Por Hugo Lara

Este fin de semana llega a las salas comerciales “La sal de la tierra” (The Salt Of The Earth), el documental de Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado que gira en torno al padre de este último, el fotógrafo brasileño Sebastião Salgado, creador de colecciones de fotografías poderosas, insólitas y conmovedoras alrededor del mundo, captadas a lo largo de las últimas cuatro décadas. La película llega precedida de un exitoso paso por foros internacionales desde que se presentó en Cannes en la sección Una Cierta Mirada, donde obtuvo el Premio Especial del Jurado, y más recientemente en San Sebastián, donde también ganó el Premio del Público.

“La sal de la tierra”, se suma a la extensa filmografía de Wenders quien en los años más recientes se ha decantado por el documental como un campo creativo vastísimo para su talento en madurez. Wenders, cineasta clave del cine alemán contemporáneo, ya había desplegado todas sus velas en el documental “Pina” (2011), otro documental biográfico sobre la coreógrafa y bailarina alemana Pina Bausch.

Para abordar la obra de Salgado, el director de “Paris, Texas” (1984) y “Las alas del deseo” (1987) se apoyó en la fundamental colaboración de Ribeiro Salgado, quien no sólo aporta su dosis de buen oficio como documentalista, intuitivo y riguroso, sino que además abre la perspectiva emocional basado en sus lazos consanguíneos con Sebastião. Así, el filme es profundamente sentimental, melancólico pero también revelador y sensible para retratar al artista de la imagen, porque equilibra y capitaliza la visión de un hijo que admira a su padre con el metódico acercamiento de un cineasta veterano que disecciona el arte y las convicciones de este humanista.

El filme nos conduce desde los orígenes de Sebastião, nacido en 1944 en Brasil, hasta la época actual. El recorrido describe la trayectoria de este peculiar fotógrafo que renunció a una brillante carrera como economista (trabajó en Europa en organismos como la Organización Internacional del Café) para dedicarse de lleno a su pasión artística y social, la fotografía, apoyado en la confianza de su esposa, Lélia, su cómplice y colaboradora más importante. Sebastião y Lélia planificaron y desarrollaron los impactantes volúmenes fotográficos que dan cuenta de la condición humana en la adversidad, miles de imágenes —siempre en blanco y negro— con una dramática carga social que describen las guerras, la hambruna, la miseria, la migración, la explotación o la muerte en África, América Latina, Asía y otras partes del mundo. El documental de Wenders y Ribeiro nos lleva por este itinerario, hilvanado por los testimonios del propio Sebastião quien habla a cámara y narra los estímulos y circunstancias alrededor de sus grandes libros: “Workers”, “Migrations”, “Genesis” y otros.

Las imágenes de Sebastião son imposible de olvidar, son conmovedoras e impactantes, generalmente trágicas y pesimistas, pero capturadas con una asombrosa sensibilidad. El documental nos lleva por carreteras llenas de cadáveres en Ruanda hasta los ardientes pozos petroleros de la guerra de Kuwait, auténticas imágenes dantescas.

“La sal de la tierra” nos acerca también a la forma de trabajo de Sebastião, su enorme paciencia para involucrarse y explorar durante años un tema, un país, una comunidad. En suma, este filme desgrana la cosmovisión de un artista que está asombrado por los horrores de la humanidad pero que saber encontrar la belleza incluso en ello. Tal vez por eso mismo, el tono del documental tiende a ser más optimista hacia el final, con el proyecto ecologista del Instituto Tierra, impulsado por él y su esposa —que ha permitido recuperar miles de hectáreas de selva tropical— así como por la visita a la comunidad de los indios zoe en el Amazonas, un asombroso pueblo que vive en una especie de paraíso. Así, dentro de todo su pesimismo, Sebastião y los directores Wenders y Ribeiro dejan una puerta abierta a la esperanza.

La sal de la Tierra(Salt of the Earth, EUA, 1954, 94 mins.)Director: Herbert J. Biberman. Guión: Michael Wilson. F en B/N: Stanley Meredith y Leonard Stark.. Música: Sol Kaplan. Con: Rosaura Revueltas, Juan Chacón, Will Geer, David Wolfe, y miembros de la Unión Internacional de Mineros.. Productor: Paul Jarrico.

Por Hugo Lara Chávez

Cineasta e investigador. Licenciado en comunicación por la Universidad Iberoamericana. Director-guionista del largometraje Cuando los hijos regresan (2017). Productor del largometraje Ojos que no ven (2022), entre otros. Director del portal Correcamara.com y autor de los libros “Pancho Villa en el cine” (2023) y “Zapata en el cine” (2019), ambos con Eduardo de la Vega Alfaro; “Dos amantes furtivos. Cine y teatro mexicanos” (coordinador) (2015), “Luces, cámara, acción: cinefotógrafos del cine mexicano 1931-201” (2011) con Elisa Lozano, “Ciudad de cine” (2010) y"Una ciudad inventada por el cine (2006), entre otros.