Por Lorena Loeza

La vida en pareja siempre ha sido un tema importante para el cine, y para hablar de ella y sus complicaciones, se ha valido de todos los géneros.  Hay tantas historias acerca del amor y el desamor, que pareciera que ya está todo dicho, que no hay nada más que agregar. Y en el fondo, puede que sea así, y que la novedad ya no estriba en la historia en sí misma, sino en el estilo en el que está contada.

“Monstruos” (Monsters, 2020), primer largometraje del director rumano Marcos Olteanu, explora las diferentes aristas de una relación de pareja que vive un momento de crisis que la coloca al borde del rompimiento.

Se trata de un relato dividido en tres partes donde vemos los dos lados de la moneda, empezando por el personaje de Dana (Judith State), seguimos con el de Arthur (Christian Popa) y cerramos con los dos juntos. Lo que a primera vista parece seccionado, en realidad no lo es, porque el director se encarga de que identifiquemos los lazos entre una y otra mirada, e irnos acercando poco a poco a la visión de conjunto con que cierra el relato.

En un tono reflexivo, tanto los personajes como la audiencia hacen un viaje interno hacia la naturaleza de una relación que empieza a cuestionarse la realidad del amor, la vida en pareja, el miedo a la soledad, la bisexualidad, la presión social o cómo afronta cada quien la ruptura.

Resulta interesante que, aunque él y ella estén todo el tiempo en el centro de la narración, en realidad sabemos muy poco del antes de la relación y de cómo era su vida antes de este episodio. La película capta un momento preciso y se concentra en ello de manera sincrónica, detallando el momento que viven los protagonistas y no la historia desde sus inicios. Podría decirse que nos deja saber sólo lo suficiente para entender que las crisis son momentos de conflicto que responden a un contexto y un momento en particular.

Ello no es obstáculo para conocer el dolor de infidelidades pasadas, la presión familiar, las relaciones con los vecinos. Es quizás por eso que la cinta comienza con una plática de la Diane con un taxista, porque quizás es como el director quiere que nos acerquemos a la historia: como uno de esos dramas cotidianos que las personas le cuentan espontáneamente a una persona desconocida.

Al final, entendemos que el momento actual exige nuevos pactos de vida en pareja, aún con visiones distintas de lo que es el amor, la lealtad, la compañía. La vida con otra persona ya no necesariamente es un “nosotros” idealizado, sino una decisión consciente de vivir acompañadas a pesar de las dudas y las reflexiones distintas, no siempre coincidentes.

Un drama sobre el amor y la soledad, suspendido en un momento específico es lo que “Monstruos” ofrece. Y para ello recurre a los encuadres, la producción sonora, los diálogos cortos. Una visión íntima de los pactos no escritos en una pareja que permiten la búsqueda continua y casi obsesiva de la felicidad.

Monstruos
Monstri., Rumania, 2019, 116 min.

D y G: Marius Olteanu. F en C: Luchian Ciobanu. E: Ion Ioachim Stroe. Con: Judith State (Dana), Cristian Popa (Arthur), Alexandru Potocean (taxista), ?erban Pavlu (Alex), Dorina Laz?r (Mamaie). CP:  Parada Film, We Are Basca. Prod: Claudiu Mitcu, Ion Ioachim Stroe y Robert Fi?a. Dist: Alfhaville Cinema.