Por Hugo Lara Chávez

El experimentado  cineasta canadiense avecindado en los Estados Unidos, Norman Jewison, de quien le conocemos una larga lista de films como “Jesucristo superestrella”, “El violinista en el tejado”, “Justicia para todos” o “Agnes de Dios, entre otras, dirige “Riqueza ajena” (“Other people’s money”, 1991), cuyo guión es de Alvin  Sargent, quien a su vez se basó en una obra teatral de Jerry Sterner. Jewison ha demostrado ser un cineasta con oficio, es un buen artesano que independientemente del trabajo en que participe, siempre dará un buen resultado para su venta, aunque sea acosta de ser un trabajo neutro, insípoido. Por tal modo, en el aspecto personal de su obra no hay muchos relieves. A lo largo de su filmografía, Jewison no ha navegado por un rumbo que lo pueda definir como un autor. Por esto, el aspecto creativo, las dimensiones de los personajes y de las acciones de sus cintas, son dados más que por él, por sus guionistas.

“Riqueza ajena” relata la historia de Lawrence Garfield, un sujeto grotesco con mucho éxito, pues es ni más ni menos que el mejor inversionista en Wall Street. Garfield pertenece a una nueva clase de capitalistas que no producen nada; proveniente del Bronx, su riqueza se debe, como dice el título, al dinero de la otra gente: especula en la bolsa, invierte, remata o liquida empresas, no importa si causa desempleo o termina con un próspero negocio, Garfield tiene bien clara su consigna: hacer dinero a costa de todo. Como la madrastra de Blanca Nieves, Garfield todas las mañanas consulta a Carmen, su amada computadora, para que ésta le repita que es el mejor en la bolsa. Sin embargo, una mañana Carmen le revela que ya no es el mejor, sino que la empresa “Cables y alambres de Nueva Inglaterra” se ha convertido en la número uno de Wall Street. Garfield, a quien no en balde le llaman “el liquidador”, compra acciones de esta compañía, y planea comprar más hasta ponerla en problemas y entonces liquidarla.

Para negociar mejor Garfield viaja a Nueva Inglaterra, donde trata con el dueño de “Cables y alambres”, Andrew Jorgensen (Gregory Peck), un capitalista tradicional al estilo Roosvelt, quien se preocupa por su obreros y por el sano funcionamiento del sistema económico. Ante las nefastas intenciones de Garfield (liquidar la empresa), Jorgensen respaldado por su esposa Bea Sullivan (Piper Laurie) y su amigo y futuro sustituto William J. Coles (Dean Jones), acude a la ayuda de su hija, la hermosa abogada Kate Sullivan (Penelope Ann Miller). Kate y Garfield empiezan un combate legal que se extiende al campo personal. Los artificios y la astucia de Garfield serán finalmente determinantes para inclinar la balanza a su favor, pero no suficientes para evitar que se enamore de Kate.

“Riqueza ajena” es en realidad el enfrentamiento de dos modalidades del capitalismo: el paternalista y tradicional, que se preocupa por el bienestar de los trabajadores y una cierta distribución de la riqueza, encarnado por Jorgensen y Kate; y el capitalismo salvaje, que tiene la única ambición de aumentar la riqueza, es un capitalismo individualista que se ha incubado en el sistema financiero, en la bolsa de valores, encarnado por el caricaturesco Garfield. Mientras Jorgensen es un hombre sencillo, mesurado y sobrio, Garfiel es todo lo opuesto: déspota, vulgar e impertinente. Curiosamente y apesar de las diferencias tan grandes como marcadas, las semejanzas hacen que ambos modos coexistan, y sean necesario uno para el otro. Garfield es en realidad, la ejemplar encarnación del sueño americano: de extracción pobre, ahora vive en una lujosa mansión neoyorkina, tiene una enorme limousine, y pertence a la clase poderosa de su país. Pero su riqueza se ha generado gracias al viejo esquema tradicional, gracias a que (según él mismo se define robinhoodianamente) “robo a los ricos para darle a la clase media”.

Y ante el final de la “amenaza roja”, se consolidan los capitalistas como Garfield, la parte salvaje de un sistema económico en una nación que, como se repite infinidad de veces en la cinta, saluda mordaz y desconfiadamente a sus colegas los japoneses, quizá la nueva amenza de los estadunidenses. Ante el asomo de nuevos problemas se vale que el capitalismo conservador y paternalista, se pueda fundir con el salvaje e individualista. Por eso se vale que el primero, que es represantado por la hermosa Kate, pueda tener una cita de amor o hasta un orgasmo, con el grotesco Garfield, su oponente en apariencia. A fin de cuentas, ambos han sido cortados con la misma tijera.

“Riqueza ajena” tiene su peor parte en el ritmo del relato: es una constante serie de altibajos que deja el control de la película en manos de la gracia de DeVito. El guión, por otra parte, sufre de una serie de ambigüedades que no se logran descifrar nunca. Y si el discurso es ciertamente atractivo y divertido, faltó la mano más definida de un director (posiblemente el mismo DeVIto), quien le quitara ese molesto aire neutro y definiera mejor ciertas acciones.

Por Hugo Lara Chávez

Investigador, escritor y cineasta, miembro del Sistema Nacional de Creadores de Artes (2023). Egresado de la Licenciatura en Comunicación por la Universidad Iberoamericana. Ha producido el largometraje Ojos que no ven (2022), además de dirigir, escribir y producir el largometraje Cuando los hijos regresan (2017) y el cortometraje Cuatro minutos (2021). Fue productor de la serie televisiva La calle, el aula y la pantalla (2012), entre otros. Como autor y coautor ha publicado los libros Pancho Villa en el cine (2023), Zapata en el cine (2019) en calidad de coordinador, Dos amantes furtivos: cine y teatro mexicanos (2016), Ciudad de cine (2011), *Luces, cámara, acción: cinefotógrafos del cine mexicano 1931-2011* (2011), Cine y revolución (2010) como editor, y Cine antropológico mexicano (2009). En el ámbito curatorial, fue curador de la exposición La Ciudad del Cine (2008) y co-curadór de Cine y Revolución presentada en el Antiguo Colegio de San Ildefonso (2010).En el ámbito periodístico, ha desarrollado crítica de cine, investigación y difusión cinematográfica en diferentes espacios. Desde 2002 dirige el portal de cine CorreCamara.com. Es votante invitado para The Golden Globes 2025.