Por José A. Vélez
Noticine.com-Correcamara.com
Terry Gilliam rebosa alegría en su rostro en cada aparición que realiza en el Festival Internacional de cine de Gijón. El certamen le ha homenajeado con un premio a toda su carrera y además está presentando su última película “The Zero Theorem”. Una de sus mayores alegrías, es que su último film que estaba condenado a estrenarse en DVD, y no iba a hacerlo en salas comerciales en España por decisión de Sony Pictures, finalmente sí lo hará, ya que a raíz de su presencia en el festival y recibir el premio honorifico, la película podrá verse en 10 provincias españolas. Dice sentirse muy afortunado ya que lo que ha ocurrido en este festival con su película no suele ocurrir habitualmente. Junto con el director del Festival de Gijón , Nacho Carballo, habló este domingo de su trayectoria y sobre su última película, en un encuentro realizado en el Centro Cultural Antiguo Instituto.
El cineasta cree que es imprescindible pasárselo bien haciendo películas y que lo que pretende va más allá del mero hecho comercial. “Se considera que el cine es un negocio en el que el objetivo es hacer dinero, y quizá, por el camino, entretener a los espectadores, pero yo creo que el cine tiene un gran poder y lo que debe conseguir es que la gente piense. Al menos es lo que espero yo conseguir con mis películas. Mi teoría a la hora de llevar a cabo un rodaje se inspira en la película “Mary Poppins” y es que: todo baja mejor con una cucharadita de azúcar. Si te vas a tomar el jarabe, tómatelo con una cucharadita de azúcar para que baje mejor” declara.
En cuanto a su evolución como cineasta comenta que en su película “Brazil” la amenaza eran los gobiernos, sin embargo en su nuevo film “The Zero Theorem” la amenaza son las grandes corporaciones, relegando a los gobiernos al papel de meras marionetas. Considera también que la evolución tecnológica tiene mucho que ver con la evolución de sus películas: “Hoy en día hay compañías que se dedican a recabar toda la información que pueden acerca de nosotros, hasta el más nimio detalle de nuestras vidas está en sus manos. Hay empresas como Google o entidades como la NSA, que se dedican a recoger toda esta información para después venderla, se están haciendo auténticas fortunas”.
En esta evolución se encuentra también una sociedad atomizada cuyo medio de comunicarse ha cambiado ya que según indica el propio Gilliam, “Muchas veces cuando queremos hablar con otros seres humanos se hace de una manera abstracta, no directamente, sino que hablas y te relacionas con otras personas utilizando Twitter, por medio de tu teléfono móvil… se ha perdido un elemento de intimidad”.
El cineasta estadounidense, único de su nacionalidad en el popular grupo de humor británico Monty Python, también habló de “Lost in La Mancha”, su proyecto más loco y gafado, inmortalizado en un conocido documental homónimo, pero que sigue intentando hacer realidad: “Cuando se rodó ese documental era la quinta vez que intentábamos llevar a cabo esta película sobre El Quijote, ahora vamos por el séptimo o el undécimo intento de rodarla, ya ni siquiera estoy seguro de cuantas intentonas llevo. La mayoría de los cómo se hizo de las películas suele ser material promocional. En nuestro caso cuando estábamos rodando este tipo de material Jean Rochefort enfermó, y veíamos como la película iba cayéndose por su propio peso, así que le dije a los dos cámaras encargados de rodar el “Cómo se hizo” que siguiesen rodando, que aquí es donde iban a captar la esencia de lo que es el rodaje. Hay dolor, hay sufrimiento, hay superación personal, hay un poco de todo. Era una forma también de hacer una película que cualquiera que haya hecho películas puede entender, una película acerca de un rodaje en el que no todo es positivo y en el que se habla de los desastres”.
Pero Gilliam no ha tirado la toalla con su quijotesco proyecto, aunque asegura que mejor no desvela cómo anunció que sigue empeñado en realizar el proyecto del Quijote, que no puede desvelar en qué estado, pero confirma que le apoya el productor canario Adrián Guerra de Nostromo Films, agregando que quiere llegar a un estado de locura similar al del propio Caballero de la Triste Figura para poder sentir y realizar el film como se merece.
Sobre la publicación de un libro autobiográfico aclara que no es exactamente una biografía: “Es algo parecido a una autobiografía incompleta. Yo siento que es como cuando estas junto a un río y tiras una piedra para que rebote sobre el agua, y vas viendo las ondas concéntricas. Cada uno de los saltos, cado una de las veces que la piedra toca el agua en este rio sinuoso y lleno de meandros que sería la vida. Afortunadamente lo que ha ocurrido es que parece que ya ha dejado de rebotar la piedra y el libro ya está acabado” .
Para este cineasta afincado en Gran Bretaña la figura de Goya tiene mucha influencia en sus películas ya que le encanta su percepción del mundo, la visión que tenía de lo que le rodeaba y ha intentado plasmar de esta manera goyesca muchas veces en sus películas.
Terry Gilliam afirma sentir pasión por los españoles, pero a veces se siente extrañado por el carácter tan cambiante del pueblo español: “España y los españoles, no hacen más que confundirme, y mira que llevo tiempo tratando de clasificar al país y de definirlo. Pero no hay forma, porque lo español cambia constantemente. Cada vez que vengo a España me doy cuenta de que hay algo que me encanta, es un pueblo duro y con fuerza. También es un pueblo que tiene la capacidad de creer en lo extraordinario. He venido tantas veces a tratar de rodar en España, que cada vez que venía descubría algo nuevo, algún elemento más que me atraía del país. Me gusta estar en fiestas, ver cómo la gente habla, como bebe y como de repente, aparece la virgen de la Macarena en procesión y la gente se calla y se queda atónita, es algo absolutamente extraordinario, una vez que ha pasado vuelven a beber y todo sigue como antes. Eso es lo que más me gusta de España, esa relación tan rara que tienen en este país con el catolicismo. Una crucifixión hecha en Italia o en el Reino unido es muy pulcra muy comedida, en cambio las tallas de crucificados en España son mucho más violentas, son sangrientas, tiene los músculos desgarrados y eso es algo que me atrae mucho también”.
“Creo que sigo tratando de hacer el proyecto del Quijote, porque eso implica que voy a tener que seguir volviendo a España y quizá algún día consiga entender a los españoles”, concluye.
FOTO: ocio.levante-emv.com/