* Segunda Parte
Por Ulises Pérez Mancilla
En el segundo programa de cortometrajes, los realizadores van definiendo su tendencia. Hasta el momento, prevalece una generación de cineastas (en su mayoría jóvenes ceceros) que versan sobre la contemplación extrema. Historias mínimas donde lo que importa es la anécdota y no la historia como columna vertebral. Potencian el devenir de imágenes simbólicas no siempre significativas, hermosas pero vacías. Acciones una tras otra para llegar a poco: atrás quedó la concepción del héroe transformado al final del camino. La otra vía (escasa hasta ahora) es la del cine a la antigüita, el de rigor, tan despreciado hoy en día pero siempre efectivo para la construcción (y desde luego la desconstrucción) dramática y la claridad de ideas, aunque se corra el peligro de toparse con la comodidad del formalismo.
Estos son los cortos del programa dos de la selección oficial del FICM
MARITYS
Cortometraje de animación de historia abstracta, a primera vista incomprensible, pero con un fascinante diseño de producción que busca su propia identidad a diferencia de los copy-paste de la animación hollywoodense. Es la moraleja filosófica de un Santo que muy a pesar de su infinita bondad, tiene que aprender a no interrumpir el orden de la naturaleza, por muy terrible que este sea. Lo dirige Luis Felipe Hernández Alanís.
STELLA MARIS
Una niña viaja con su padre (Gustavo Sánchez Parra) al mar para recordar a su madre fallecida… Tan, tan. Otra anécdota que se vuelve historia a fuerza de filmar momentos cotidianos pero sin la intención de contar casi nada. Cuando la directora Marie Benito encuentra un vuelco interesante en su historia, renuncia a él de la manera más anticlimática posible.
FIRMES
Corto ganador del apoyo de postproducción del IMCINE, realizado en Jalisco y dirigido por Yordi Capó, sobre un soldado raso que debe mantenerse firme en un evento público mientras de fondo se escucha un interesante remedo de discursos políticos de diversos expresidentes mexicanos. Parte de una anécdota chistosa (los avatares de una persona que no puede moverse de lugar y sufre por el sol, los mosquitos, etc.) que a veces distrae de sus apuntes críticos. A falta de firmeza en su postura, tanto política como creativa, el resultado confunde y obliga a interpretar lo que quizá no era.
BUSCO EMPLEO En la mejor tradición del cine clásico, este cortometraje del CCC, destaca de sobremanera por dos razones: posee un peculiar encanto como cine de género (en este caso la comedia) y se impone valiente entre la moda contemplativa, tocada ya en la introducción de este texto. Crítica, divertida, emotiva, risueña, sutil: la historia se cae de encantadora. Una chica busca empleo y se topa con los personajes más neuróticos y culeros que pueda haber, pero también se encuentra a sí misma, se reconcilia con los demás y encuentra el amor y la valentía para asumir sus cambios, con secuencia de baile a la boolywood incluida. El elenco está increíble, armónico y en tono: Mariana Treviño, Mónica Huarte, Laura de Ita, Carlos Ceja, Tenoch Huerta y Alyosha Barreiro. El autor de esta joya: Francisco Valle, quien, cosas de la vida, murió hace cuatro meses, dejando el frustrante vacío de lo que pudo ser una extraordinaria filmografía.
EL ÚLTIMO CANTO DEL PÁJARO CÚ
Año con año, los cortometrajes del IMCINE poseen características que parecen heredadas por simbiosis. El cortometraje chistoso, el de carácter social, el de vuelta de tuerca y el… fantástico (por llamarlo de un modo) tanto de historia como de realización, muy al estilo de aquel titulado La leche y el agua y que implican un despliegue técnico de efectos especiales, logística, etc. El del año en curso corresponde a este corto, dirigido por Alonso Ruizpalacios quien tuvo que construir un set dentro de una alberca, entre otras complicaciones.
La historia, es harto similar a Lupano Leyva (otro corto también en competencia): un hombre en agonía que se niega a irse, ve pasar su vida de manera onírica antes de morir. Su obsesión por nunca haber conocido el mar da para jugar con el elemento dentro de la composición de cuadros y crear hermosos simbolismos con agua de por medio. Bien manufacturado, bien contado, pero a un corto que cuesta más de un millón de pesos es lo menos que se le puede pedir.
29
Cortometraje inspirador, bello, ubicado en un año bisiesto. Mínimo pero eso sí, harto emotivo y harto ingenioso: singular. Narrado por ella, que espera a él, que recorre un largo trayecto en el día de su boda, con la mera promesa que le hizo a ella cuando eran niños y que ahora la refrenda: se casaría con ella un 29 de febrero (entonces, había pensado que ese día no existía, pero ahora corre y corre convencido de que esas cosas raras ocurren).
Dirigido por Carlos Armella, encuentra un interesante punto de equilibrio entre acción y voz en off. Armella es ya un veterano del festival, tan sólo hace dos años presento Tierra y pan con relativo éxito y este año, sin duda aporta uno de los mejores cortos de la selección oficial.
EN LA FOTO DEL INICIO: Still de El último canto del pájaro CU.
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