Por Daniel Ramírez


El director francés Jean-Charles Fitoussi, director de No estoy muerta (Je ne suis pas mort), que se presenta en el Festival Internacional de Cine Contemporáneo de la Ciudad de México, dijo durante una de las presentaciones especiales de la cinta, que a él le gusta improvisar los diálogos, estos afirmó: “eran escritos por la noche, un pequeño ensayo por la mañana y grabación en la tarde. La mayoría de los actores los encontré casi a días o semanas de la grabación”. También confesó que como director le gusta dejar a los actores que actúen de manera libre.


No estoy muerta se compone de tres partes que narran la vida de Alix, una joven inventada por el excéntrico científico, William Stein (Premio Nobel de Química en 1972). Alix tiene una capacidad única, la de nunca enamorarse, por ello va de un lugar a otro, comenzando relaciones a corto plazo, cambiando de amantes como si se tratase de vestimenta.


Por otra parte, Fréderic se ha separado de su esposa quien ha continuado con su vida, mientras él se atormenta imaginádola, pues no puede olvidarla. Jacobo es un adolescente que busca a su novia que lo ha engañado, pero en el trayecto encuentra a un amigo invaluable. La joven Hélène cuida a su madre que se encuentra en coma. En Alix se encuentran todos estos personajes, que de una manera u otra, sufren mal de amores.


El filme presenta varias reflexiones sobre el amor y la vida. Las imágenes que cambian constantemente, aparentemente sin razón alguna, crean una atmósfera surrealista, en la que no se percibe si lo que se ve es el comienzo de un sueño u otra cara de la realidad.


Acerca de sus influencias el realizador comentó: “Reconozco en mi obra la de Jean Eustache”, pero también dijo lo que no le agrada: “no me gusta mucho el cine de Erich Romer, porque en él hablan mucho y afortunadamente en el mío, [los personajes] paran de hablar”.


Jean-Charles Fitoussi nació en Francia en 1970. Estudió Filosofía y trabajó como asistente de los directores Christian Merlhiot y Jean Marie Straub y Danièle Huillet. Después de dirigir varios cortos y un largometraje documental, debutó en el cine de ficción con Les Jours où je n’existe pas (2003), al que le siguieron Le Dieu Saturne (2004) Nocturnes pour le roi de Rome (2005) Bienvenue dans l’eternité (2007), Je ne suis pas morte (2008) y Le chant séparés (2008).