Por Javier Tapia Sierra.
Saul Dibb, director de “La Duquesa”, explora el complejo mundo de las relaciones en una situación de guerra con “Suite Francaise-un amor prohibido”, que se estrena este viernes 4 de diciembre.
En la Francia ocupada por los Nazis en 1940, Lucille Angellier (Michelle Williams) espera noticias de su esposo, prisionero de guerra, mientras su existencia se ve reducida a cenizas conviviendo con su controladora suegra (Kristin Scott Thomas) en un pequeño pueblo francés. Cuando refugiados parisinos llegan a la localidad, un grupo de soldados alemanes que habían estado siguiéndolos toma control del pueblo y obliga a sus habitantes a someterse a ellos. En la casa Angellier, el comandante Bruno Von Falk (Matthias Schoenaerts) es asignado a vivir con el par de mujeres. El elegante, refinado y solitario oficial provoca sentimientos encontrados en la frágil Lucille. Muy pronto ambos se ve envueltos en una tensa relación mientras el mundo a su alrededor se cae a pedazos y la furia se extiende implacable en los corazones de las víctimas y victimarios.
Basada en una novela de la escritora Irène Némirovsky, que murió en Auschwitz a la edad de 39 años, “Suite francaise-un amor prohibido” entreteje elegantemente los hilos que conforman su historia y aunque no aporta nada original, sí dota a sus personajes de profundidad emocional y psicológica y se aleja de sentimentalismos para escoger la sobriedad y el estoicismo en casi todas sus escenas. Michelle Williams y Matthias Schoenaerts se sumergen en la dinámica de los personajes y sus actuaciones calculadas, contenidas y melancólicas los convierten en seres vulnerables que se aferran a su humanidad en un mundo caótico dónde la violencia permea todos los aspectos de la vida y la única salida parece ser la muerte.
El mundo en dónde Lucille y Bruno habitan parece condenarlos al olvido con cada circunstancia que surge alrededor de ellos. La fragilidad humana, la eterna lucha entre clases y la difícil tarea de mantener al mundo girando cuando el sinsentido y la locura dominan la existencia, son algunas de las pruebas con las cuales la pareja tiene que lidiar aun sabiendo que probablemente es una batalla perdida. Y en medio de esta batalla perdida algunas decisiones de Dibb terminan por no cuajar y quitarle fuerza a una producción que de forma modesta logra recrear la Francia de los años 40 al viejo estilo Hollywood, optando por paisajes sencillos, una fotografía intimista alejada de la espectacularidad, con una cálida paleta de colores y una música sutil que cumple sin aportar nada más.
La construcción del relato nos deja vislumbrar los rasgos que vuelven humanos a estos seres y nos permite desdibujar los límites entre uno y otro bando para quizás aceptar aquella frase de Nietzsche que dice: “Lo que se hace por amor va más allá del bien y del mal”. Al final la película se convierte en una victoria, algo efímera y que por momentos se queda corta ante sus propias ambiciones, pero una victoria al fin y al cabo.
Suite Française – un amor prohibido
Reino Unido-Francia-Canadá-Bélgica, 2014. Dirección: Saul Dibb. Guión: Matt Charman y Saul Dibb sobre la serie de novelas de Irène Némirowsky. Fotografía: Eduard Grau. Música: Rael Jones. Edición: Chris Dickens. Dirección de Arte: Ravit Bechr y Gareth Cousins. Elenco: Michelle Williams, Matthias Schoenaerts, Kristin Scott Thomas, Sam Riley, Margot Robbie, Ruth Wilson, Alexandra Maria Lara, Tom Schilling, Eileen Atkins, Lambert Wilson. Productores: Len Blavatnik, Romain Bremond, Andrea Cornwell. Compañía productora: Alliance Films, Qwerty Films y Scope Pictures. Duración: 107 minutos. Distribución: Cinépolis. Clasificación: B15