Por Ali López
Desde Los Cabos

Día 4, último día de cobertura desde Los Cabos.

“Over Your Dead Body” (Kuime , Takashi Mike, Japón-2014), estreno latinoamericano, cierre de la sección Ocaso,  y uno de los films más esperados, terminó siendo muy poco convincente. Una metahistoria,  teatro japones clásico, dentro de un film moderno. Un samurái se debate entre dos amores, el de su esposa y su hijo, contra, el de  su amante y su fortuna, mientras, los actores que interpretan dicha puesta en escena,  viven un caso con similitudes. El misterio que envuelve la obra dentro de la trama, con toques fantasmagóricos de cuento de hadas, y las imágenes sangrientas y retorcidas, ya bastante conocidas, que el director nos regala en la historia fuera de los ficticios escenarios, ponen sal y pimienta a la intrincada trama, o eso intentan.

Mike no logra un film sólido, pues lo que parecería una historia más “lynchesca”, críptica y enigmática, termina siendo velada, evidente y por contradictorio que parezca, poco clara. No cierra los círculos, no es nunca contundente, y se escuda en lo pragmática para no evidenciar su falta de justificación final. Está perfectamente estructurada, eso sí,  los saltos entre ficción y metaficción, son progresivos, sirven a la trama, y envuelven al espectador, lo incitan a armar el rompecabezas. Cierto es, también, que esto no ayuda para sostener toda la cinta. El ritmo es pesado, y cada vez más obtuso, tarda en estallar, y cuando lo hace el interés se ha perdido demasiado.

Otro factor es el nombre y apellido del director, uno espera más. Los que conocen la filmografía del japonés, saben de qué hablo. Imágenes fuertes, subversivas sucias y sangrientas envuelven su pantalla. Los personajes también son, y tienen su sello; siempre con características emblemáticas y fascinantes. Aquí ambas cosas se pierden, no es el Takashi Mike que nos gusta, y al que esperamos. Hay imágenes sangrientas, fuertes, de una estética violenta importante, perp nada que salga del stablishment, nada que no se haya visto antes, y muy liviano para lo que Mike nos ha dado. Igualmente los personajes, son buenos, concretos, funcionales, pero muy arquetípicos  y convencionales. Lo poco que mantiene y explota el japonés es su cámara, siempre ágil y versátil. La situa en puntos impensado, pero siempre funciona, aclara los entornos y converge con la trama, perfecta. Su escenografía, la de la obra que se monta dentro de la película, es explotada de perfecta manera, y elaborada con aun mayor calificación.

Una  pena el film, decepción total, y lo más flojo de la sección Ocaso