Por Leticia Carrillo
*Es un ensayo sobre la felicidad, expresó el director.
José Manuel Cravioto, director de Los últimos héroes de la península, el primer documental producido dentro del programa de Óperas Primas del CUEC dijo en entrevista con Correcamara.com que su película llegará a salas mexicana a mediados de enero de 2010 con ocho copias a través de la distribuidora Alfhaville.
“Lo filmamos en 2007 y después de dos años de estar en festivales conseguimos un distribuidor,lo cual fue muy complicado porque en México no hay una cultura del documental, el público mexicano no consume mucho documental, los que tenemos la fortuna de llegar a la pantalla grande ha sido porque hemos luchado mucho” señaló el realizador sobre las condiciones comerciales que privan en México para las cintas de no ficción.
Los últimos héroes de la Península se centra en la vida actual de los cinco campeones de box de Mérida, Yucatán, conocidos como “Los últimos guerreros mayas”, a saber: Guty Espadas, Miguel Canto, Fredy Castillo, Juan Herrera y Guadalupe Madera.
Cravioto señaló que desde niño le gusta el “deporte de los puños” pero refirió que la idea de realizar el documental surgió a partir de la lectura que hizo de un artículo de la periodista Beatriz Pereyra, publicado en el prestigioso semanario Proceso que versa sobre estas figuras.
“Ella escribió un texto que parecía un guión de cine y vi que era como una película, entonces empecé a desarrollar el proyecto”, destacó el cineasta.
José Manuel Cravioto declaró que el documental es narrado por los deportistas, -excepto Lupe Madera que falleció en 2005- y en él se verán imágenes de ellos, de sus familiares, de sus “manejadores” y de los comisionados del box de las décadas de los setenta y ochenta, época en que el quinteto de boxeadores estuvo activo.
El director subrayó que los que buscó con Los últimos heroes de la Península fue contar la “interesante” experiencia de cinco campeones que vivían en la misma ciudad pero durante la grabación otra idea se fue consolidando como el centro del relato:
“Más allá de que sean campeones lo que encontramos es lo que pasa con la mayoría de los boxeadores en México: fueron personas que lo tuvieron todo y desde el punto de vista de muchas personas se quedaron con nada y a pesar de eso son felices, para mí la película también es un ensayo sobre el concepto de felicidad” apuntó el realizador.
Asimismo, señaló que los reto smás importante que enfrentó durante el rodaje fue lograr la empatía con los personajes, estar en un lugar desconocido para él como Mérida y grabar bajo una temperatura de 40 grados centígrados.
Finalmente, José Manuel Cravioto contó que aunque el presupuesto que el CUEC proporciona a las óperas primas documentales es menor que el de las de ficción, esto no fue un impedimento para sacar adelante el proyecto:
“Hicimos un equipo de amigos que creyó en él: Ernesto Contreras (Párpados azules) fue el productor y editor de la película; la gente de producción, el sonidista (Marco Rubio), el músico (Andrés Sánchez), todo mundo fue sin cobrar, por el gusto de realizar un proyecto y que se pudiera terminar en cine también”.