Por Jean-Pierre Garcia
Desde Cannes

Entre Corea y Japón está situada “The Handmaidden” (“Agassi” – “Mademoiselle” ), una historia de amor y venganza ambientada en los años treinta. Es otra película de la selección oficial de competencia que se presentó en Cannes y que es obra del coreano de Park Chan-Wook, un director que ya vino dos veces antes (recordamos en especial a «Old Boy» en 2004, premiada por el jurado que presidió Quentin Tarentino). Se trata aquí de la adaptación de una novela británica que originalmente se desarrolla en Inglaterra en tiempos de la Reina Victoria.

En esta película todo es de color negro, tanto el humor como las situaciones. Se compone de tres capítulos. Es la historia de una linda joven que trabaja como parte de la servidumbre de una rica familia japonesa que vive en Corea. Es muy allegada de su joven patrona, heredera de una gran fortuna y que un famoso estafador (que se pretende Conde) quiere seducir para casarse con ella y apoderarse de su dinero. La joven sirvienta cumple con empeño sus funciones y se vuelve indispensable para su ama. Al impostor todo le sale fácil pues la heredera vive casi secuestrada en una residencia como palacio pero de donde no puede salir o escapar. Hasta que el complot se realiza pero no exactamente como lo imaginamos. Fin de la primera parte.

Le segunda parte nos vuelve a narrar todo pero desde el punto de vista de la joven heredera. En este tramo nos damos cuenta que algo de amor se desarrolla entre las dos mujeres y se empieza a hablar de sexo. Cannes, después del filme de Abdel Kechiche («La vida de Adèle», 2013), se ha vuelto muy audaz en lo que toca al lesbianismo. Es el mismo final, pero aquí las dos caras del complot van a converger y sobreviene una gran sorpresa.

En esta historia, la violencia surge por todas  partes. La miseria de unos y el bienestar de otros en una sociedad todavía muy feudal. Miseria de los hombres y todavía más, miseria de las mujeres. El sadismo puede parecer cosa corriente o juego sofisticado para los maestros. Las pasiones de unos se transforman en esclavitud para los otros. Así el padre de la heredera es un gran bibliófilo, coleccionista de libros e imágenes japonesas antiguas. Todo su dinero (el dinero de la heredara legitima), esta invertido en sus biblioteca. Día tras día, la joven tiene que leerle páginas de los maestros de la literatura erótica, lo que resulta para ella algo parecido a una pesadilla permanente. Y, además, el coleccionista invita a amigos tan locos como él. En este sentido, la película tiene ecos del famoso Marqués de Sade. La atmósfera se torna cada vez más y más pesada, aun cuando todo pasa en un mundo muy refinado.

De factura muy clásica, con una gran atención a los detalles (vestidos, interiores de casas, jardines) estamos casi frente a una de esas famosas pinturas japonesas de los siglos pasados. La vida social parece congelada y cada cual ha de quedarse en su lugar de ayer. No son los coches que van a introducir la modernidad en este mundo que nunca cambia. Pero la verdad de la historia nos vendrá con las mujeres. Como siempre, pudiéramos decir, como siempre, pero no de un modo tan común. Los actores femeninos son excelentes y dan fuerza a la película de este joven maestro sur-coreano con nueve largo metrajes ya.

“Agassi”, en coreano significa “Mademoiselle”, pero el titulo internacional  de la película es más preciso (“The Handmaidden”, que en inglés significa la sirvienta) y corresponde al inicio de la historia. Todo esto tiene una carga simbólica pero, como no les voy a contar toda la historia, tendrán que ir a verla cuando uno de los festivales mexicanos la presente.

Por Jean-Pierre Garcia

Jean-Pierre García es crítico e historiador de cine, fundó y dirigió el Festival Internacional de Cine de Amiens, Francia, de 1980 a 2011, que muestra cine del mundo entero y ha desarrollado un papel muy importante en lo que se refiere al apoyo a jóvenes directores de África, Asia y América Latina. Organizó varias retrospectivas y homenajes al cine mexicano y participó en el libro Luz, cámara, acción: cinefotógrafos mexicanos. En 1996, creó el Fondo de Apoyo a Desarrollo de Guiones del Festival de Amiens. Ha sido integrante y presidente de varios jurados internacionales en Europa, África, Asia y América Latina. Es experto en políticas de financiamiento y apoyos a cines del hemisferio sur.