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La mexicana Natalia Beristáin se apresta a debutar en la arena internacional con el estreno mundial de su opera prima, “No quiero dormir sola”, dentro del apartado paralelo Semana de la Crítica de la Mostra de Venecia, uno de los pocos largos iberoamericanos del certamen (en Sección Oficial no habrá ninguno en español y sólo uno iberoamericano, el portugués “Linhas de Wellington”). Protagonizada por Mariana Gajá y Adriana Roel, la película marca la culminación por el momento en la carrera de esta egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica, donde se especializó en el área de realización. Antes, Beristáin fue directora de casting, asistente de dirección y continuista en diversos largometrajes, cortos y series de televisión, además de dirigir algunos cortometrajes.

“No quiero dormir sola” narra la vida de Amanda, quien tiene un problema: si está sola no puede dormir. Sus días transcurren de manera tranquila y ordenada; sus noches las llena de amantes que la ayudan a pasar las horas. De un día para otro su universo se ve transgredido cuando tiene que hacerse cargo de su vieja y alcohólica abuela Dolores, una actriz retirada que ahora vive de los recuerdos de sus glorias pasadas. Es en este momento de sus vidas que los mundos de Amanda y Dolores colisionan.

Natalia Beristáin -en un reciente encuentro con la prensa mexicana antes de partir a Italia- asumió que la cinta tiene algo de autobiográfico, ya que el personaje de Dolores, interpretado por Adriana Roel, está inspirado en su abuela, la reconocida actriz Dolores Beristáin. No obstante matizaba que “me sirvió más que nada como punto de partida, para luego ficcionarlo, en lugar de que ser mi autobiografía”.

La cineasta, de 31 años, quien coescribió el guión junto a Gabriela Vidal, negó que a pesar de la amplia presencia de mujeres delante y detrás de la cámara, “No quiero dormir sola” sea exclusivamente un film femenino. “No pensé en ninguno de los dos géneros. Era más bien hablar desde mi perspectiva esperando que funcionara y gustara. Cada uno conecta de distinta manera con los personajes”.

Por su parte, Mariana Gajá, quien interpreta a Amanda, sí consideró que la cinta “tiene una mirada femenina muy fuerte. Le tengo mucha fe y mucha esperanza, porque es una película muy entrañable, intima, que habla de cosas muy profundas. Es un guión para actores … porque está de moda trabajar con el no actor en el cine. Natalia todavía tiene fe en estos animalitos teatrales, viscerales, que somos los actores”

Adriana reconoció que interpretar el personaje de la abuela le resultó difícil por la fuerza que tenía y por el sentido del humor que debía proyectar, aspectos que también le atrajeron para aceptar el papel. “Es un personaje muy fuerte, lo enfrenta a uno a muchas cosas, emociones y sentimientos. Poder enfrentar esa problemática desde distintos puntos de vista, desde distintas circunstancias es algo que lo confronta a uno”, añadió la veterana actriz, de 78 años.

“No quiero dormir sola” competirá, junto con otras seis óperas primas, por el premio Luigi de Laurentiis, también denominado León del Futuro, así como por un premio del público en la Semana de la Crítica del certamen veneciano, que arranca este miércoles. Su proyección oficial tendrá lugar en la recta final del festival, el día 5.