Por Hugo Lara
“Tijuana” (2019) es una de las series recientes estrenadas en Netflix, creada por Zayre Ferrer y Daniel Posada que tiene muchos atractivos en su favor. La trama de su primera temporada, compuesta por 11 episodios, se asoma a un asunto muy grave y de actualidad en México: el mundo del periodismo y la violencia del que han sido blanco cientos de periodistas, muchos de los cuales han sido asesinados por tocar intereses del narco y/o de la política y sus casos han quedado impunes.
La historia se sitúa en Tijuana, que resulta ser un escenario poderoso por sus contrastes sociales y el caos urbano, por su ubicación en la frontera norte, por su problemática relacionada con el narcotráfico, los migrantes, las maquiladoras y su riqueza donde se mueven grupos económicos y políticos de gran influencia.
Si bien el argumento principal de la serie tiene un gran porcentaje de ficción, la columna vertebral está inspirada en casos reales, especialmente lo que se refiere al asesinato del periodista tijuanense Héctor Félix Miranda, conocido como “El Gato” Félix, ocurrido en 1988 y que fue ultimado por un miembro del equipo de seguridad del empresario y político Jorge Hank Rohn. En la serie, El Gato Félix es emulado por Roberto Sosa en el papel de Iván Sosa, fundador de Frente Tijuana y asesinado muchos años antes de la época en la que se sitúa la trama, aunque su presencia es constante toda vez que es objeto de un proyecto de documental y esto da pie a reproducir una vieja entrevista con él.
Dentro de la serie, en esa ciudad fronteriza, un grupo de periodistas laboran en Frente Tijuana, un semanario independiente y de voz crítica que encabeza Borja (Damián Alcázar) y su socia Federica (Claudette Maillé), además del jefe de redacción Lalo (Rolf Petersen), la fotógrafa Malu (Tete Espinosa) y una joven reportera en ciernes muy combativa, Gabriela (Tamara Vallarta). El grupo de periodistas se enfrentan a distintos casos que se tejen alrededor del asesinato del candidato independiente a la gubernatura, Eugenio Robles (Roberto Mateos), un ex líder sindical y antiguo obrero de una maquiladora donde perdió dos dedos. Detrás de esta intriga política, aparecen un puñado de sospechosos de alto perfil, entre los que se encuentra el empresario Guillermo Muller (Rodrigo Abed).
“Tijuana” tiene el mérito de abordar varios temas delicados con solidez y consistencia, con respeto y como tributo por los periodistas asesinados en México (desde el inicio de la serie esto se remarca), sin amarillismo pero con los elementos dramáticos que se eslabonan episodio tras episodio para introducirnos en una compleja intriga de intereses políticos y económicos.
Además de la trama policiaca y periodística que le da unidad a toda la temporada, el grupo de guionistas desarrolla las historias personales de cada miembro del Frente Tijuana, lo que le da más volumen e interés a los sucesos y profundidad a los personajes. El conflicto padre-hijo entre Borja y Alex; la vida íntima de Malu junto a su novia, dueña de una galería de arte; los conflictos éticos y existenciales de Lalo; las ambiciones desbocadas de Gabriela para ejercer un periodismo fundado en el idealismo de la profesión, etcétera. Estos se sienten personajes de carne y hueso, con debilidades y fortalezas.
Otro gran acierto es el ensamble actoral, a cargo de la directora de casting Mercedes Gironella, en el que se logra reunir a figuras consagradas como Damián Alcázar, Roberto Sosa, Leticia Huijara y Claudette Maillé, junto a actores que salen de sus lugares habituales y que dan excelentes notas, como Anabel Ferreira y Rodrigo Abed, así como rostros frescos que se encuentran en ascenso, como Tamarta Vallarta, Iván Aragón y Tete Espinosa. Junto a ellos también aparecen solventes actores que redondean el conjunto, como Martha Claudia Moreno, Rolf Petersen y Carlos Corona.
Para capturar de forma realista la atmósfera de la ciudad de Tijuana —de calles abigarradas, taquerías callejeras, casinos y burdeles baratos— es fundamental la estupenda fotografía de Tonatiuh Martínez, Guillermo Granillo , Martín Boege y Alejandro Ramírez bajo la dirección de Hammudi Al-Rahmoun Font (siete episodios, 2019), Clara Roquet (tres episodes), Francisco Vargas (tres episodios), Daniel Posada (un episodio) y Carlos Rincones (un episodio).
El esfuerzo de producir series a partir de sucesos históricos y políticos reales ya ha dado buenos resultados en México, como ocurrió con la estupenda “Un extraño enemigo”, a través de Amazon Prime y, en menor medida, “Historia de un Crimen: Colosio”, basada en el asesinato del candidato a la presidencia del PRI en 1994, que resultó menos lograda pero que aun así ha sido exitosa.
La primera temporada de “Tijuana” culmina con todo el terreno por delante para que esperemos una segunda entrega. Ojalá sea pronto.