Mexicanos por el mundo. “Los insólitos peces gato” de Claudia Saint-Luce en el 66 Festival de cine de Locarno.

Por El More

Historias de familia o cómo es sabroso ir al cine a dejarse conmover.

Es la tarde de un domingo cualquiera a las orillas del Lago Mayor en Locarno. El sol brilla sobre los Alpes suizos y grupos de amigos y familias pasean por los alrededores del complejo Spazio Cinema.

A las 3:55 pm, 20 minutos antes de que inicie la proyección de la cinta mexicana “Los insólitos peces gato” , no queda un sólo lugar libre en L’altra Sala con capacidad para 300 personas. Al parecer, y aunque el lugar común dibuje a los suizos como un pueblo poco comunicativo, el éxito de la proyección del sábado corrió como reguero de pólvora y el lleno es absoluto.

Aunque no está prevista una sesión de preguntas y respuestas al final de la Proyección en la sala están presentes la directora Claudia Sainte-Luce y dos de las protagonistas.

Tras una muy breve introducción la función comienza. En pantalla conocemos el día a día de Claudia (Ximena Ayala) una solitaria y tímida joven que se gana la vida como demostradora de productos en un supermercado cualquiera. Una noche, tras sentirse repentinamente mal , termina internada y operada de apendicitis en un hospital público donde conoce a su vecina de cama Martha (Lisa Owen) y toda su descendencia: Alejandra (Sonia Franco), Wendy (Wendy Guillén), Mariana (Andrea Baeza) y el pequeño Armando (Armando Ramírez) todos expertos, pese a su juventud, en las rutinas hospitalarias que implican la enfremedad crónica de su madre. Así, casi sin darse cuenta, Claudia se integrará de manera silenciosa en el retrato que con delicadeza y cuidado va pintando una nóbel directora con mano segura y trazos finos.

Lejos de los clichés y el sentimentalismo, el relato avanza a través de las cosas más pequeñas

Lejos de los clichés y el sentimentalismo, el relato avanza a través de las cosas más pequeñas, de los planos de detalle de unos fruti lupis remojados en leche o del gusto por los ruffles verdes de las protagonistas. De la naturalidad de las diferentes responsabilidades que cada hijo debe asumir al tener un enfermo en casa y de la silenciosa ommnipresencia de la “nueva hija” que se vuelve parte del paisaje. Por lo mismo, la puesta en escena descansa en la madurez y solvencia de dos extraordinarias actríces (Owen y Ayala ) y en la espectacular frescura de Alejandra, Mariana, Armando y , de manera muy especial de Wendy, quien se interpreta a sí misma.

Y si para este momento de mi texto no había quedado claro que Sainte-Luce es una nueva y potente voz de la cual hay que estar muy pendientes porque demuestra muy buenas maneras, el mayor acierto de “Los insólitos peces gato” está en su capacidad de construir una conmovedora ficción a partir de la historia real de varios de los involucrados en la misma. De su extraordinaria capacidad de conectar con el público contando un relato verdadero y cercano.

Siguiendo la estela de cintas como “Declaración de guerra” de Valérie Donzelli o “Las noches salvajes” de Cyril Collard, la ópera prima de Sainte-Luce está hecha con un corazón y valor que sólo se consiguen conociendo la historia que se cuenta como propia. Siendo ella misma la callada Claudia que se integra a una familia que la valora y la acepta en un ambiente que a fuerza de ser tapatío y local termina por ser universal.

Los personajes bien construidos y entrañables funcionan en cualquier latitud y las historias contadas con inteligencia siempre serán bienvenidas. Sin necesidad de saber nada de lo anterior, uno siente conforme avanza la peculiar historia de “Los insólitos peces gato” —que en realidad son uno y no varios— una poderosa energía que poco a poco arrasa con todo.

Así lo constató una buena parte del público local, y uno que otro mexicano entre los que me incluyo, que se divirtieron y conmovieron profundamente y se rieron y lloraron como Magdalenas durante la proyección de la cinta.

A una calorosa y larga ovación al final de los créditos le siguió otra tanda doble de kleenex cuando Wendy y Claudia agradecían al público haber recibido así su historia, la sobre Martha, su madre.

“Los insólitos peces gato” es, por mucho, la más interesante y poderosa película que he visto hasta ahora en Locarno y huele muy fuerte a premio.

Ojalá que no me equivoque.

Saludos desde Suiza
El More

@elmoremoreno
 

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La cineasta Claudia Sainte-Luce con sus actrices en Locarno. Foto: El More.