Noticine.com-Correcamara.com

A Oscar Jaenada no le van las medias tintas. Es radical y expresa su verdad sin corrección política. En México, la prensa que le recibió de uñas acabó elogiando su esfuerzo para resultar un perfectamente creible Mario Moreno “Cantinflas”, en la película que dirigió el mexicano Sebastián del Amo, y ahora ha llegado a su país, vía el Festival de Huelva, donde el pasado fin de semana el interprete barcelonés fue declarado mejor actor por este papel del cómico cinematográfico en español más famoso de todos los tiempos. Noticine.com dialogó en exclusiva con él… y sin tapujos.

– Es prodigioso el acento y la forma de hablar tan creible que ha logrado en su interpretación… ¿es la que le ha requerido más esfuerzo?

Hombre, si hablamos de acento me pidió mucho trabajo de acento, quizás como el que hice en su día para Josu Jon (el etarra de “Todos estamos invitados”) o para “Camarón”, con Chávarri. Si, más o menos fue un trabajo largo, incisivo y muy maniático.

– Usted luchó mucho por conseguir este papel, hasta convencer a los mexicanos…

Sí, claro, desde luego. Pero vamos, también te digo que he luchado por diez y me han salido tres, pero ha valido la pena. Han sido seis meses que no sólo he conocido un país sino que también he conocido gente maravillosa y que sobre todo he conocido una historia y me he ratificado en un temor que tenia sobre los actores. Porque no podemos olvidar que yo soy actor y estaba interpretando a un actor, y no dejo de aprender de mi profesión trabajando al mismo tiempo. He visto el peso de un personaje durante toda una carrera, un único personaje. También he visto el sacrificio, cuando uno da tanta sonrisa al mundo llega a casa con ganas de llorar. Y eso lo he podido ver. Tenía ese temor y lo he podido ver. Entonces, uno aprende mucho de estos personajes, sí.

– ¿Qué admira de Mario Moreno como actor?

Lo que admiro más es que yo sé lo que cuesta que tu voz sea oída hoy en día, imagínate aquel entonces cuando no había internet ni nada. Y se dio tres vueltas por el mundo ese personaje. ¡Madre mía! Eso me impresiona muchísimo.

– ¿Merece la pena encasillarse en un sólo personaje, repetirlo siempre y no mostrar una versatilidad mayor?

Esta yo creo que es la eterna pregunta para un actor. Te diré que hace mucho, hace ya hace unos años, hablé con Chris Evans justo antes, bueno, estaba con él cuando le ofrecieron “Capitán América”. Y esa conversación, me acuerdo, que estudiando a Mario Moreno, me vino mucho a la cabeza. Uno es muy consciente. Si es esto no hay más de lo otro. Y si es esto habrá mucho de lo otro pero no habrá nada de lo otro. Uno es consciente y son elecciones que cada uno hace. Yo creo que Mario ahora escogería la otra y yo creo que Chris Evans también escogería la otra, pero porque no escogieron la otra. Si hubieran escogido la otra yo creo que ahora hubieran escogido la otra. Es el eterno dilema del actor.

– Usted sin ir más lejos ahora va a a empalmar una película y una serie de TV, ambas en EEUU, donde hace de narcotraficante…

Si, ahora lo que tengo firmado es con Michael Bay, una serie que empiezo a rodar este mismo martes, en Miami, y es un maravilloso personaje y luego, también, una película con Catherine Zeta-Jones que está enfocada en el personaje de “La Madrina”, una famosísima traficante de droga colombiana en la que tengo también otro personaje maravilloso. En ambos tengo muchísimas ganas de trabajar. Es parte de la historia y me interesa esa historia.

– ¿Se ve afincado en Hollywood?

No, no. Yo llevo muchos años trabajando allí y todos esos años he vivido aquí. Yo tengo a mi hijo aquí. Si me preguntas donde vivo, no lo sé, pero lo que tengo claro es donde vive mi hijo y yo aquí voy a trabajar, es mi oficina como lo fue en su día Argentina, México o Panamá.

– ¿En estos tiempos en los que tantos universitarios deben marcharse fuera, los actores españoles también tienen que emigrar?

Sí, desde luego. Yo me enfado cada vez que me dicen “el salto a Hollywood”… Me cabreo. Yo hace siete años me fui y no me fui a dar un salto. Dije: “Esto es una puta huida de aquí”. Hay que marchar ahora antes de que sea demasiado tarde, y de hecho ahora es tarde. De hecho ahora nos llaman plaga por allá donde vamos. Yo vengo de trabajar en México y todo el mundo decía: “Esto está lleno de gachupines” (españoles). Antes, cuando fui a Estados Unidos, recuerdo que decían: “¡Coño, el español! ¡Mira, el español! De hecho me metieron en “Piratas del Caribe” para hacer del español. Ahora mismo el español no tiene nada que ver con ese concepto que se tenía de nosotros hace cinco años. Nada que ver. Todo esto lo han dilapidado los mismos soplagaitas. Los mismos. Todos. La reputación, la marca España que todos veneran, se la han metido por el culo ellos mismos.

– ¿Si un día llega su hijo, que ahora es un niño, y le dice que quiere ser actor, qué le aconsejaría?

Le diría: ¡Adelante! Ser actor no significa lo que la mayoría de la gente piensa, estoy convencido. Ser actor significa querer ver mundo, querer conocer culturas y, sobre todo, tener perspectiva, empatizar, meterse en la piel de cualquiera, tener discusión, saber hablar. No lo sé. No lo sé. Pero no es lo que todo el mundo piensa. Que haga lo que quiera, desde luego, pero me alegraría, sí. Me gustaría que mi hijo volara y navegara por todo el mundo.