Por Lorena Loeza
A veces parece lugar común decir que estamos hechos de historias, o que el cine es eso: el arte de narrar algo combinando diferentes expresiones artísticas. Y es verdad que, de tan reiterado, no parecería necesario hacer hincapié en ello, hasta que te encuentras con películas como ésta, que ilustra de manera destacada las enormes cualidades artísticas de la dimensión cinematográfica.
Dentro de la Muestra de la Cineteca Nacional 2021 se presenta “La noche de los reyes” (La nuit des rois, 2020), el segundo largometraje de Philippe Lacôte, presentado anteriomente en el Festival de Venecia 2020 y que también formó parte de la Selección del Festival de Cannes, además de haber tenido presencia y buenas críticas en el Festival de Cine de Toronto y en el de Nueva York.
Parte de esas críticas favorables, tienen que ver con que estamos frente una película que nos recuerda que aún en el peor de los lugares, hay espacio para la magia o la seducción de la ficción, y que el adecuado balance entre realidad y la evocación es lo que hace avanzar cualquier historia, aun tratándose de una tan compleja.
Es así que Lacôte inicia la película desde el mundo real, contándonos acerca de la terrible prisión de La Maca en Costa de Marfil. Un lugar donde una organización interna de presos tiene el control de la cárcel y de las vidas de los reclusos, además de ser un sitio sórdido y violento, donde las autoridades han sido rebasadas desde hace mucho tiempo.
“La noche de los reyes” empieza con la llegada de un joven perteneciente a una pandilla callejera, que se topa con la cruda realidad de la prisión desde el primer momento. Además, llega en el momento justo en que Barba Negra –quien rige la prisión– está cerca de morir y por tanto, se debe elegir a un sucesor.
Al llegar a este punto, es importante que recordemos que para las personas y las comunidades, los ritos cuentan, y La Maca no es la excepción. El recién llegado es nombrado narrador (Roman), figura que es importante para el rito de sucesión. Ello significa que deberá contar una historia durante la Luna Roja, como preámbulo a la lucha por el poder, donde alguien deberá morir para que empiece la nueva era.
Y realmente aquí es donde la creatividad de la película explota. Más allá de la historia contada dentro de otra historia, vemos pasajes oníricos, danzas, cantos, escenificaciones. Todo sucediendo al mismo tiempo sin poder separar de golpe la realidad de la fantasía.
Román se entera de que al terminar la historia lo matarán, por lo que recurre al viejo truco de Sherezada para seguir narrando, inventando y emocionando a la audiencia.
La historia que elige para contar es la de un conocido forajido, ladrón y asesino, llamado Zima King, con una vida seguramente similar a la de los reclusos, pero que Román logra convertir en heroica y mítica. Para ello, no escatima recursos: Hay referencias a hechos reales, e incluso a películas como “Ciudad de Dios!” de Fernando Meireles (2013).
Al final, como público, también quieres saber en que acaban ambas historias, la real, la inventada y la que sucede en el momento mismo de narrarla. Te sientes con la misma curiosidad de los presos y también con el temor de que todo acabe mal, porque en nada parece una historia de las que tienen final feliz. Sí, también te das cuenta de que el narrador logra tirar la famosa cuarta pared solamente con la palabra y la fuerza de la evocación.
Queda claro que tales recursos narrativos, el manejo del tiempo, los sonidos y las imágenes, solo podrían ser propios de una muy estudiada técnica cinematográfica que se hace evidente en la pantalla.
La reflexión final permite afirmar que la película y una historia como la que plantea, solo son posibles gracias a los muy acomedidos rituales –tanto dentro como fuera de la pantalla– que nos permiten, aún en los peores lugares, necesitar de la fantasía. Sí, al final, resulta que sí estamos hechos de todo tipo de historias, entre las que son reales y las que nos inventamos para sobrevivir.
La nuit des rois
Francia-Costa de Marfil-Canadá-Senegal, 2020, 93 min. D y G: Philippe Lacôte. F en C: Tobie Marier Robitaille CSC. M: Olivier Alary. E: Aube Foglia. Con: Koné Bakary (Roman), Steve Tientcheu (Barba Negra), Rasmané Ouédraogo (Soni), Issaka Sawadogo (Nivaquine), Abdoul Karim Konaté (Lass), Anzian Marcel (Lame de Rasoir) Laetitia Ky (la reina). CP: Wassakara Productions, Banshee Films, Peripheria. Prod: Ernest Konan, Delphine Jaquet, Yanick Létourneau. Dist: Alameda Films.