Por Ali López
“El demonio neón” (The Neon Demon| Francia-Dinamarca-USA |2016) es el más reciente filme del director Nicolas Winding Refn, aclamado por público y crítica con películas como “Drive” (2011) y “Only God Forgives” (2013), que actualmente se exhibe en la Cineteca Nacional y otras salas. Esta película cuenta la historia de Jesse (Elle Fanning), una joven de inusual belleza que llega a Los Ángeles para abrirse paso como modelo. Poco a poco comienza conseguir su sueño de prosperidad y grandeza, sin embargo, descubrirá los demonios que se esconden tras las faldas de alta costura y el frívolo mundo de la moda.
Winding Refn entrega una película, visualmente, peculiar, atreviéndome a llamarla “El gabinete del Dr. Caligari” del siglo actual; pues su estética (con una fotografía sobresaliente y una dirección de arte pulcra y grandiosa) retratan mucho del consumo visual de esta época. Tomas que rememoran lo observado en revistas de moda, así como en las imágenes de grandes fotógrafos actuales (como Terry Richardson o David LaChapelle), así como la construcción estética y artística de un mundo onírico que se alimenta de los colores neón, las luces artificiales y los colores antinaturales del mundo plástico del que formamos parte.
“El demonio neón” alimenta y se alimenta (literal) de las fantasías, filias y aficiones que tenemos por la fama, la fortuna y la belleza perpetua. Por ese cúmulo de personas (modelos, actores, actrices, socielités) que se vuelven los seres mitológicos de la sociedad de consumo. Así, los personajes transmiten los miedos, y pasiones, del mundo que los crea. La cinta es, en general, una alegoría vestida para la pasarela; el cuento clásico de los hermanos Grimm, contado para la niñas que ya no temen al lobo, pues, según la pelicula, ellas mismas se han convertido en las brujas y hadas que engullen el bosque.
No hay nada sobrenatural o paranormal, como nos ha acostumbrado el horror después de “Psycho” (1960), pero eso no impide que lo expuesto atemorice a quién lo observe. Pues mucho de lo que vemos es la exageración de los deseos humanos más simples. El exceso llevado al punto sin retorno, el deseo de posesión como vehículo para el amor, el sexo y lo bello. Elle Fanning entregando un papel memorable, pero que por su condición de estrella cae pocos atrevimientos y con una notable falta de exhibicionismo. Sin embargo es Jena Malone quién se lleva la película, pues su personaje muestra lo que es necesario y vital para ella y la cinta, (asumiendo que Malone tiene una carrera más cercana al indie que fanning).
La trama tiene un hueco, lo bastante pequeño como para ser ignorado, y un inicio y final vertiginosos, que sin duda, la situaran en un clásico instantáneo para el art horror, tan en boga en esta década. Hay además un soundtrack maravilloso, que lo mismo hiela la sangre que hace que hierva al ritmo de la fiesta, y la mejor fotografía del año. “The Neon Demon” es una de las pocas cintas de horror que lograran abrirse paso entre los demás géneros, y harán del cine un mundo más complejo.
El demonio neón
(The Neon Demon, Estados Unidos-Francia-Dinamarca, 2016, 117 mins.)
Director: Nicolas Winding Refn. Guión: Nicolas Winding Refn, Polly Stenham y Mary Laws. F en C.: Natasha Braier. Música: Cliff Martínez. Edición: Matthew Newman. Con: Elle Fanning (Jesse), Jena Malone (Ruby), Abbey Lee (Sarah), Bella Heathcote (Gigi), Karl Glusman (Dean), Keanu Reeves (Hank), Desmond Harrington (Jack), Christina Hendricks (Jan). Productor: Lene Borglum, Sidonie Dumas y Vincent Maraval. Distribuidora: Caníbal. Clasificación: C.