la fantasía
En El Expreso Polar se ha experimentado con una técnica de animación muy sofisticada llamada motion capture, aunque Zemeckis prefiere llamarle performance capture, que consiste en registrar, mediante múltiples sensores distribuidos en todo el cuerpo, las actuaciones de personas reales para volcarlas en la computadora y reproducir sus movimientos fielmente en personajes y modelos CG (Computer Generated).
Tenemos de esta manera un método semejante al que trajo a la vida al personaje de Gollum, de la saga de El señor de los anillos que interpretó Andy Serkis, pero llevado un paso adelante, pues en El Expreso Polar toda la película ha sido creada bajo este sistema, sólo que esta vez se han agregado 151 nodos en los rostros de los actores para capturar con precisión sus gesticulaciones.
3. Por qué tener uno si puedes tener cinco
Estos pequeños nodos parecen lentejuelas en la cara de Tom Hanks, vestido de un traje azul y negro muy ajustado, tipo buzo. Hanks realiza sus pantomimas dentro de un foro semivacío —según un video que se nos proyecta y que sirve para demostrar la forma en que El Expreso Polar se filmó—, con una desconcertante utilería hecha de alambre y rejillas. Esta misma escena la veremos después totalmente transformada, ya con la escenografía acabada y la utilería en su sitio. La computadora, ayudada por numerosas cámaras en el set, han registrado todos los ademanes y muecas de Hanks una y otra vez, para lograr que este renombrado actor interprete a cinco personajes distintos: el niño protagonista, su padre, el conductor del ferrocarril, un vagabundo y, desde luego, Santa Clos.
Por eso, Hanks es insistente al subrayar que esta propuesta técnica considera una actuación viviente, legítima, con voz, movimientos y gestos, a diferencia de otras películas animadas donde los actores sólo ponen su voz y los ilustradores hacen todo lo demás. Por cierto que ha sido Daryl Sabara, el mismo niño de la serie de Mini espías, quien le ha prestado la suya al chico protagonista de El Expreso Polar.
4. Un largo y sinuoso camino
El proceso para la producción de El Expreso Polar ha significado un largo periodo de preparación, prácticamente desde el año en que se adquirieron los derechos para hacerla, en 1999. Fue Hanks quien le sugirió adaptar el libro a Zemeckis, quien nos confiesa que la propuesta lo tomó por sorpresa: “¡Pero si es un cuento de 15 páginas!”, lo primero que le vino a la cabeza. No obstante, la idea fue madurando gracias a las aportaciones de los diferentes colaboradores que se sumaron al proyecto.
El rodaje fue pospuesto varias veces hasta que se contó con todo el talento y con la disponibilidad de la tecnología adecuada, a cargo de Sony Pictures Imageworks, la cual hizo tres propuestas para realizarla: una con actores y vestuarios reales pero escenarios virtuales; la segunda con actores y locaciones reales pero retocados digitalmente y, la tercera, la opción que se aprobó y que ya hemos descrito. Zemeckis asegura que esta elección, aunque compleja, resultó ser la más conveniente incluso financieramente (el presupuesto estimado es de unos 150 millones de dólares), pues filmar con escenarios reales hubiera supuesto un costo más elevado. En contraparte, nos dice, una de los aspectos más laboriosos de todo el proceso ha sido el de la postproducción, sumamente largo, en virtud de la complejidad técnica que entraña el render y el tratamiento digital.
5. El arte de estirar un cuentito
Según nos explica Zemeckis, el objeto de realizar esta película con perfomance capture ha sido el de empalmar unas buenas actuaciones con una reproducción fiel del estilo impresionista y las texturas de las ilustraciones pastel de Chris Van Halsburg, también coproductor de la cinta y autor del libro original publicado por vez primera en 1985. Es un libro para niños con grandes dibujos y breves párrafos, lo que en suma da forma al relato de un niño que, en la noche de Navidad, vive una odisea a bordo de un tren mágico con destino al Polo Norte, donde vive Santa Clos.
Van Halsburg es un escritor de muy buena reputación en su esfera, que ha atraído a Hollywood para producir algunas cintas basadas en sus libros infantiles, como Jumanji (1995)y próximamente Zathura (2005). Por lo demás, parece muy meritorio el trabajo del guionista William Broyles Jr. y del mismo Zemeckis, quien también es coautor del guión, responsables de convertir un libro de apenas unas cuantas hojas en un largometraje, lo que ha supuesto evidentemente una cantidad considerable de adiciones. “El libro original —asegura Zemeckis— nos ha servido como una muy buena guía, una especie de escaleta a partir de la cual hemos desarrollado una buena historia”.
6. No es musical pero se puede bailar
Entre las escenas añadidas se han incluido algunos números musicales, de los cuales se nos presume uno muy vistoso y alegre, una secuencia que ocurre durante una merienda con chocolate caliente a bordo del tren, un espectáculo vertiginoso de música, canto y baile. Zemeckis nos informa que son apenas un par las escenas musicales que suceden en toda la cinta, pero son momentos que aportan dinamismo y alegría a toda la puesta en escena, como puntos de giro que echan hacia delante la narración y que pretenden validar un lenguaje enriquecido con metáforas, símbolos y otras formas de comunicarse con los niños y los espectadores en general.
7. Al director le gustan los especiales
Boyles Jr. y Zemeckis completan junto a Hanks una tercia de antiguos colegas que se han reunido ya en anteriores proyectos exitosos, como en Forrest Gump (1994) y en Náufrago (Cast Away, 2000). Además, a ellos se han unido los diseñadores de producción Doug Chiang y Rick Carter, responsables en buena medida de la arquitectura estética de El Expreso Polar.
Zemeckis es un director fascinado por la tecnología, que ha mostrado su interés en beneficiar sus relatos con el uso de efectos especial de avanzada, como se aprecia desde Volver al futuro (Back to the Future, 1985), Quién engañó a Roger Rabbit (Who Framed Roger Rabbit, 1988) y la misma Forrest Gump. Él afirma que el uso de los efectos especiales en sus películas no representan ningún abuso, pues tienen siempre una relación orgánica con el contenido, con la fantasía y sus significados.
Con todo y todo, esta vez Zemeckis intenta llevar más lejos su vocación, pues tiene previsto que El Expreso Polar sea la primera película de Hollywood que, después de su exhibición convencional, sea convertida al formato Imax y, por si esto fuera poco, en 3D, un hecho que pretende revolucionar la tecnología de la exhibición de Hollywood.
8. La nostalgia viaja en ferrocarril
El arte de la película, el vestuario y la ambientación, están referenciados a la moda de los años cincuenta, de acuerdo a una definición que sirvió de guía para el trabajo de los ilustradores y los diseñadores de vestuario. Hay, además, una notable resonancia de las atmósferas de algunas ciudades del midwest de Estados Unidos, esencialmente de los estados de Michigan e Ilinois, de donde son originarios el escritor y el director, respectivamente.
Es tan vigorosa está presencia que, para comprenderla mejor, hay que decir que los responsables del diseño de producción viajaron a Grand Rapids, la ciudad natal de Van Halsburg, y conocieron el vecindario e incluso la casa donde pasó su niñez, los cuales fueron emulados en algunas de las locaciones que aparecen en la cinta.
9. La fantasía es territorio amigo
Con El Expreso Polar, Hanks completa un curriculum como actor marcado por la versatilidad, pues en su trayectoria de casi 25 años ha tomado parte en cintas de casi todos los géneros, incluso algunas de corte infantil como Quiero ser grande (Big, 1988), además de que ha encarnado una buena variedad de papeles, aunque es cierto que sus mejores notas las ha alcanzado en el terreno de la comedia.
Todos estos elementos hacen que El Expreso Polar sea un cordial reencuentro con el cine fantástico, una especie de viejo amigo trotamundos que de vez en vez se aparece por nuestra casa, que nos hace sentir cómodos y en confianza, mientras nos admiramos de su simpatía y nos divertimos con sus extravagancias y sus exageraciones, en este caso libres de ofensa o de malicia.
En corto, ¿me va a gustar?
La vas a disfrutar y le va a gustar mucho a los pequeños que te acompañen. A todas luces, el capital más valioso de esta película es su manufactura, su estilo visual, su audacia técnica, su perfeccionismo, que ya de suyo la hace muy recomendable, pero no hay que demeritar su amable contenido, lleno de humor y buenos detalles, acerca de lo importante de las ilusiones, muy apropiado para los niños que comienzan a dudar de la existencia de Santa Clos.
De qué se trata…
Un niño, en la noche de Navidad, es llevado en un tren mágico al Polo Norte, donde vive Santa Clos, para recibir sus regalos y de esa forma convencerse de su existencia, si bien antes, durante el itinerario, su entereza es puesta a prueba a través de muchas aventuras que comparte con otros niños que viajan con él.
EL EXPRESO POLAR
(The Polar Express, Estados Unidos 2004)
Actores: Tom Hanks, Michael Jeter, Josh Hutcherson, Chantel Valdivieso.
Director: Robert Zemeckis.

