Por Ulises Pérez Mancilla
  

Sergio Tovar Velarde presentó esta semana en función de medianoche en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato su más reciente cortometraje “Infinito”, justo un mes después del estreno en DVD de su ópera prima “Mi último día”. Asimismo, su corto “La mujer que llora” fue seleccionado en la competencia internacional del Festival Internacional de Monterrey. Al director, originario de Tepic, le espera un segundo semestre de año bastante productivo pues a la par que concreta el proyecto de su segundo largometraje titulado “Cuatro lunas”, estrenará en septiembre la comedia “Los inadaptados”, la película ganadora del premio del público en el Festival de Guadalajara que codirige junto con otros tres directores.
  

“Mi último día” en retrospectiva
  

“Nunca dejará de sorprenderme y emocionarme que un proyecto tan personal e intimista lograra avanzar, paso a pasito, hasta filtrarse en circuitos de complicado acceso. Fue un proceso realmente lento y complejo, pero cada paso dado fue tremendamente gozoso. Tuve la fortuna de viajar con la película a varios países para presentarla en festivales ( San Sebastián, Toulouse, Biarritz, Wiesbaden, entre otros) y conocer la reacción de personas muy diversas”.
  

“Mi último día” (anteriormente conocida como “Aurora Boreal”) es la historia de Mariano, un adolescente que planea su suicidio mientras va dejando registro de él a través de un video. Ambientada en 1994, retoma una época altamente sensible a nivel socioeconómico para el país. “Pienso que fue un ejercicio catártico necesario. Un grito que había ahogado durante mucho tiempo. Mientras que siempre, cuando veo mis anteriores trabajos siempre me surge una sensación de insatisfacción y un reclamo constante: debí haber hecho esto diferente, si lo hiciera de nuevo, cambiaría esto o aquello, en este caso, cosa rara en verdad, a “Mi último día” no le reprocho nada. Si la hiciera actualmente, años después, haría lo posible porque se pareciera lo más posible a como quedó. La percibo tan honesta, tan cercana y tan amorosa. Con toda humildad, si intentara evaluarla, llegaría a la misma conclusión que llegué la primera vez que la vi: es una película muy hermosa que actualmente me sigue haciendo llorar cuando la veo. Es una película sencilla, pero ingeniosa y muy profunda en términos humanos, a pesar de lo contenido de su puesta en escena. Sí, sigo amando mucho mi película. Y saldré a presentarla con todo orgullo frente a cualquier público”.
  

Expresión en corto
  

Sergio es un cortometrajista constante, disciplinado y amoroso. No en balde éste año vuelve a un Festival que lo ha acogido cuatro veces y que incluso lo declaró ganador hace unos años por “Edén”. “Me encantan los cortometrajes. Muchas personas suelen pensar en ellos como un escalón previo al salto de los largometrajes. Yo pienso, en cambio, que las historias duran lo que deben durar, más allá de una etiqueta que los agrupe en un lado o en otro. Sería absurdo pensar que un escritor no pueda volver a escribir cuentos o novelettes después de haber escrito una novela. En el caso del cine, desde luego, hay además el factor económico: hacer un corto es más barato, pero sería demasiado miope pensar en los largometrajes como el privilegio de los afortunados con recursos y los cortos el conformismo de los pobres y desamparados. Hay relatos de todas formas y extensiones. Ni siquiera creo que un cineasta deba pensar, a priori, si su próxima película será largo, corto o medio. Debería concentrarse en que sus acciones dramáticas tengan el tiempo y espacio suficiente para desarrollarse adecuadamente. En un enfoque menos romántico y más práctico, lo que me gusta de los cortometrajes es que, siendo más fáciles de producir, puedo mantenerme filmando de manera constante, haciendo de dos a tres cortometrajes por año”.
  

“Infinito” su más reciente cortometraje, que también se presentó en el pasado Festival MIX de Diversidad Sexual en Cine y Video en opinión de su autor “es, por mucho, mi cortometraje más personal, más oscuro, más extraño. Es mi hijo más raro, pero por lo mismo, el más especial. No es un trabajo narrativo, pero tampoco es exclusivamente experimental. Dura poco menos de media hora, es explícito y barroco. Tiene muchos elementos teatrales, mucha influencia pictórica y usa como columna vertebral la premisa del viaje a través de los infiernos de Dante. El punto de partida es el momento en que un joven cae en crisis tras enterarse que su novia está embarazada y desea abortar a causa de la violenta relación que lleva con él. Aunque en un principio él se muestra a favor de deshacerse del bebé, el viaje psíquico y alucinante que emprende por una sobredosis de calmantes lo hará desear reunirse con su mujer y su bebé. No logra, sin embargo, impedir el aborto, pero gracias a ello el final es bello y amoroso. La apuesta es contar esta historia no tanto con formas narrativas convencionales, sino valiéndome de texturas, sensaciones, colores, sonidos. Es una experiencia sensorial, mucho más que narrativa”.
  

Lo que viene: Una carrera a corto y largo plazo
  

Su siguiente proyecto de largometraje “Cuatro Lunas” ya estuvo en el Mercado de Coproducción de Guadalajara generando muy buena impresión entre los asistentes: “es una película que muestra el momento específico en que personajes de diferentes edades y contextos toman la decisión de asumirse como homosexuales y lanzarse a la aventura de vivir su vida de acuerdo a su naturaleza. Ese momento que puede ser un paso tranquilo y feliz, o un salto al vacío. Es un proyecto muy humano y conmovedor y hemos logrado reunir un grupo de actores muy especiales. Esperamos pronto lograr reunir los recursos necesarios para filmarla”.

Mientras eso ocurre, Sergio Tovar Velarde se mantendrá vigente en cartelera a través de “Los inadaptados”, estelarizada entre otros por Tiaré Scanda, Paola Nuñez, Rosa María Bianchi y Luis Arrieta (autor del guión) y que causó sorpresa en Guadalajara al ganar el premio del público. La película será tentativamente estrenada el próximo 15 de septiembre. “Tuve la fortuna de llegar al proyecto gracias a Luis Ernesto Franco (uno de los protagonistas de la película). Somos paisanos y él conocía mi trabajo. Habían planteado una película de cuatro segmentos dirigida por cuatro cineastas. Faltaba uno y estuvieron revisando el trabajo de varios realizadores. Luis Ernesto me propuso con la compañía productora, Los Güeros, de la que es socio. Y fueron los productores quienes, después de ver mi película y mis cortometrajes, se decidieron por mí”.
  

En este sentido, Tovar Velarde es congruente con su constante y permanente impulso por crear historias sin limitaciones: “personalmente no creo en un cineasta que filma cada veinte años. La habilidad de un cineasta debe mantenerse en buena forma, a base de disciplina, rigor y constancia. Los cortometrajes nos mantienen en forma a nivel creativo y nos permiten crear piezas que, con suerte, pueden volverse trabajos muy relevantes y reconocidos, lo que, dicho sea de paso, también redunda en mejores posibilidades de acceder a inversionistas para nuestros largometrajes. Yo quiero seguir haciendo cortos siempre”.