Por Leticia Carrillo


Fragmentos musicales originales provenientes de cintas como ‘Nazarín’, de Luis Buñuel; ‘El gallo de oro’, de Roberto Gavaldón, y ‘El padrecito’, de Miguel Delgado, con Cantinflas, fueron algunas de las piezas que escucharon los asistentes a la charla “La música en el cine de la Revolución”, que se llevó a cabo la tarde del martes 15 en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.


Como se puede notar en los títulos mencionados, la plática trascendió el tema de la música de las películas sobre la Revolución para culminar en el llamado que hizo Emilio Hernández, encargado de la fonoteca de los Estudios Churubusco, para fomentar la cultura de la preservación de los archivos auditivos, pues aseguró, en México no son valorados de la misma forma que otros documentos históricos a pesar de su potencial comercial.


En la charla moderada por el escritor Hugo Lara, los cronistas e investigadores de música y cultura popular Pablo Dueñas y Jesús Flores y Escalante destacaron que Pancho Villa fue el personaje central de la música para cine con temática revolucionaria, como lo demuestra el hecho de que la proporción de los temas compuestos en torno a él, frente a los que se hicieron alrededor de Emiliano Zapata, fue de veinte a uno.


Este hecho, señaló Hugo Lara, fue estudiado por el investigador Eduardo de la Vega Alfaro quien concluyó que la popularidad cinematográfica del Centauro del Norte se debió a su carismática personalidad pero sobre todo a su cercanía geográfica con Estados Unidos, lo que le permitió entrar en contacto con periodistas y productores del vecino país del norte para firmar contratos fílmicos e incluso, organizar los fusilamientos para que las imágenes que se desprendieran de estos eventos pudieran servir a las películas.


De esta manera, la figura de Zapata comenzó a ser reivindicada en la década de los 30 por el gobierno proagrarista de Lázaro Cárdenas para finalmente obtener prestigio internacional a través de su primera representación cinematográfica, de la mano de la estrella hollywoodense Marlon Brando quien le dio vida en la cinta de 1952, ‘Viva Zapata!’ de Elia Kazan.


Como dato curioso, cabe resaltar que el actor y cantante Antonio Aguilar llevó a la pantalla grande a los dos héroes revolucionarios en las cintas ‘Emiliano Zapata’ de Felipe Cazals, y ‘La muerte de Pancho Villa’, de Mario Hernández.


Por otra parte, Jesús Flores y Escalante dijo que la forma musical del corrido que experimentó un desarrollo notable durante la Revolución Mexicana por ser un medio económico y efectivo para informar a la población importantes acontecimientos, fue hecho por encargo en el cine sonoro mexicano convirtiéndose en una arma propagandística de los gobernantes en turno.


En tanto, Emilio Hernández parafraseó al compositor Joaquín Gutiérrez Heras cuando dijo que muchas de las películas mexicanas estás sobremusicalizadas, y subrayó que hay cintas nacionales de muy mala calidad pero que cuentan con una banda sonora de primer nivel pues en ellas participaron destacadas figuras como los compositores Agustín Lara, Mario Lavista y Manuel Esperón.


El documentalista musical finalizó su participación contando la anécdota de los redobles de tambores que se escuchan al final de ‘Nazarín’, de Luis Buñuel: Resulta que el cineasta aragonés hizo su película sin incluir música en un época en la que era obligación que toda cinta la tuviera; cuando los dirigentes sindicales se dieron cuenta de esta situación obligaron al director a meterla, a lo que Buñuel reaccionó mandando que se grabaran 45 minutos de una monótona composición para percusiones, que fue la que se usó en la versión final del filme.


EN LA IMAGEN: Fotograma de ‘Nazarín’