Entrevista con Delia Peña, actriz infantil emblemática del cine mexicano de los setentas

Por Elisa Lozano

Cada generación ha tenido una actriz infantil emblemática. En los años cuarenta fueron Evita Muñoz, la popular  “Chachita”, y María Eugenia Llamas “La Tucita”, a fines de los cincuenta, Angélica María, Gui-Gui (Lilia Martínez Otero) y María Gracia, quien continuó activa en los sesenta, cuando también debutó la rubia Lucy Buj. Nosotros, los que éramos niños en los setenta,  crecimos viendo las películas de la hermosa Delia Peña Orta —ojos claros, cabellera larga y abundante— quien lo mismo inspiraba ternura en “Confesiones de una adolescente” (Julián Soler, 1969) o gracia al interpretar a la hermanita traviesa que hacía sufrir a Nubia Martí y Rocío Banquells en “Mujercitas” y “Las adorables mujercitas” (José Díaz Morales,1974), o bien odio, por la crueldad con la que hacía llorar a Graciela Mauri, protagonista de la popular telenovela “Mundo de juguete” (Valentín Pimpstein, ).

Durante la década que duró su carrera, filmó once películas  y compartió crédito, nada menos que con Arturo de Córdova, Amparo Rivelles, Mauricio Garcés, Marga López, Andrea Palma,  Hugo Stiglitz, Enrique Rambal, y Ricardo Blume, entre otros.

Delia Peña, alcanzó el éxito e inexplicablemente se retiró en la cúspide de su fama, luego de filmar la taquillera película “La ley del monte”, estelarizada por Vicente Fernández y Patricia Aspíllaga, de Alberto Mariscal, el padre del western nacional.

Desde 1978, nada se supo de ella en los medios, aunque siempre ha estado presente, gracias a la constante trasmisión de sus películas por la televisión.

A partir de entonces, la pregunta ¿qué fue de Delia Peña? era frecuente entre los cinéfilos que buscaban su pista en internet, encontrando decenas de artículos y notas que dan desde su filmografía (casi siempre incompleta), hasta otras que se aventuran a dar descabelladas teorías sobre su vida y retiro con imprudencia.

Ante la incógnita, Correcamara.com se dio a la tarea de localizarla. Fue gracias a la ayuda de nuestro querido amigo y apasionado del cine mexicano, Alfredo Miramontes que dimos con ella, quien amablemente nos concedió una entrevista.

La espera al fin termina. Delia (Gaby, como le gusta que la llamen ahora) llega a la cita en el rumbo de Coyoacán. Nos sorprende por su porte y belleza, la edad le ha sentado de maravilla, más hermosa que nunca, realizada como madre de tres varones ya adultos. Sus enormes ojos verdes resplandecen con la luz que se filtra por la ventana y visiblemente emocionada nos dice: “es la primera vez que estoy frente a una cámara desde 1978”. La declaración nos conmueve.

Bella, como siempre, Gaby Peña es sobreviviente del cáncer de mama y ejemplo e inspiración para miles de mujeres. En la charla, compartió su tránsito por el cine mexicano, y nos confesó que sí le gustaría volver a las pantallas de cine y televisión, pero sobre todo, anhela cumplir un sueño: hacer teatro.