El cineasta francés Claude Chabrol, uno de los miembros más distinguidos de la Nouvelle Vague que revolucionó la cinematografía francesa y del mundo a finales de la década de los cincuenta, ha muerto en París este domingo a los 80 años de edad, informó la Asociación Gala de Directores de Cine según diversas agencias.

Chabrol fue junto a Jean-Luc Godard y François Truffaut, una de las figuras destacadas de la Nouvelle Vague, la ‘nueva ola’ del cine francés. Nació el 24 de junio de 1930 y fue, además de director, productor, editor y crítico de la revista Cahiers du cinéma. 

Entre las cintas de Chabrol se cuentan algunas de las más destacadas del cine francés, como El bello Sergio’ (‘Le Beau Serge’ (1958), la película que lo lanzó a la fama, a la que siguieron El tigre se perfuma con dinamita’, ‘Las ciervas’, ‘Las infieles’, ‘El carnicero’, ‘Relaciones sangrientas’… También ‘Nada’ o ‘Inocentes con manos sucias’, ambas según las novelas negras del espléndido Manchette.

Tuvo una carrera muy prolífica, con una filmografía que puede estudiarse por diferentes ángulos y periodos, a través de películas como La fille coupée en deux (Una chica cortada en dos) (2008); La Flor del mal (La fleur du mal) (2002); Gracias por el chocolate (Merci pour le chocolat) (2000); La ceremonia (La ceremonia) (1995) la estupenda L’enfer (El infierno) (1995); Une affaire de femmes (Un asunto de mujeres) (1988); Inspecteur Lavardin (Inspector Lavardin) (1986); Les liens de sang (Relaciones íntimas, ar) (1978) Alice ou la dernière fugue (Más allá del amor) (1977); Une partie de plaisir (El juego del placer) (1975), o Les biches (Las dulces amigas) (1968), entre otras.

En 2009 dirigió El Inspector Bellamy, que apenas salió de cartelera en México, y sus últimas obras fueron dos capítulos de Au siècle de Maupassant: Contes et nouvelles du XIXème siècle. 

Impulsor de la Nouvelle Vague  Gracias a una herencia recibida por su mujer, Agnes Goute, pudo realizar su primera película, Le beau Serge (El bello Sergio), que estrenó en 1959 y con el que obtuvo el Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín. Así comenzó el movimiento conocido como la Nouvelle Vague que revolucionó la historia del séptimo arte desde Francia y de cuyo nacimiento se conmemoró el cincuentenario el año pasado.  

Gran aficionado a la buena mesa, era célebre por la costumbre de ofrecer buenas comidas durante los rodajes, por prohibir los sandwiches en éstos y comentaba, medio en serio medio en broma, que el origen de su gusto por la buena mesa estaba en su infancia, cuando, alérgico a la leche, le tuvieron que alimentar con caldo de carne. 

Presidió y formó parte de un buen número de jurados cinematográficos y obtuvo numerosos premios, entre ellos el Gran Premio de la Sociedad de Autores y Compositores Dramáticos (SACD) de Francia (1996); el Premio Europa de 2003, el Premio Donostia del Festival de Cine de San Sebastián ese mismo año y la Cámara de Oro en reconocimiento a su carrera en la Berlinale de 2009.  Fue autor de las novelas L’adieu et dieux y Vladimir et les Jacques.

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