Por Hugo Lara Chávez
Probablemente el modo más inmediato para deducir cuál es el tono temático de Kate and Leopold es saber que su protagonista es Meg Ryan y no por desdoro, sino por el hecho de que ella misma —ahora acompañada por Hugh Jackman— se ha coronado como una de las figuras más constantes de las películas rosas de Hollywood, esta vez en un relato al que, junto al intríngulis amoroso, se ha añadido la fantástica posibilidad de viajar por el tiempo.
Kate and Leopold está centrada en las situaciones que confrontan a dos personas de distintas épocas que, superando el absurdo, pueden conocerse y enamorarse. Ella, una mujer moderna, independiente y con aspiraciones profesionales, y él, un aristócrata del siglo XIX, formado según las normas de la moral victoriana. Los dos, gracias a un pretexto imaginario, se encuentran en la ciudad que comparten pero en el tiempo de ella, el Nueva York de la actualidad. La discordancia entre ambos da pie a lo que el lector ya adivina: un choque cultural encauzado hacia el azoro, el humor y finalmente los escarceos amorosos, en ese orden.
Como un motivo para ilustrar la disfunción entre el origen de los dos personajes se ha echado mano de una modesta pero efectiva reconstrucción del Manhattan de 1876, contrastado con el sofisticado hacinamiento de las viviendas y el caos de las calles que hoy existen en el mismo lugar. Sobre este fondo se acoge esta fábula almibarada, de personajes unidimensionales, diálogos de chispazos y una visión que pretende conciliar la gracia y la promesa de la felicidad por encima de cualquier otra preocupación, incluso de las laborales. Es decir, se vale renunciar a todo por el amor verdadero.
En Kate and Leopold el peso recae sobre la pareja protagónica. Por un lado Ryan, cuya imagen se ha hecho muy popular porque proyecta una mezcla de modernidad con candidez (una reputación manchada por el affaire extramarital con el actor Rusell Crowe), su nota más homogénea desde Harry y Sally (When Harry Met Sally, 1989) y que ha reiterado en la filmografía que siguió a ésta. Por otra parte, el actor australiano Jackman, recordado por su participación en X-Men (2000), y que con esta cinta probablemente gane más votos entre el público femenino.
El magnetismo del reparto es administrado por el director James Mangold, también coguionista de la cinta, junto a Steven Rogers, y realizador de unas cuantas películas, entre ellas, la apreciable Tierra de policías (Cop Land, 1997)e Inocencia interrumpida (Girl, Interrupted, 1999). En Kate and Leopold, el director guía con oficio y sencillez lo que la propia historia exige, de tal suerte que basado en el efectismo de las situaciones cumple sin densidades para llevar con diversión una historia de amor en la que la mayor complicación es salvar la distancia del tiempo.
Sinopsis
En el tardío siglo XIX, Leopold (Jackman), el tercer Duque de Albany, descubre a un extraño intruso, Stuart (Live Schreiber), durante una fiesta en su mansión de Manhattan. El tipo se escabulle pero Leopold lo sigue hasta el puente de Brooklyn, en plena construcción. La persecución acaba insólitamente, cuando ambos son transportados al Nueva York de nuestros días. Stuart resulta ser un científico, descendiente de Leopold, que ha descubierto un pasaje en el tiempo. Mientras resuelve la situación, Stuart lleva a su ancestro a su departamento, en cuyo edificio vive también su ex novia, Kate (Ryan), una mujer independiente y triunfadora pero que en su vida sentimental ha tenido poco éxito. Las circunstancias impiden que Leopold regrese pronto a su verdadera época y, en ese lapso, se gesta un romance entre él y Kate, sembrado por sendas confusiones, gracejadas y sorpresas.
Las comedias románticas y la marca de la casa
Hollywood ha hecho de la comedia romántica uno de los géneros que mejor lo definen y lo identifican por muchas razones, entre otras, porque la universalidad de sus planteamientos tiene el atributo de encontrarse eficazmente con la fibra sensible del gran público y porque, también, es una de las fórmulas más probadas para afianzar a las presencias que le dan sentido al star-system.
Dentro de la tradición del cine norteamericano, la comedia romántica tiene su gran referente en las producciones de los años 40’s y 50’s, donde a la sazón algunas estrellas como Audrey Hepburn, Cary Grant o James Stewart fincaron los lugares comunes del género llevados de la mano de algunos legendarios directores como Billy Wilder, Preston Sturges, Howard Hawks, George Cukor o William Wyler. Por eso, no es de extrañar que exista parentesco entre Kate and Leopold no sólo con la abundante filmografía de este tipo más reciente sino también, con la debida reserva, con películas clásicas como La princesa se escapa (Roman Holiday, 1953), que narra un supuesto romance entre una joven noble y un periodista, o como Mi bella dama (My Fair Lady, 1964), de corte musical, basada en la célebre obra Pigmaleón, de Bernard Shaw, cuyo leiv motif es el encuentro entre dos personas de origen social distinto, que se involucran sentimentalmente a partir de una serie de situaciones jocosas y conmovedoras.
Otro de los nexos es el que sugiere un romance fraguado por un viaje en el tiempo, experimentado en cintas como Pide al tiempo que vuelva (Somewhere in Time, 1980), Escape al futuro (Time after Time, 1979), en la que se combina el romance con el thriller y la ciencia ficción, o Peggy Sue: su pasado la espera (Peggy Sue Got Married, 1986), donde Francis Ford Coppola juega con la oportunidad de regresar en el tiempo para intentar remendar algunas cosas de la vida.
Los diez momentos claves de Meg Ryan
1961.- Nace Margaret Mary Emily Anne Hyra el 19 de noviembre en Farifield, Connecticut, EUA.
1981.- Debuta en el cine, en la cinta Ricas y famosas (Rich and Famous), la última del director George Cukor.
1987.- Obtiene su primer papel protagónico al lado de su futuro marido, Dennis Quaid, en la cinta Viaje insólito (Innerspace).
1989.- La cinta Harry y Sally (When Harry Met Sally) la ubica en los primeros planos de Hollywood y logra por ella ser nominada a los Globos de Oro y al premio BAFTA (el Oscar británico)
1990.- Hace pareja por primera vez con Tom Hanks en la cinta Joe contra el Volcano (Joe Versus the Volcano), donde interpreta a tres personajes distintos.
1993.- Es nominada nuevamente a los Globos de Oro por su participación en Sintonía de amor (Sleepless in Seattle), al lado otra vez de Tom Hanks.
1994.- La revista People la incluye en la lista de las 50 personas más hermosas del mundo y gana el premio de La mujer del año otorgado por Hasty Pudding Theatricals de la Universidad de Harvard.
1995.- Se inicia como productora en la cinta Beso francés (French Kiss), que también estelariza.
1999.- Obtiene su tercera nominación a los Globos de Oro por la cinta Tienes un e-mail (You’ve got mail).
2000.- Durante el rodaje de Prueba de vida (Proof. of Life) tiene un affaire extramarital con el actor Rusell Crowe, que termina con su matrimonio de diez años con Dennis Quaid

