Luppi es una figura destacada dentro de la cinematografía de habla hispana. Luppi, de antepasados italianos, nació en Ramallo, en la provincia de Buenos Aires, en 1935. De joven, se trasladó a La Plata, donde cultivó un variado interés artístico, bajo el cual se alternaban la pintura, la estultura y el teatro. El estreno de la pieza “Ha llegado un inspector” imprimió rumbo a su carrera que, en lo sucesivo.
En el cine, ha participado en títulos como “Pajarito Gómez” (1965), de Rodolfo Kuhn, y “El romance del Aniceto y la Francisca” (1967), de Leonardo Favio, por el que Luppi recibió el premio al Mejor Actor de la Asociación de Cronistas Cinematográficos. De ahí en adelante, las intervenciones cinematográficas del actor se caracterizaron por una notable fidelidad a los directores de sus películas. Así, actuó a las órdenes de Raúl de la Torre en Crónica de una señora (1971) y La revolución (1973); Héctor Olivera fue su director en Las venganzas de Beto Sánchez (1973) y La Patagonia rebelde (1974); Eduardo Mignona encauzó su trabajo en Flop (1990) y Sol de otoño (1996); y con Fernando Ayala rodó Triángulo de cuatro (1975), Plata dulce (1982), El arreglo (1983), Pasajeros de una pesadilla (1984), Sobredosis (1986) y El año del conejo (1987).
Tiempo de revancha (1981), de Adolfo Aristarain, favoreció a Federico Luppi con el premio al mejor actor de la Asociación de Cronistas Cinematográficos, el premio al mejor actor en el Festival Internacional de Chicago y un galardón equivalente en el Festival Internacional de Montreal. Muy afín a los métodos creativos de Aristarain, el actor volvió a colaborar con éste en Últimos días de la víctima (1982) y, tiempo después, en las coproducciones hispanoargentinas Un lugar en el mundo (1992), La ley de la frontera (1995) y Martín (Hache) (1997). Películas como La vieja música (1985), de Mario Camus, Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto (1995), de Agustín Díaz Yanes, y Éxtasis (1996), de Mariano Barroso, vienen a sintetizar esa trayectoria en España.
También cabe mencionar, en esa línea internacional, la coproducción argentino-mexicana “Luna caliente” (1984), de Robert Denis, gracias a la cual Federico Luppi llegó a México.
Guillermo del Toro, fue su director en “Cronos” (1991) y en “El espinazo del diablo” (2001). Carlos García Agraz lo dirigió en “Mi querido Tom Mix” y próximamente se le verá en Los Justos (2007) .
En 2000 se encontraron Francisco Rabal y Federico Luppi, en la ficción de “Divertimento”, película de José García Hernández. También Luppi colaboró para Gerardo Herrero, un cineasta y productor “Un lugar donde estuvo el paraíso”.