Redacción. En un año en el que México participó como el primer invitado del programa País en Foco del Mercado de Cine Europeo (EFM), el cine nacional suma ahora dos galardones más en la historia del Festival Internacional de Cine de Berlín.
Por un lado, el cortometrajista Esteban Arrangoiz se alzó con el Oso de Plata – Premio del Jurado al Mejor Cortometraje por “Ensueño en la Pradera”, un ensayo cinematográfico en el que el realizador retrata problemáticas sociales como la migración y la violencia.
“A través de relatos potenciales ayudan a reflexionar sobre la situación de violencia que se vive en México por motivos de extorsión y ayuda a reflexionar sobre las estructuras de poder que deberían de atacar estos problemas”, explicó Arragoiz en entrevista.
Es la segunda ocasión que el egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC-UNAM), compite en la Berlinale; en 2016 participó con el cortometraje “El buzo”, apoyado en su postproducción por el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine).
Asimismo, el documentalista Everardo González obtuvo el Premio Amnistía Internacional –otorgado por un jurado independiente– gracias a su trabajo “La libertad del Diablo”, que formaba parte de la selección Berlinale Special, integrada por obras de directores contemporáneos.
“Investigué sobre el sicariato, las voces de la policía federal, del ejército y las víctimas como las familias de desaparecidos y las víctimas de tortura, que hacen una reflexión sobre el miedo, el odio, las posibilidades de perdón y venganza”, comentó el documentalista en entrevista.
Este largometraje documental, producido por las compañías Animal de Luz Films y Artegios, tuvo como locaciones del país la Ciudad de México, Chihuahua, Hidalgo, Puebla y El Paso, Texas. Su estreno en nuestro país ocurrirá en la próxima edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG).
Durante 10 días, México fue protagonista de la Berlinale dentro de las distintas áreas que lo componen, desde las secciones competitivas y de muestra, pasando por las actividades de industria del EMF y como miembros del jurado. Se trató de una participación sin precedentes en la historia del prestigioso encuentro alemán.