Por Perla Schwartz
Un melodrama con texturas contemporáneas, donde predomina una visión sórdida y tremendista de la existencia humana es la que presenta el cineasta danés Thomas Vinterberg en “Submarino”, filme que parte de la novela homónima de Jonas T. Benytsson y que es una de las cintas que forman parte de la 52ª Muestra Internacional de Cine, organizada por Cineteca Nacional.
Con ésta son dos cintas incluidas de ex integrantes del grupo Dogma, puesto que también se podrá ver la perturbadora película “El anticristo” de Lars Von Trier. Precisamente en Dogma, es donde VInterberg inició su carrera de cineasta con su celebrada “Festen” que data de 1998. Entonces como ahora, su principal interés temático reside en una disección de la familia disfuncional.
En “Submarino”, el cineasta se centra en lo que acarreará una infancia oscura a dos hermanos, al momento de tornarse adultos, ambos nunca tendrán la capacidad de lograr desprenderse de la tragedia de la cual fueron partícipes, una tragedia que se ocasionó en parte por experimentar el abandono materno, una mujer más preocupada en sí misma, que en ocuparse de sus tres críos.
La desolación, la desesperación y la impotencia son elementos claves en la narrativa cinemática de VInterberg, no hay salida posible… el ser humano es presentado como víctima de un destino inamovible, al estilo de la cosmovisión que tenían los trágicos griegos.
La vida humana es presentada como un trayecto hacia el dolor irrevocable, no en vano obtuvo una nominación a mejor película en el pasado Festival de Cine de Berlín. Entre sus mayores valores se encuentran unos primeros planos bastante estremecedores, combinados con una paleta cromática en azules. Desde el inicio de “Submarino”, VInterberg deja en claro, que de nueva cuenta accederá a que sus personajes centrales tengan una especie de expiación. La primer secuencia muestra a dos niños de alrededor de 10 años jugando una sábana blanca, ellos viven en un departamento desordenado, y una y otra vez, ambos asoman, como si se tratase del submarino que se encuentra emergiendo de las procelosas aguas del mar.
Vinterberg traza con mano firme a una serie de losers, a personajes que no saben a ciencia cierta el por qué se encuentran viviendo en situaciones límites, el sufrimiento será para ellos una catarsis ante el desencanto. “Submarino” es una película dolorosa, al tiempo que sublime. Es el retrato fiel, que “Infancia es destino.”
Submarino
Dinamarca, Suecia, 2010. Dirección: Thomas VInterberg. Guión de él mismo en colaboración con Tobías Undholm en base a la novela de Jonás T. Bengtsson. Fotografía: Charlotte Bruus Christensen. Intérpretes: Jacob Cendergren, Peter Plugborg y Gustav Fischer. Duración: 110 minutos.
