Por NOTICINE/Correcamara.com


La prensa industrial internacional se hace eco del disgusto de los productores independientes mexicanos por el recorte en las ayudas al cine, incluido en el presupuesto nacional anunciado recientemente por el presidente Felipe Calderón. Los fondos para el instituto del cine IMCINE quedarían reducidos en casi el 50%, mientras que las exenciones fiscales a las aportaciones privadas (el popularmente conocido como Articulo 226) se bajarían un 20%. Todo ello significaría un radical descenso en la producción nacional. 

A este respecto, el jueves 1 de octubre, se pronunciaron en una conferencia de prensa varios miembros destacados de la comunidad cinematográfica: la actriz Irene Azuela; el cineasta Sergio Olhovich, de la Federación Mexicana de Sociedades Cooperativas de Cine y Medios Audiovisuales; la productora Mónica Lozano, de la Asociación Mexicana de Productores Independientes; la cineasta Marcela Fernández Violante, secretaria general del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematofráfica, y Pedro Armendáriz, presidente de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. En los próximos días, este grupo anunció que intentará encontrarse con legisladores que puedan intervenir en favor del cine mexicano.

“Vamos a tener que ir a sensibilizarlos para
que vean la importancia de esto”, dijo Mónica Lozano, pmientras que Víctor Ugalede señaló que “hay
aliados en el Senado, como María Rojo, eso no nos preocupa, lo
importante es convencer a los diputados”, según reportan medios nacionales como los diarios El Universal y La Jornada.

Este grupo demandó a las autoridades modificar el proyecto de presupuesto de egresos de la Federación en el rubro del cine, en un esfuerzo para intentar detener lo que podría ser un desastre para la industria fílmica nacional, que ha podido levantarse de su ruina y lograr un repunte muy importante en la última década, pues de 10 películas filmadas en 1997 se dio el salto a filmar 70 en 2008.


El 46% menos de fondos para IMCINE podría resultar especialmente dañino para Foprocine, su fondo destinado al cine de autor y los nuevos realizadores, un rubro que ha logrado importantes sucesos internacionales en los útimos años y que, según los profesionales quedaría casi extinto si prosperan las intenciones gubernamentales.


Por otro lado, la inversión de empresas privadas en el cine mexicano, que desgrava fiscalmente, vigente desde hace tres años, ha permitido la llegada a la industria de 500 millones de pesos (casi 40 millones de dólares), y ha participado en la gran mayoría de las cintas producidas en el país el último año (57 de 70).


En un extenso artículo que publicaba el pasado fin de semana Variety, Monica Lozano Serrano, presidenta de la Asociación Mexicana de Productores Independientes, afirma consternada que si los presupuestos se aprueban tal y como están planteados, significarían “desmantelar el actual sistema de producción nacional”. Por su parte, Jaime Romandia, de Mantarraya Producciones, recuerda que en el recientemente celebrado Festival de Toronto se vieron cuatro cintas mexicanas suvencionadas por Foprocine, por lo que reducir sus medios sería “un sinsentido”. Pablo Cruz, de Canana, opina que “quienes han redactado los presupuestos obviamente no consideran al cine una prioridad”.


No es la primera vez que desde los gobiernos mexicanos se intenta recortar el presupuesto del IMCINE o incluso eliminarlo. En 2003 se planteó la supresión lisa y llana de la institución, entonces presidida por Alfredo Joskowicz, pero la lucha de los profesionales y la presión internacional hicieron que el gobierno de Fox diera marcha atrás. Ahora, en el legislativo mexicano, con el liderazgo de la actriz y parlamentaria María Rojo, otra batalla se está jugando en favor del cine nacional. 

Es de notarse que de los pocos sectores que han crecido en México en los últimos años se encuentra precisamente la industria fílmica. El cine nacional ha tenido una tendencia de crecimiento tanto en el número de películas realizadas, lomo en la cifra de estrenos y de espectadores  así como el monto captado en taquilla, según cifras del reporte anual de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica y del Videograma (CANACINE).







En el ramo de la exhibición, México mantiene el liderazgo como industria a nivel latinoamericano. En 2008 se registro un total de 182 millones  espectadores en el país, esto significa un incremento del 2.6 por ciento, respecto al año pasado (177.7 millones). 

En un comparativo con otras naciones de la zona, Brasil por ejemplo, registró en el mismo lapso 88 millones; Argentina, 34; y Colombia 21. En México, la asistencia promedio por sala fue de 442 mil asistentes; el país cuenta con un total de 4503 pantallas (contra 4,215 de 2007). 

A pesar de esos datos, halagadores para la industria fílmica nacional, las autoridades no sólo duda sobre la importancia del cine como patrimonio cultural, incluso se resisten a reconocer el valor como actividad económica del cine en México.