Por Georgina Espinosa Gaubeca

“Mentiras Blancas” (“White Lies”, 2013) fue dirigida por la mexicana Dana Rotberg, quien reside en Nueva Zelanda desde hace 10 años y con cuyo filme obtuvo el reconocimiento de Inmigrante Distinguida por el gobierno del mismo país. Dana nació en la Ciudad de México, abandonó su carrera universitaria en la UNAM y, posteriormente, ingresó al Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC). “White Lies” forma parte de la selección de la 58 Muestra Internacional de Cine.

La historia está basada en la novela “Whale Rider” de Witi Ihimaera. Está situada en un pequeño pueblo de Nueva Zelanda, a inicios del siglo XX. Paraiti (Whirimako Negro), la protagonista, es una curandera huérfana que pertenece a la comunidad maorí. Ella es la sanadora de su gente, por lo que posee una conexión muy particular con la naturaleza y con el cuerpo; también tiene conocimiento de la herbolaria. Ella se conduce con sabiduría y astucia, y demuestra profundo respeto por la vida y por el Universo. Conserva una armonía con sus raíces, de tal manera que ella representa a la cosmogonía de su pueblo nativo.

De vez en cuando, Paraiti se traslada de lo rural a una localidad en la que vive la comunidad blanca, para comprar algunas cosas. En una de sus visitas, Maraea (Rachel House), una mujer maorí que renunció a su pueblo y a su lengua para ser servidumbre de blancos, pide a la curandera que atienda a su empleadora embarazada. Rebecca (Antonia Prebble) es quien necesita de Paraiti para abortar antes de que su marido regrese de un largo viaje. De este modo, Paraiti vive temporalmente en casa de Rebecca. Es en ese periodo en el que el mundo de las apariencias y de las mentiras e hipocresías contrasta con la forma de vida libre y auténtica de Paraiti.

A través de los ojos de la curandera se muestra la desconexión de la comunidad blanca con sus orígenes, el valor que le otorgan al dinero, sus costumbres cerradas y privativas, así como la consecuente infelicidad de esta forma de vivir. Paraiti repudia esta sociedad tan ajena e incomprensible para ella, en donde la mujer está sometida a estrictos cánones de comportamiento. Es decir, la forma de vida de los blancos contrasta con la de los nativos, por medio de estas tres mujeres. De este modo, la película también aborda temas como el racismo y los prejuicios entre pueblos. Principalmente retrata la generosidad, el amor a la tierra y el respeto al entorno que profesan los indígenas de cualquier lugar del mundo.

“White Lies” se trata de un cine femenino, escrito, dirigido y protagonizado por mujeres, quienes muestran a su mismo género con gran compasión y cercanía. Expone el maravilloso poder divino de la mujer para dar a luz, así como las complejidades de la maternidad. Asimismo, “White Lies” presenta el lado siniestro y terrible de quien se atreve a negar sus raíces.

El peso de la película se deposita en la narración, la cual transcurre de forma lineal. Ésta atrapa al espectador desde el inicio y lo sorprende con un giro radical en la historia.

Es en este trabajo en donde la sensibilidad femenina y el cine se unen para entregar un filme capaz de conmover profundamente al público mediante el retorno a lo primigenio de la naturaleza humana.

Título original: “White Lies”. Dir.: Dana Rotberg. País: Nueva Zelanda Año: 2013. Guión: Dana Rotberg, basada en la novela Medicine Woman de Witi Ihimaera. Fotografía: Alun Bollinger. Música: John Psathas. Edición: Paul Sutorius. Con: Whirimako Black (Paraiti, la mujer médico), Antonia Prebble (Rebecca Vickers), Rachel House (Maraea), Nancy Brunning (Horiana), Te Waimarie Kessell (Aroha), Kohuorangi Ta Whara (Wirepa), Elizabeth Hawthorne (matrona del hospital). Productor: John Barnett, Chris Hampson. Compañía distribuidora: . Compañía productora: South Pacific Pictures, New Zeland Film Comission, NZ on Air. Duración: 96 mins.