Por Daniel Ramírez


Gerardo Naranjo mencionó que la percepción que se tiene del cine mexicano en el extranjero está muy errada: “creen que hay una nueva ola en México y que nos va muy bien, que el público está muy ávido de ver películas, cuando la verdad es que es poco el público que se anima a ver cintas de este tipo”. El director señaló que es lamentable ver que a algunas películas tienen más suerte en festivales del extranjero que el en mismo país.


Sin embargo se mostró contento de presentar Voy a explotar en la Cineteca Nacional “un lugar que para bien o para mal me formó, aquí veía mis películas, aquí soñaba exhibir algún día una película, es muy significativo” compartió el realizador quien estuvo acompañado de Juan Pablo de Santiago (Román) y María Deschamps (Maru), los protagonistas del filme.


El director dijo que fueron dos años de mucho compromiso, en los que hubo problemas a la hora filmar y el dinero para la cinta desparecía de las cuentas, por lo cual tuvo que hacer Dramamex, su segundo largometraje. Otra cuestión con la que se enfrentó fue la duración de la película, pues señaló que en un principio duraba como seis horas y tuvo que quedarse en 2 horas.


Naranjo explicó que en México hay una idea equivocada que apunta a que para realizar una película se debe contar con un gran equipo técnico y un ejército de personas alrededor. Relató que cuando era estudiante pensaba que con una cámara se podía hacer una película: “en este sentido pienso que no se necesita tanta infraestructura para poder realizar un filme” indicó el realizador.


“Para mi el tema tabú era la sexualidad, ya que provengo de Guanajuato donde somos orgullosamente mochos, y las escenas de sexo era una cuestión a la que le daba muchas vueltas” refirió el cineasta, “por lo que tuve que hablar con los jóvenes sobre el tema y ellos me dijeron que lo sabían todo”.


Gerardo Naranjo subrayó que fueron muy cuidadosos en tratar de no hablar por toda la juventud, “en decir, estos son jóvenes y este es el país”, la idea era describir una experiencia individual profunda, pero tampoco se trataba de hablar de la juventud de hoy, “porque no la conozco, pero quise expresar los sentimientos de cuando yo era chavo”.


Además, con las experiencias de María y Juan Pablo, pensaron que se podían abordar percepciones individuales sobre la vida. También, Naranjo dijo que los adultos de la cinta tenían que verse ridículos, puesto que esa la visión que los jóvenes tienen de ellos.


En tanto, los protagonistas expresaron identificar algunos aspectos de su vida personal con la historia. Aunqe las escenas violentas y sexuales fueron particularmente difíciles para ellos puesto que no era algo que hubieran vivido tan de cerca.


Voy a explotar es un cinta que aborda la desesperación de dos jóvenes en medio de un entorno de incomprensión hacia ellos por lo que deciden escapar para protegerse del mundo y de la vida de los adultos. El plan de Román y Maru es vivir con desfachatez y de olvidarse de la seriedad de la vida. Lo que ellos no saben es que los juegos también tienen un final y a veces ese desenlace no nocesariamente es feliz.