Por Daniel López
Natalia (Beatriz Arjona) es una joven española que llega a México a vivir con su novio, quien se encuentra en mitad de un rodaje lejos de casa. Por lo que un par de amigas la invitan a pasar un fin de semana entre mujeres. Lo que parece un par de noches de descanso y relajamiento se tornará en una noche extrema donde ella jamás se imagino estar rodeada de violencia.
“Me quedo contigo” es el primer film del director y guionista Artemio Narro quien propone un proyecto agresivo, más de lo que nos tiene acostumbrado el cine mexicano. Filme que ha sido bien acogido por diversos festivales de cine alrededor del mundo y que ahora se encuentra en la cartelera mexicana.
El argumento está cifrado en las estructuras del poder y su violencia. México tiene decenas de ejemplos sobre la violencia-poder expuesta por el género masculino, vistos con humor negro en “El infierno, 2010” o la de la narcotráfico en “Miss Bala” o “Heli, 2013”. La violencia se ha vuelto cotidiana, sabemos que existe y que se encuentra en nuestras vidas. En el cine, lo común es que recaiga en los roles masculinos y son pocos los ejemplos donde las mujeres se presentan como detonadoras de violencia. Así que el mundo que propone el director mexicano va dirigido al goce de la violencia, más que ello, el poder y la impunidad que esto representa por su estado socioeconómico. Las protagonistas que encarnan las actrices Beatriz Arjona, Anajosé Aldrete Echevarría, Flor Eduarda Gurrola, Ximena González-Rubio lucen de forma convincente, como seres al filo de la locura. A sus personajes no les preocupa bañarse en sangre, llegar al canibalismo o sobajar a otros, nada las limita: su goce es infinito. Mientras que Iván Arana (en el rol masculino) se dedicará a sufrir.
Artemio Narro proviene de las artes platicas y ha comentado que se encontró en un callejón sin salida y que el cine se convirtió en su escape. Encontrar movimiento a la violencia que le gusta plasmar en sus obras. Estos puntos se notan durante los 99 minutos provocadores. La historia por sí es pausada y sin variantes, sabemos en que terminará, tanta violencia llega a ser irracional, no sabemos porque actúan así, lo que sabemos es que les gusta. Sin embargo la forma en que el lente de Renata Gutiérrez lo narra se vuelve obsesiva. Es casi estático, vigilante de la rapidez del movimiento de sus personajes quienes muchas veces aparecen y desparecen del cuadro sin importar nada. La edición a su vez es lenta, tanto que juegan con una toma sin corte y fija por un poco mas de 10 minutos o por el otro lado el volumen de la fiesta es tan alto que se necesita subtítulos, de colores para entender el dialogo. Detalles que desconciertan al espectador y que invitan a entender un poco más el discurso fílmico. Todas las tomas son de encuadres amplios, sin close up, para poder todos los aspectos de la toma. Por el otro lado el encuadre no teme a su violencia, si es necesario sangre, ésta estallará ante nuestros ojos.
“Me quedo contigo” es quizás la película mexicana más violenta que se ha visto en los últimos años. La violencia es extrema y no apta para todo público, solamente para aquellos que buscan cine que revuelve las entrañas y para aquellos que entran a la sala por un titulo tan amable proveniente de la canción homónima del grupo español Los Chinguitos. Algo que es claro, no es un “Gril power” o una rebelión del género femenino, la violencia es irracional sin importar quién la provoque.