Por Hugo Lara

“La caravana” (La Grand-Messe, 2018) es una deliciosa película belga dirigida al alimón por Méryl Fortunat-Rossi y Valéry Rosier. Se trata de un documental que forma parte de la programación de My French Film Festival 2020, dentro de la sección de largometrajes que se ofrece de forma gratuita por internet en esta liga hasta el 16 de febrero.

“La caravana” recoge los testimonios de un grupo de aficionados al ciclismo que, con 12 días de anticipación, se instalan en sus casas rodantes para esperar el paso de los competidores en un tramo de la carretera, durante la difícil etapa de montaña. El grupo que se retrata está formado, en la mayoría, por parejas de la tercera edad, probablemente jubilados que disfrutan entre el ocio y los recuerdos la etapa de espera, mientras bromean, comen y conviven amablemente con sus vecinos de ocasión.

Esta película tiene una enorme sencillez que se convierte en un gran atributo, al hacer un retrato de un conjunto de personas empáticas y entrañables,  seres anónimos que nos permiten desgranar la idiosincrasia francesa, especialmente la del ciudadano medio de aquel país, campechano y afable que vive en la provincia y que es distante de la conocida pedantería de los parisinos, de la que ellos mismos aluden en algunas de sus charlas, entre risas y bromas.

El filme está estructurado, en forma de episodios, marcados por las jornadas que anteceden al clímax del filme, que es el momento en que los ciclistas pasan por el tramo de la carretera donde se han apostado los personajes que hemos seguido desde el inicio.  Una gran multitud aparece de pronto y se agolpan al borde de la carretera, entre las caravanas y casas rodantes que llevan días allí aparcadas.

Los personajes de “La caravana” reaccionan con tal emoción  que consiguen contagiarnos el entusiasmo por el ciclismo aun sin ser aficionados a ellos.  La película tiene el gran mérito de convertir en estrellas del espectáculo a los aficionados y olvidarnos por un momento de las cotizadas figuras deportivas. Y, en ese ejercicio, vemos algo más que amantes del ciclismo, sino a seres de carne y hueso que ofrecen algo más que una anécdota o un detalle curioso, sino su esencia como persona.

“La caravana” es un filme disfrutable, incluso en países donde no exista una competencia parecida (como México), pero que nos hace entrar en contacto con otra cultura y otras tradiciones, con una sencillez que posee dosis de humor y emotividad. Está disponible dentro de la sección de largometrajes que se ofrece de forma gratuita por internet en esta liga hasta el 16 de febrero.

Por Hugo Lara Chávez

Cineasta e investigador. Licenciado en comunicación por la Universidad Iberoamericana. Director-guionista del largometraje Cuando los hijos regresan (2017). Productor del largometraje Ojos que no ven (2022), entre otros. Director del portal Correcamara.com y autor de los libros “Pancho Villa en el cine” (2023) y “Zapata en el cine” (2019), ambos con Eduardo de la Vega Alfaro; “Dos amantes furtivos. Cine y teatro mexicanos” (coordinador) (2015), “Luces, cámara, acción: cinefotógrafos del cine mexicano 1931-201” (2011) con Elisa Lozano, “Ciudad de cine” (2010) y"Una ciudad inventada por el cine (2006), entre otros.